007 the getaway car

14 2 1
                                    



───En la pequeña habitación de los Potter (porque ya tenían una muy angosta y compartida pieza) yacían los mellizos Harry y Jules en total silencio. El chico sentado en la silla del escritorio, pasaba las paginas de un casi vacío album de fotos y ojeaba una y otra vez la foto mágica de sus padres, ambos luciendo unas sonrisas alegres que no contagiaban mas que nostalgia de lo que hubiese podido haber sido, a Harry le hubiese encantado jugar Quidditch los fines de semana con su padre mientras Jules y su madre aprendían nuevos hechizos, por su lado, Jules se preguntaba como se hubiese sentido ser la niña de los ojos de su papá y despertar cada mañana con un beso en la frente de su madre, esa era la cuestión, ¿que hubiese pasado si...? Claro que en algún punto de su vida ambos lo supieron, lo sintieron y lo vivieron aunque ahora no era más que un recuerdo vacío e inconsciente.

Pero no todo era tan malo últimamente (sin contar la estadía en la casa de los Dursley), ahora los mellizos tenían amigos, Ron Weasley y Hermione Granger, de los cuales no habían recibido una sola carta en todo el verano, era algo sospechoso pero los mellizos se habían planteado diferentes excusas lo suficientemente convincentes para creérselas ellos mismos. Jules creía que tal vez Hermione estaba muy ocupada estudiando para su segundo año en Hogwarts, y Harry pensaba que tal vez Ron era Ron y le daba mucha pereza escribir. Fuese como fuese, pronto estarían en Hogwarts otra vez y hasta entonces los mellizos se tenían el uno al otro.

Jules, mientras tanto, estaba acostada sobre su cama con la vista perdida en una de las viejas revistas de moda de su tia Petunia a la vez que Carly Simon sonaba a través de los auriculares conectados a su reproductor mp3, sin embargo no cancelaban el ruido lo suficiente como para evitar escuchar el grito del tío Vernon llamando a Harry.

Jules se sentó brevemente dejando el reproductor y la revista de lado para ver a Harry.

—Lo conseguiste.—Dijo este último a su lechuza, Hedwig, quien se encontraba inquieta dentro de su jaula. Harry se levantó de su lugar y salió de su cuarto con Jules detrás de él, no es que también la hubiesen llamado a ella, de hecho, si se trataba de sus "mascotas", Jules podía asegurar que su gata era lo bastante desinteresada para darle problemas a los Dursley, pero no siempre lo evitaba.

Al bajar primero se encontraron con la tía Petunia en la cocina terminando de adornar con cerezas un pastel recién hecho.—Está allá.—Señaló hacia la sala donde Vernon arreglaba el moño de Dudley.

—Te lo juro, si no controlas ese maldito animal deberá irse.

—Pero está aburrida, si solo la dejaras salir por una, o dos horas.

—¡Ja! ¿Para que le envíen mensajes a sus extraños amigos? No señor.

—No hemos recibido ningún mensaje de nuestros amigos. Ninguno.—Harry bajó la cabeza.

—¿Quien querría su amistad?—Dudley frunció la nariz con disgusto y paso por en medio de los mellizos chocando con los hombros de ambos ganándose una mirada molesta de la chica.

—Deberían ser mas agradecidos. Les hemos criado desde que eran bebés, les alimentamos de nuestra mesa y Dudley les cedió una de sus habitaciones porque nuestro corazón en bondadoso.

Jules puso una cara de incredulidad.—¿Gracias?

—¡Los Mason llegaran muy pronto! Ahora, vengan, repasemos el plan, ¿si?, Petunia cuando los Mason lleguen tu esperaras...

—En la sala, quiero recibirlos con gracia en nuestra casa...

—Muy bien, y Dudley tú estarás...

—En la puerta para abrirla.

purge the poison ✶ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora