Capitulo 3

4.8K 128 1
                                    

CAPITULO 3

MILES

Había llegado a la universidad media hora después, mi casa no estaba muy lejos del campus. Mi mejor amigo Mike se encontraba hablando por teléfono en el asiento de alado mientras que yo manejaba.

—Si mama...si, si ya los tengo— lo mire de reojo y el solamente rodó los ojos y bajo la voz para que no le escuchase pero se escuchó todo lo que dijo—si ya traje mis interiores favoritos no te preocupes.

Aguante las ganas de tirarme a reír para no hacerlo enfadar por la quinta vez. Estacione en frente de nuestro edificio, las habitaciones donde llevaba ya un año viviendo. Baje del auto y abrí la maleta. Hoy hacia un día soleado, muy bueno para hacer una fiesta en la piscina.

—Hey casanovas, ayúdame aquí—me volví hacia Mike y baje las ultimas maletas del auto. Por los pasillos saludamos a todos: éramos conocidos por hacer las mejores fiestas de la universidad y claro todos querían estar y que estemos también en las suyas, así que éramos en cierto modo populares.

— ¡Al fin! —Mike lanzo sus maletas en su cama y yo en la mía. En el cuarto habían dos camas, una alado de la pared y la otra pegada a la ventana y la segunda era la mía— Hoy fiesta ¿no? Mañana empezamos y quisiera ir recargado.

—Te emborracharas y tendrás una resaca.

—Tú me entiendes...y si está Andrea es mejor—Mike sonrío de medio lado y salió de la habitación, dejándome solo en el cuarto. Me acosté en la cama y cerré los ojos por un rato hasta que sonó mi celular. Sin levantarme, busque mi celular en los pantalones y mire el nuevo mensaje:

"Hoy fiesta en la casa de Mark"

Una hora después Mike y yo nos presentamos a la casa de Mark, eran una de esas casas donde estaban un poco apartadas del centro de la universidad donde te comprabas tu propia casa en vez de vivir en las habitaciones con alguien. La música llegaba desde afuera, salude algunos mientras entraba, una chica me sonrío y me ofreció una cerveza y yo sin rechazarla, lo bebí completo.

Llegamos al jardín donde se encontraba una enorme piscina con gente adentro en traje de baño. Me saque la camisa, la deje a un lado y me acerque a la piscina.

— ¿Por qué no te la quitas? No puedes entrar así—le digo a Mike que miraba el agua con miedo.

—No sé, no tengo un buen cuerpo como el tuyo para mostrar.

—No te preocupes, alado de mi nadie te va a notar— de un segundo a otro caigo al agua ya que Mike me empujo. Debajo del agua veo como Mike se tira al agua sin su camisa y empieza a reírse cuando saca la cabeza.

Después de un rato intentando en ahogar el otro como dos niños, nos quedamos hablando con unas chicas que se sentaron al borde de la piscina, yo tenía en mano mi cerveza que me la termine en dos segundos y así seguía con la próxima.

De repente mis ojos cayeron en una chica...La chica que había besado en la fiesta.

—Oye Mike—Mike me miro y miro donde le estaba señalando con la cabeza— ¿Quién es ella?

— ¿estas bromeando? Ella es Katherina Hoult

— ¡¿Qué?!

— ¿Por qué qué pasa?

—Nada...nada— salgo de la piscina y me quedo mirando a Kat, como había dicho la otra chica, me seque la cara con mis manos y con paso decidido me acerque a ella, intento mirarla a la cara en vez de su perfecto cuerpo y como siempre se me hizo imposible. Mierda, soy un hombre débil.

—Kat—digo cuando me detengo en frente de ella. Kat me mira y puedo ver miedo en sus ojos, claro porque me beso la noche anterior y su novio estaba ahora mismo alado de ella.

—Hey Miles...Nick ahora vengo, le tengo que ayudar con las bebidas—después de haber besado a su novio se acercó a mí, me agarro del brazo fuertemente y empezó a alejarme de los demás

—Oye, no me dijiste que eras Kat Hoult...me besaste— digo en voz baja, ella me mira de reojo pero no dice nada. Cuando llegamos a una esquina de la casa donde nadie se encontraba, me empuja contra la pared haciendo que recordara la otra noche.

—Lo que pasó ayer no fue nada...—acerco su rostro a centímetros del mío y yo solamente la pude mirar sintiendo las palabras en la garganta que no podían salir.

—Está bien, no te preocupes, no se lo diré a nadie...

Y fue ahí cuando pego sus labios a los míos con deseo y yo sin poder resistirme, seguí el ritmo de sus labios.

Amigos con derechosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora