Capítulo 4: Desentierro

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Scott tenía muy bien sabido que una vez subes al Jeep de Stiles, corres tu propio riesgo, pues nunca se sabe a dónde te puede llevar alguien como él.

Pero realmente sintió que ultimamente estaba subestimando a su amigo, pues ahora se encontraban en la morgue. Y cuando Stiles le dijo que el "plan" era que él olfateara la maldita mitad del cadáver que la policía había encontrado, creyó que la palabra "subestimar" se estaba quedando corta.

Lo más escalofriante, era el poco tiempo -léase "poco tiempo" los diez minutos de recorrido en auto desde el bosque hasta el hospital- en el que Stiles había planeado todo y peor aún, que lo hizo en completo silencio, lo que no solo era raro, sino prácticamente imposible en él.

—¿Y cómo sabremos cual de todos estos es?—preguntó Scott, señalando con la mirada a los "cajones" que contenían los cuerpos.

Stiles soltó una pequeña risa, entrecerrando los ojos a la vez que rascaba su nuca.—Pues...buscaremos hasta dar con el que esté por la mitad, fácil.—hizo aspavientos con las manos restándole importancia al asunto.

—Entonces empieza a buscar porque no tenemos tanto tiempo y no quiero que mi madre sepa que estamos aquí.—dijo casi en un susurro, mientras abría y cerraba los cajones rápidamente, como si buscara el cajón de los utensillos en la cocina.

Tuvo que parar en seco cuando escuchó como su amigo caía al piso como una bolsa de papas. Se volteó hacia él para encontrarse con un Stiles al que le estaba costando mucho trabajo no vomitar.

—Yep. Me parecía más divertido de lejos.—dijo y se hizo a un lado, haciéndole a Scott un gesto de "todo tuyo".

El aludido se acercó a pasos dudosos y miró a Stiles a los ojos buscando un poco de aliento. Mentiría si dijera que tenía idea de lo que estaba a punto de hacer.

—Tú puedes, ya sabes, como los perros, olfatea su trasero o algo así...bueno en realidad esta mitad no tiene trasero pero...no hace falta, solo olfatéala.

Scott había dejado de prestar atención a su amigo en cuanto este pronunció la palabra "perros". Cerró los ojos, concentrado, y dió dos fuertes inhalaciones cerca del cadáver, sin disimulo alguno. De inmediato su rostro se desfiguró en una mezcla de desagrado y enojo.

Cuando abrió los ojos y volvió a mirar a Stiles, le asintió levemente con la cabeza, pues su amigo ya sabía lo que eso significaba.

...

Comenzaba a anochecer, y eso era perfecto para lo que Stiles tenía planeado. Detuvo su Jeep frente a las ruinas de lo que en su momento fue una casa, y tomó de la parte trasera del mismo dos grandes palas, dándole una a su amigo.

—¿Qué haremos si aparece?—Scott no podía ocultar su miedo y necesitaba asegurarse de que Stiles no había dejado cabos sueltos.

—¿Corremos?—respondió el otro desinteresadamente.

—No me gusta para nada este plan...—murmuró comenzando a cavar.

...

Cuando los brazos de ambos chicos comenzaban a cansarse, ambas palas chocaron con un objeto más -mucho más- duro que la tierra. Pero al descubrirlo se encontraron con un lobo.

—¿Qué diablos? Por favor dime que tienes una explicación a esto en tus planes...

Stiles se levantó sin decir una sola palabra y comenzó a inspeccionar todo al rededor. Hasta que dió con una maceta de flores violetas, de la cual se desprendía una cuerda. La tomó en sus manos y luego de observarla detenidamente comenzó a seguir el otro extremo de la cuerda, que resultó estar en forma de espiral rodeando la tumba que habían descubierto.

En cuanto el espiral se deshizo, el lobo desapareció, dejando a la vista la otra mitad del cadáver que buscaban.

—¿Cómo...-

—No lo sé. Debe ser una especie de ritual o algo por el estilo. Pero lo importante es que tenemos pruebas contra Derek. ¡Resolvimos el caso!—elevó su mano esperando que el otro correspondiera el choque de palmas, pero eso no sucedió.

—Deberíamos dejar que investiguen antes de cantar victoria, Stiles. Ahora por favor, ya larguémonos de aquí.

...

Había dos patrullas y tres oficiales detenidos delante de las ruinas de la casa Hale. Dentro de una de ellas, en el asiento trasero, se encontraba ya esposado Derek.

Y como a Stiles no le importaba tentar al destino con tal de salirse con la suya, se subió al asiento delantero de la patrulla, quedando cara a cara con un muy serio Hale.

—Quiero que sepas que no te tengo miedo. Tu juego se acabó.—dijo mirándole fijamente a los ojos, notando como las pupilas se le dilataban y su mirada se volvía -si era posible- aún más asesina.

—Se equivocan.—negó con la cabeza.—Y pronto verás que tu amigo me necesita.

Stiles no pudo decir la respuesta sarcástica que había formulado, pues su padre lo tomó del cuello de la camiseta sacándolo del auto.

—¿Quieres explicarme cómo supiste que estaría aquí el cuerpo?—interrogó el sheriff, cruzándose de brazos, con el ceño fruncido a más no poder.

—Eh...es una larga historia pero ¿recuerdas la noche que encontraron el cuerpo?—se rascó la nuca nervioso.

—Te refieres a la noche en la que espiaste mi radio, te entrometiste en una búsqueda policial y por si no fuera poco terminaste herido en el hospital, oh si, por supuesto que lo recuerdo.—en un suspiro dejó caer sus brazos y su expresión se aflojó, mostrando lo cansado que estaba.—lárguense de aquí, antes de que los encierre a ustedes también.

—¡Por supuesto!—soltó Stiles tomando a Scott del brazo rápidamente en dirección a su Jeep.

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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A C O N I T E || SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora