One Shots Nanatsu no Taizai 🐲💥

Parte sin título 6

Título: El Angel de Camelot.

Emparejamiento: Arthur Pendragon / Kagome Higurashi.

Género: Fantasía / Romance.

Historia Crossover: Nanatsu no Taizai and Inuyasha.

Two Shot.

Resumen.

UA: El joven rey de Camelot Arthur Pendragon se encuentra en medio de una batalla desesperada contra terribles monstruos que amenazan su reino. Herido de gravedad, Arthur es sanado por Kagome, una misteriosa joven de otro mundo, quien posee habilidades curativas más allá de cualquier otras. En poco tiempo, la dulce y hermosa chica de brillantes ojos azules cautiva el corazón del joven rey, quien tratará de ganarse el afecto de la hermosa Kagome...

Disclaimer: no soy dueña de los personajes deNanatsu ni del anime y manga. Estos son propiedad de su increíble creador Nakaba Suzuki. Tampoco soy dueña de el Manga y Anime de Inuyasha, son propiedad de su creadora Rumiko Takahashi.

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El sol se estaba poniendo en el horizonte cuando los primeros gritos de alarma resonaron a lo largo de la frontera este del reino de Camelot. Arthur Pendragon el joven gobernante de dicho reino, observaba desde lo alto de una colina cómo las sombras se alargaban sobre el paisaje ondulado y verde. Las colinas que antes habían sido pacíficas ahora estaban en llamas y envueltas en un caos infernal.

Un par de horas antes, el rey de ojos violeta había recibido la noticia de que una horda de criaturas altamente peligrosas estaba intentando cruzar la frontera este de Camelot. Por el bien de su gente, no podía permitir que eso sucediera, así que decidió liderar personalmente la defensa para repeler la amenaza.

En el presente, Arthur apretaba los puños, respirando profundamente para despejar su mente analizando la situación, sus ojos violeta brillando con determinación bajo el peso de su corona y la responsabilidad que ésta representaba. A su lado, sus caballeros más leales se preparaban para la batalla que se avecinaba, ajustando las armaduras y desenvainando sus espadas con movimientos tensos pero disciplinados.

Los monstruos emergieron de entre los árboles del bosque como sombras grotescas contra el cielo anaranjado del atardecer. Eran criaturas de pesadilla: piel escamosa, ojos brillantes llenos de malicia, mandíbulas llenas de colmillos amarillentos que chorreaban un líquido de un tono verde enfermizo y garras afiladas como cuchillas. Rugieron en un coro discordante que envió escalofríos por la espalda de los hombres que se alineaban para enfrentarlos.

-¡Por Camelot! -exclamó Arthur con voz fuerte y clara, levantando Excalibur en alto.

Los caballeros respondieron con un grito de guerra, el sonido resonando como un eco en las colinas circundantes. Con un estruendo metálico, la batalla comenzó. Las espadas chocaron contra las escamas de los monstruos, explosiones de magia impactaban dejando profundas heridas en las bestias, las flechas volaron y las lanzas se clavaron en cuerpos duros como el acero.

Arthur luchaba en el frente de batalla con la destreza de un hombre que había sido entrenado en el arte de la guerra desde joven. Su espada cortaba el aire con precisión mortal, encontrando su marca una y otra vez en los puntos débiles de las bestias que amenazaban su reino. Sin embargo, la batalla era feroz y los monstruos parecían inagotables en número.

Fue en un breve momento de descuido, que uno de los monstruos logró burlar las defensas y lanzarse hacia Arthur con las garras extendidas. El rey apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que las garras se hundieran en su costado, rasgando a través de su armadura y dejándolo caer de rodillas con un grito de dolor.