En esos momentos amaba poder tener una amiga que me ayude a qué todo sea más fácil, Lydia era así, energética, sabía cómo hacer para que pueda sonreír siempre.
Siempre recordare esa llamada donde me prometía que todo estaria bien y que ella estaría ahí para que no caiga, estaba sola en mi habitación, sola llorando pero su voz habia logrando tranquilidad en mi esa noche.
— Bueno mucha charla, yo deseo ya comer estás pastas — Dijo la rubia — además amo como cocinas.
— Está bien, yo también tengo mucho hambre
Comimos entre risas y recuerdos de nuestros años de amistad, no cocinamos desde chicas así que un largo camino recorrimos juntas. Habíamos logrado conectar con la otra a través del humor algo que había hecho mucho mas fácil la primera vez que nos vimos.
Lydia vio mil veces como caía y me volvía a parar lo mismo yo con ella, eso siento que nos unia, como la vida nos había golpeado a su manera pero seguíamos de pie y juntas.
Lydia decidio ir a dormir, mañana cursaba casi todo el día, yo en cambio me quedé despierta en el cuarto anotado o mejor dicho inspecciónando que cosas había dejado de lado en estos años de relación.
Revisando recordé tanta actividade y personas de las cuales me aleje, también cuántas otras nunca me había animado hacer.
El arte era unas de ella, a lo mejor una forma de plasmar todo lo que pasaba era a través de él. Por eso la mayoría de la actividades de la lista iba hacia esa dirección.
El sueño no venía a mi, así que entre música, mil idea llegaron a mi, como poesías que guardaría en mi libro o pinturas que algun día haría, asi hasta que las dos de la mañana llego junto con una oleada de bostezos que avisaban que tenia que dormir.
La mañana siguiente había quedado sola en el departamento con una nota de que había para poder cocinar.
Decidí haceme el mate mientras ponía al día a mi madre de que había hecho esos días.
En ningún momento le había comentado sobre Mathias solo como me sentía, lo cual ella había recibido con calma, lo notaba asi que podia sentirse tranquila.
Recorde que en ningún momento habíamos acordado la hora con Mathias, así que empezé a buscar su tarjeta con su número por todas partes hasta que logré encontrarla.
Tarde mucho en enviar el mensaje no sabía cómo empezar la conversación,
Iba a ser muy raro si de la nada mandaba ¿A qué hora nos vemos?.Luego de pensar mil opciones me animé a enviarle el mensaje que a mí sorpresa fue respondido muy rápido.
Mey:
Hola Mathias soy Mey,
Recorde que en ningún
momento dijimos la
hora de vernos.Mathias:
Hola Mey que gusto recibir tu
Mensaje.
¿Te gustaria que nos
veamos en una hora?
Podemos comer algo y disfrutar el
día.
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volver a enamorarme
Ficção AdolescenteTodos hemos pasado por el famoso duelo luego que nos rompe el corazón. El camino para volver a construir nuestro corazón no es fácil y tampoco lineal pasaremos por todo es proceso hasta poder sanar. Dicen que el tiempo lo cura pero creo que en reali...