Aziraphale
Era un martes, uno de mis días favoritos. Amaba ese dia, ¿por qué? Una respuesta bastante fácil:
Tenía clases con el profesor Anthony J. Crowley...
Era una fría mañana, recorría las grandes calles de SoHo, chocando de vez en cuando con el tumulto de personas que posiblemente estaban en sus actividades cotidianas o, simplemente, se encontraban en mi situación. Por mi parte, estaba llegando lo suficientemente tarde como para obtener una ausencia en la clase presencial. Podria decirse, que ultimamente me estaba despertando casi una hora antes de la entrada a clases y no tenía tiempo para casi nada, por ello en este preciso momento, estoy corriendo en dirección a la universidad, como si mi vida dependiera de ello.
Aunque yo consideraba que los martes eran un día bastante especial, también tenía un lado en donde los odiaba. La razón era que siempre, por las mañanas, las calles estaban repletas, impidiendo el paso de los ciudadanos. Eso lograba que tardara más de lo usual y lo que más detestaba era llegar tarde a clases. No importaba si era un minuto o un segundo, realmente me irritaba no ingresar a horario.Estaba claro que, si yo llegaba algunos minutos tarde, mi padre sería avisado. Acto el cual era uno de mis peores miedos, teniendo en cuenta que él, es el mismísimo director de la universidad. Aún permanecía corriendo, por el momento sentía que me desmoronaba, mi pecho comenzó a crear presión por la falta de aire; quería detenerme, realmente lo necesitaba, pero mi objetivo ahora era llegar lo más pronto posible al área de estudio, el cual fue todo un éxito.
Con el paso de los minutos, había llegado finalmente hacia el establecimiento educativo. Mi corazón estaba al borde de detenerse, pero estaba aliviado, aliviado de que por mi esfuerzo logrará llegar al menos dos minutos tardé.
Recuperé el aliento forzosamente, realmente estaba exhausto. Había comenzado a dar pasos moderados en dirección a la entrada, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, estaba desplomado en el suelo.Mi cuerpo estaba débil; sentía mis brazos y piernas temblar en ese momento, pero estaba inmóvil, sin alguien que pudiera ayudarme, solo yo.
Por un pequeño lapso de tiempo, creía que iba a desmayarme, estaba muy seguro de ello, hasta que, sentí algo; una cálida palma de una mano se apoyó sobre mi hombro. Fue raro, quería voltear para saber la misteriosa persona que lo había hecho, pero mis pocas fuerzas me lo impedían, la debilidad estaba ganando la batalla en la cual, no me dejaria vencer.
Al cabo de unos segundos, logré inclinar apenas mi cabeza hacia un costado, intentando asimilar a la figura humanoide que estaba parada justo a mi lado, ofreciéndome ayuda.
Y así fue, cuando logré distinguir a una mujer, que para mi sorpresa, era una joven de tez morena, ojos brillantes, una sonrisa simpática y un cabello algo cortó. Ella vestía un uniforme que sorprendentemente en su mayoría era de blanco y además llevaba consigo una pequeña boina sobre su cabeza; era muy bonita.—¿Te encuentras bien? Vi que estabas corriendo y, bueno, que te caíste.— Exclamó hacia mí, entregandome una sonrisa amable.
—Oh... ehmm...—
Apenas y las palabras salían de mi boca, tras la debilidad de mi cuerpo, la coherencia y respuestas se me estaban dificultando. Después de todo, con las pocas fuerzas que tenía, tomé su mano, era cálida y suave como un algodón.
Una vez de pie, inhalé profundamente hasta llenar mis pulmones y solté el aire por la boca. Estire mi mano para darle un saludo cordial, debía hacerlo, ella había logrado ayudarme con mi pequeño problema. Aún así, confuso ante la identidad de la chica, con un tono dulce agradecí ante su ayuda.—¡Te lo agradezco muchísimo! Eh...
—Muriel. Soy Muriel, un gusto.— Aclaró.
—De verdad es un placer conocerte, Muriel. Soy Aziraphale. Lamento mucho la prisa, pero estoy llegando tarde a mi clase. ¡Gracias por la ayuda!—
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Nuestro "Edén" Secreto. [Good Omens Au]
Fiksi RemajaEstá es una historia sobre un universo de Good Omens en el cual, Aziraphale toma el papel de un alumno aplicado que tiene el percance de ser malo en física. De allí su nuevo profesor Anthony J. Crowley está dispuesto a ayudarlo buscando el método de...