LUCID DREAM - [GoToji]

Capítulo 1

Tal vez era una buena idea solo soñar en este mundo, el sueño en otro plano astral podía hacer todo lo que deseo en mi corazón. Me limité a soñar cosas que en algún momento si se podían hacer realidad; con mucho esfuerzo y sangre, pero no lo quería de ese modo, así que solo soñar era mi más grande satisfacción.

Mi padre, Toji Fushiguro. Cada minuto  extrañaba mi tonto corazón, solo tengo un vago recuerdo de él, tenía cabello negro como yo, un cueroo bien fornido, desafortunadamente yo no tenía ese trabajado cuerpo, la simple idea de no parecerme a él en su aspecto se me llenaba el corazón de impotencia. Quería recordarlo, sentirlo y en estos días tan duros para mi solo desear un abrazo de él. Cada noche me levanto imaginando con él levantándome para irme a la escuela. Y en las tardes quisiera que me diga que no vaya a trabajar, que le cuente como me fue en mis clases, y así yo poder hablarle mis problemas que me agobian.

Cada segundo me siento celoso por los padres de mis amigos, ellos tienen con quien reir en las cenas, van a pasear juntos como en familia, comen helado sin preocuparse del dinero, tienen a quien dar amor y ser recíprocos. Yo solo me quedo a observar lo que siempre anhelo, amor fraternal. Extraño a mi madre, esa mujer que me dio a luz y murió por mi culpa, extraño a mi padre, ese hombre que por unos años estuvo conmigo cuidándome como si fuera mi madre, alimentándome para yo no morir. Entiendo el dolor de mi padre ante la muerte de su más grande amada esposa, y también entiendo que me haya abandonado, él realmente no pudo con el sufrimiento, yo era un bebé que se parecía a su esposa.

Aveces me hubiera gustado dejar morir por hambre.

Sin embargo, lo que no entiendo es como no le guardo rencor o algo de odio, no puedo odiar a mi padre, no puedo odiar su abandono, yo solo quiero que vuelva a mi lado, que mi madre nunca haya muerto, que ahora toda mi familia esté aquí, en la mesa comiendo sandía juntos, riendo, mi padre contando mis anécdotas sobre mis entrenamientos, contarles algo vergonzoso a mis amigos sobre mi y que mi madre salga a defenderme.

—Megumi....

Salió de su ensoñación. Sentí unas gotas bajar por mis mejillas, sin darme cuenta estaba llorando frente a la familia de Itadori. Mierda, que vergonzoso era esto.

—disculpen, solo... recordé algo —se limpió rápidamente con la manga de su suéter.

—oh, cariño. Ten, limpiate con esto —la madre de Itadori le alcanzó unas toallas desechables.

Megumi muy avergonzado recibió y agradeció.

—bueno, creo qur comimos suficiente sandía —Yuji se levantó de la mesa y luego ayudó a Megumi.

—muchas gracias por la fruta, señor y señora Itadori. —bajó la cabeza y se alejó junto con su amigo.

—no hay de qué muchacho —a lo lejos respondió, Jin.

Megumi en todo el camino hacia el cuarto de Yuji no dijo una sola palabra, en silencio entraron a la habitación. Se sentó en la silla de escritorio dándole la espalda a Itadori.

—¿vas a hablar?

—... no...

—parece que no te sientes bien, ayer cuando te invité también a mi casa te pusiste molesto al ver a mis papás. ¿ellos te caen mal? —se sentó al borde de la amplia cama.

—¡no! Y no me preguntes más —se levantó de la silla con brusquedad. Se dirigió a la terraza de la habitación.

Abrió las grandes puertas, el viento golpeó su suave rostro, observó su pequeño huerto lleno de verduras y algunas flores a los alrededores, en medio de ello había un camino pequeño que dirigía la salida a la calle.