Capítulo 4

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Miwa era una de las personas más simpáticas que había conocido en todo este tiempo de hospedaje en esta dimensión, a decir verdad, era la única que no le miraba con los ojos juzgadores o alguna pisca de asco. Ella fue una buena persona con él.

Si ella mintiera, lo haría protegiéndolo, demostró ser muy fiel a su trabajo y por supuesto, a sus jefes.

Después del gran alboroto que causó en la tienda del abuelo de Yuji, Miwa ésta vez tuvo que usar la fuerza bruta para llevarlo a casa. Finalmente juró guardar el secreto del beso con Yuji.

Megumi le reprochó que no era ningún secreto, ni mucho menos para guardar. Miwa en ese instante se sintió ofendida, con molestia frenó el coche en medio de la carretera, apagó el coche y bociferó "¡tu padre Gojo te va a matar si se entera que tienes novio!"

Megumi abrió la boca sorprendido, quiso decir algo, pero solo balbuceó, sin más se encogió en su asiento y se cruzó de brazos con molestia.

En todo el camino no expresaron ni una sola palabra, silenciosamente llegaron hasta la casa. Megumi con resentimiento salió del auto y cerró la puerta con fuerza.

—¡oye, oye, oye! ¡Cuida mi Lamborghini veneno, cuesta más que tu ropa! —reprochó.

—al diablo con tu lamborghini —gruñó.

Se adentró a la casa, Miwa venía a su atrás y sin embargo, Megumi le cerró la puerta en la cara.

—¡auch! ¡MIERDA! ¡ME LAS VAS A PAGAR MOCOSO!

El grito enfurecido se escuchó hasta dentro de la casa. Megumi soltó una risita divertida.

Se paseó por el pasillo buscando a sus padres, subió las anchas escaleras de mármol, llegó a la habitación de sus padres, abrió la puerta muy sonriente de volver a verlos, sin embargo, su sonrisa desapareció al ver que la habitación estaba en completo silencio.

Extrañado cerró la puerta y bajó las escaleras, se dirigió hasta la cocina, también abrió la puerta. Miles de ojos le miraron directamente, el se encogió de vergüenza, todas las cocineras tenían una sonrisa en sus labios y no faltante un leve sonrojo en sus mejillas.

—vaya, se parece tanto a su padre Gojo —susurró una muchacha a la otra señora que no paraba de pelar las papas sin despejar la vista hacia Megumi.

—sin duda es idéntico —respondió muy fascinada.

—bu-bu-enas n-oches —hizo una reverencia, levantó la cabeza y de inmediato salió corriendo.

Por un momento sentí que me desnudaban con sus miradas, eso fue aterrador.

Siguió corriendo sin siquiera ver a donde iba, hasta que chocó fuertemente contra el abdomen mojado de alguien, cayó de trasero para atrás.

—carajos —se frotó la mejilla adolorida.

Que tipo tiene tan duro un abdomen plano y al parecer musculoso ya que no hoyó ningún quejido de dolor de parte del hombre.

—cuida esa boca, mocoso.

Megumi reconoció esa gruesa voz, rápidamente levantó la cabeza y se paró como un resorte.

—¡PAPÁ! —le abrazó de la cintura, el cuerpo de Toji estaba húmedo —¿por qué estás mojado? —se apartó.

—estaba en la piscina con tu padre. Ahora quería ir por unas frutas a la cocina.

—pero, ¿no que hoy era la conferencia?

—si es. Eso será a las nueve de la noche, aún es —miró la hora de su reloj de muñeca —las cinco de la tarde. Por cierto, ¿a donde te perdiste toda la mañana?

LUCID DREAM - [GoToji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora