Capítulo 2

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Dios mío, esto arde mucho. Me corté el dedo con el cuchillo, pero que tonto soy, la papa no se pelaba así.

Recién llego al trabajo y me están mandando a hacer cosas de la cocina, yo solo soy el mozo, que manía de querer hacerme la vida imposible y lo peor con amenazas si no obedezco. Viejo panzón del gerente.

—¡Fushiguro! ¡deja eso y lleva esta orden!

—¡si, señor!

Que hago con mi dedo herido, no puedo llevar una orden así, va a manchar de sangre toda la bandeja.

—¡rápido, niño!

—¡ya voy!

Demonios. Trataré de no tocar mi dedo índice con los platos. Corrí a la cocina, levanté la bandeja con una sopa y un segundo de comida. Empezaba a doler más el dedo, tengo que mantener serenidad si quiero conservar mi trabajo.

Con mucho trabajo les entregué su pedido, luego siguió otra, y otra. Lo sentí interminable, este trabajo es muy agotador, no puedo parar un segundo ni para tomar agua. Tengo mucha sed.

—¡otra orden!

Ash, no. Quiero descansar y tomar un baso de agua. Levanté la bandeja otra vez, mis brazos estaban temblando, tal vez era por la herida que aún salía sangre, constantemente lo secaba con una servilleta, pero no servía, creo que ya lo infecté, mi cuerpo cada minuto se sentía muy débil, sin fuerzas, la tembladera de mis brazos se dirigieron hasta mis piernas y derrepente flaquearon.

—buenas tardes, aquí está su pedi-

Sin aviso alguno, al momento de dejar el plato de comida en la mesa sentí un fuerte mareo, la los platos al frente mío se distorsionó. Sentí un jalón para atrás, eso hizo caerme lentamente, tal vez era necesario esta caída para poder descansar mi cuerpo magullado por el exceso de trabajo. Simplemente me dejé caer.

Sentí como mi cabeza y espalda era golpeada fuertemente contra el piso, no tuve tiempo de sentir completamente el dolor insoportable y solo cerré los ojos.

Tal vez solo necesitaba este momento para descansar. Al parecer la herida del dedo no fue un completo desastre, me ayudó a darme un descanzo sin que me regañen, claro que no en el momento indicado, pero al menos voy a despertar descansando y en una cama del hospital. Aunque lo dudo mucho, ya que él gerente no tiene fondos suficientes para un hospital.

No sé cuantas horas o días estuve inconsciente, pero ahora mi cuerpo y mente sólo quería levantarse y abrir los ojos, ya había sido suficiente descanso para mí, era hora de volver al bendito trabajo y seguir siendo explotado por mi jefe.

Megumi movió sus músculos del cuerpo y los estiró completamente, soltó un grande bostezo.

—Megumi.

—mmm...

Arrugué mi nariz, se sentía muy frío, tal vez se me bajó la presión, últimamente no me alimento bien, hasta no estoy llegando a cenar, a mi estómago cada día entraba menos comida que la anterior.

—Megumi despierta...

Esa mano caliente era muy reconfortante, ¿acaso el cajero tenía unas manos tan cálidas? Que yo sepa no, muchas veces le doy la mano para saludarle y esas eran ásperas, frías y hasta un poco sudadas.

—cariño, despierta.

—mmm, si... ya voy...

Dije de mala gana, no podía evitar sentirme mal al dejar una cama tan caliente y suave al mismo tiempo. Espera, ¿cariño? Que mierda dijo ese viejo decrépito. Abrí mis ojos de golpe, fue ahí cuando me quedé estupefacto, no podía creer lo que mis veía. La habitación era enorme y muy de mi gusto, todo era pulcro y hasta las paredes decoraban finos cuadros antiguos, una la reconocí mas que las otras, era el cuadro de Vincent van Gogh; la noche estrellada. Por un segundo creí ver la original ante mi frente.

LUCID DREAM - [GoToji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora