28

200 32 6
                                    

Lo hago por que quiero, no por obligación.

Abracé mis rodillas con fuerza en el momento en que Yeon-Joo me sentó al lado de So-Yeon, colocando mi rostro en el espacio que quedó entre mis brazos al momento de realizar dicha acción. Sin hacer demasiado ruido, empecé a soltar uno que otro sollozo, con la realidad recordándome constantemente que si él estaba solo la posibilidad de sobrevivir era mucho más baja, y eso cada vez me hacía sentir peor.

Jang-Soo. Mi Jang-Soo.

¿Por qué?

Por favor, cuídate mucho.

No quiero dejarte solo, no quiero perderte.

¿Por qué me pasan estas cosas a mí? Confío en tu estatura y estado físico, y tengo la poca esperanza de que nos alcanzarás corriendo detrás del camión. Así como en las películas.

Suena imposible pero… ¿Por favor? No me dejes.

No quiero quedarme sola.

Reconozco que me sentía tan estúpida hablando conmigo misma, pensando que de alguna forma mis palabras llegarían hacia él y haría lo que le estaba pidiendo. Pero no es así. No estamos en una serie. No tenemos telepatía. Esto no es una película de esas que le gustan a Tae-Man en dónde pasa hasta lo más imposible, así que es muy poco probable que eso suceda.

Pero, no quiero perderlo. Me niego a perderlo. No.

Mi cuerpo se estremeció y me abracé más fuerte cuando mis oídos comenzaron a detectar el ruido que hacía la lata de pintura que tenía Jang-Soo en sus manos al ser golpeada con fuerza, y se aceleró aún más, cuando escuché su voz, cuando escuché sus gritos.

Sentí como el auto se movía en señal de que había sido encendido y reconocí que todos empezaban a subirse al mismo cuando sentí que el material bajo mi trasero empezaba a ser pisado, traté de encogerme más y no llamar tanto la atención con mi llanto. Pero sabía que era inevitable, de alguna forma mi llanto los tenía aturdidos y tampoco quería eso. Solo lo quería a él. Lo quiero a él. No quiero nada más.

— Arranca el camión — escuché a un costado. Y de inmediato levanté mi rostro de donde lo tenía escondido y miré al frente con la mirada empañada. Pero logré notar que tenía a Hee-Rak ante mis ojos, así como también noté que él apartó la mirada y se concentró en mirar al frente.

Eres tú quien tenía el palito más pequeño.

Lo sabía.

De un momento a otro el auto arrancó, logrando que me moviera con fuerza hacia adelante, sosteniéndome de la base del auto cuando este empezó a ir en dirección a la salida del lugar.

Apenas salimos, me atreví a revisar a mi alrededor, un grave error. Mi corazón se aceleró y mis ojos volvieron a mojarse cuando mi vista no logró captar a Jang-Soo, solté un sollozo ante la situación.

Por favor, quién sea que me esté escuchando ayúdeme y ayúdelo.

En mi mente rogaba a los cuatro vientos que mi novio lograra salvarse, que por una vez las películas fueran reales y él saliera corriendo y se subiera al camión, yéndose con nosotros.

En medio de mi inspección logré distinguir una muy conocida figura sobre el techo de una de las casas y sollocé con fuerza, moví mi cuerpo hacia adelante y sentí unos fuertes brazos agarrarme por la cintura. Ahí fue cuando noté dónde estaba. De alguna manera inconsciente había ido hacia el borde del camión y había estirado mis brazos en dirección a la figura de mi novio, como si así lograra nuevamente tenerlo en mis brazos y abrazarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝗤𝗨𝗜𝗘𝗧 • 𝗗𝗨𝗧𝗬 𝗔𝗙𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗖𝗛𝗢𝗢𝗟.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora