Cuando, luego de una breve examinación Scott salió de la enfermería como nuevo, mientras que Jackson -todavía dentro- recibía puntos en su cara a raíz del puñetazo, Stiles terminó de convencerse de que aquello no solo no era normal, sino que era sobrenatural.
Y no es que los golpes de Jackson fueran dignos de un boxeador, pero el chico tenía fuerza y sabía pegar. Stiles lo había aprendido por las malas, cuando quiso hacerse el listo frente a Lydia, intento completamente fallido. Y el hecho de que su flacucho y asmático amigo no tuviese ni un mísero moratón, o algún signo de dolor, era llamativo, y teniendo en cuenta que Scott no había golpeado a alguien en su vida, haberle abierto una herida en el rostro a Jackson no era poca cosa.
Como su día ya no podría ser normal, Stiles decidió saltearse su siguiente clase para ir con Scott, que claramente había sido expulsado de la escuela por ese día y el siguiente dado su radical comportamiento.
...
—Eso no fue un lobo, no hay lobos en california desde hace años. Viste sus ojos, no eran normales y ahora los tuyos tampoco son normales, lo que hiciste allá no fue normal y nada en tí es normal hoy. Tenemos...tenemos que averiguar cuanto antes qué te sucede, tengo un mal presentimiento y sabes que nunca me equivoco con eso—dijo mientras buscaba entre las hojas secas y ramas el inhalador de su amigo.
Scott estaba convencido de que ya no necesitaba esa cosa, pues se sentía mejor que nunca, pero no quería que aquel objeto quedase en una escena del crímen. Su madre era muy amiga del Sherif Stilinski, que si encontraba su inhalador primero no dudaría en delatar la travesura que cometieron la otra noche. Y por supuesto ya tenía suficiente con el sermón que recibiría al llegar a casa por ser expulsado de la escuela.
—¿Tenemos? No. No hay nada que averiguar. No estamos en una maldita película de detectives Stiles. Me siento bien, por primera vez soy parte del equipo, por primera vez no soy invisible. ¿Podrías tan solo estar feliz por mí?—soltó casi en un gruñido, pero por supuesto los humanos no gruñían así que eso solo fue su imaginación, o eso quería creer Stiles.
Lejos de ofenderse, pues ya estaba acostumbrado a que la gente se hartara de su hiperactividad -aunque no tenía muchos amigos como para comparar, en realidad Scott era su único amigo- siguió en la búsqueda.—Oye...creo que ya nos hemos alejado bastante de la zona del crímen, ¿Estas seguro de que lo dejaste por aquí? Quizás quedó en tu mochila o en tu casa, creo que deberíamos irnos, tenemos muchas cosas que investig-
—Esto es propiedad privada.—fue interrumpido por una voz grave y masculina, muy masculina.
Ambos saltaron en su lugar, girando sus cabezas en todas direcciones en busca del dueño de aquella voz. Al voltearse vieron al susodicho. Un hombre de unos veintitantos, llevaba unos jeans negros, una camiseta negra y una chaqueta de cuero negra. Para coronar sus zapatos también eran negros. Y Stiles pensó que si la masculinidad fuera una persona, definitivamente se vería como algo así.
—E-estamos buscando u-un..—nuevamente, fue interrumpido, aunque no verbal sino físicamente, ya que el sujeto le arrojó a la cara el bendito inhalador de Scott.
—Largo.—dijo el extraño en un gruñido, y Stiles enserio tendría que averiguar más sobre esto de los gruñidos en humanos, pues no estaba acostumbrado a ello.
Sin ánimos de desafiar a ese rostro tan amenazante, volvieron sobre sus pasos a un ritmo más dinámico, casi trotando.
Cuando estuvieron dentro del Jeep de Stiles, este fue el primero en romper el silencio.
—¿Ese era Derek? ¿Derek Hale? ¿El mismo que fue a nuestra escuela y un día desapareció luego de que toda su familia muriera en un incendio de procedencia dudosa? ¿Y qué hacía en medio del bosque? Y peor aún ¡¿Por qué tenía tu inhalador?!—se preguntaba más para sí mismo que para su amigo, que solo se limitó a negar.
—Yo lo ví. A él...ayer, ahora lo recuerdo...—dijo de repente mirándolo, con los ojos abiertos de par en par, por primera vez desde que se subieron al auto.
—¿Cómo? Viniste aquí. ¿Sin mí?—respondió sin esforzarse en ocultar su enojo.
Scott rodó los ojos, a la vez que negaba lentamente con la cabeza.—No, ayer en mi habitación, escuché un ruido en la ventana y cuando me asomé lo ví...o eso creo...
El rostro de Stiles pasó del enojo al terror, en solo un segundo.—Espera, espera, por casualidad ¿Tenía ojos amarillos?—preguntó rascandose el cuello con una mano.
—Tal vez...aunque creo que eso fue mi imaginación...además, ¿Eso qué tiene que ver?—negó con la cabeza.
Stiles no respondió en el momento, puso su auto en marcha y comenzó a conducir, con un destino muy, muy específico.
—Te lo aseguro, tiene mucho, mucho que ver.—dijo sin despegar sus ojos del camino.
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A C O N I T E || Sterek
Fanfic¿Qué se supone que hay que hacer cuando esa persona es tu perdición y a la vez tu salvación? Cuando quedarte podría matarte, pero irte también. Cuando el amor se vuelve un arma de doble filo. "Él es tu cable a tierra, tu ancla pero no olvides que t...