Capítulo IV

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    Ingresé al piso de la dirección que aún traía apuntada en mi móvil. Atravesé el pasillo repleto de personas de todas las edades bebiendo y divirtiéndose. Se podía ver a simple vista a todos consumiendo drogas, alcoholizándose o practicando sexo como si no hubiera nada a su alrededor. 

   La música resonaba en todo el edificio y todas las puertas de los demás departamentos estaban abiertas de par en par. Me sorprendí de aquello, no sabía si todos vivían allí o realmete todo aquel lugar era de Tom. Subí a la última planta, la de él. Andreas me seguía de cerca, sin perderme el paso. La verdad es que ambos habíamos oído el rumor de que Tom tenía un edificio para él solo pero no me lo creía, lo había tomado con un rumor loco que la sociedad suele inventar sobre los famosos ¿Quien a su edad podría vivir solo en un edificio completamente para si mismo? 

 Por lo que había visto de todo aquel lugar, mientras caminaba por los pasillos, los demás departamentos estaban amueblados en su totalidad. Me recordó a los moteles de carretera que suelen salir en las películas pero con su gustillo caro. Tom vivía en un hotel.No. Tom lo había convertido todo en un hotel. 

  Me adentré a su casa en el último piso. Estaba repleta de gente apostando, bebiendo, drogándose y practicando sexo por doquier. Caminé por el hall de entrada observando a la gente ensimismada en lo suyo. La cocina era un mundo aparte, tías haciendo topless sobre en la encimera de mármol mientras un par de hombre lamían sus cuerpos y bebían de sus vasos. Un tío potaba el estomago en el lavabo y no miré más. 

  Me volteé para buscar a Andreas pero no di con él sino con un par de ojos cafés que me penetraron con deseo y complicidad.La piel se me erizó y mi corazón pareció revolotear en toda la extensión de mi pecho. Me sentí un idiota al verle otra vezy admitirme a mi mismo que ese tío era mas provocativo, sexi y ardiente de lo que imaginaba. 

  Tom estaba ahí, sentado en medio del sofá del gran living, rodeado de un par de prominentes tías. Tom, con la vista clavada en mi, quitó la manos de la pelirroja de su pecho y empujó a la rubia la cual lamía su cuello. 

 Me estremecí con aquella imagen y un fuerte impulso me rogó que me marchara lo antes posible, que me volteara y saliera corriendo. Pero cuando levantó su mano en señal de que me acercara, todo aquel sentimiento de miedo se disipó. Caminé con lentitud esquivando a las personas que se entrometían en mi camino sin apartar mis ojos de él, mi meta. Esa mirada cargada demiles de palabras que ni yo creía poder leer de sus perfectos ojos. 

 Pero aquella conexión entre el y yo se extinguió tan rápido como perdí mi punto de llegada. Dos tíos me detuvieron el pasoparándose frente a mi, uno tan cerca del otro. Ambos, de considerable contextura, bloquearon mi andar. La verdad era que no me ganaban en altura pero estaba mas que seguro que en una pelea con ellos, yo no saldría muy perjudicado, sin contar que nunca me habían ido muy bien en las peleas de puños

 -¿Perdido, morenazo?-N...No -tartamudeé- 

-Claro que no, tío. -sonrió el otro- Que el morenazo me busca a mi, ¡Está pintado! 

  Me encogí un poco, estaba bastante temeroso. ¿acaso planeaban hacerme algo? ¿y si le molaban mas los tíos que las tías? ¿y si me obligaban a algo que no quiero? ¿y si acababa siendo secuestrado, violado y vendían luego mis órganos?. Todo tipo de preguntas se agolparon en mi mente con desesperación y comencé a sudar en frío. Con rapidez recordé lo que mamá siempre me decía: "no trates con desconocidos. Jamás aceptes ir o beber con alguien que no conoces". Recordé que al final de cuentas no había seguido su consejo y había ido a la casa de un desconocido donde abundaba mas gente desconocida y donde, también, acababa de perder de vista a mi amigo a quien tenía bajo mi cargo cada vez que salíamos Todo miedo se desapareció cuando él volvió a aparecer en mi campo visual otra vez.

The RapperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora