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| Max

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| Max.



Iba caminando junto a mis amigos directo a la cancha de skate, íbamos a entrenar y a pasar el rato. Ya era tarde, por lo que supusimos que no habría nadie, me sorprendí al ver a los Gammas ahí.

— Viejo, ahí esta Bradley, deberíamos irnos —propuso P.J., me sorprendí una vez más, usualmente les daba igual si estábamos cerca de él.

Tardé unos segundos antes de responder mientras escuchaba lo que Bobby decía: — Si, últimamente está más raro de lo normal —lo miré alzando una ceja.

— ¿A qué te refieres, Bobby? 

— Si, cada que nos ve se acerca solo para molestar, quiero decir, eso es normal, pero está más al pendiente… especialmente de ti —señaló Bobby.

— Él tiene razón, incluso da miedo, seguro está tramando algo —suspiré divertido, mis amigos se estaban volviendo paranoicos.

— ¿Y desde cuándo nos importa?, no dejemos que ese idiota nos arruine las cosas con su presencia… aunque llegue a ser odioso, no hay que darle el gusto —sonreí animado, mis amigos dieron un largo suspiro pero finalmente avanzaron conmigo.

Estuvimos haciendo trucos, riendo y jugando entre nosotros, pero no podía evitar sentir la penetrante mirada de Brad encima de mi. En ocasiones volteaba a verlo y este solo me observaba con una mirada que no sabría describir; parece que me sonríe con los ojos de forma burlona, me barre de arriba abajo y luego se desvía. Me tiene confundido, ¿qué pretende?

He logrado ignorarlo, pero llamó mi atención cuando en uno de mis trucos mi playera bajo hasta mi cara, dejando descubierto mi pecho y abdomen. Cuando me acomodé mientras Bobby me echaba porras logré hacer contacto visual otra vez, posiblemente ese fue el más corto de todos en todo este rato, y hubo un detalle que no pasé por alto; Bradley estaba sonrojado.
  
¿Habrá sido por mi?

— Chicos, ¿quieren un descanso? —pregunté, ambos asintieron y nos fuimos a un lugar más tranquilo en la cancha, pero no tan alejado, todavía podíamos visualizar a los Gammas.

— No puedo creer lo creído que es ese Bradley, realmente piensa que todos babean por él —mencionó P.J. mientras observábamos como hacia trucos en su patineta. Sonreí, era algo torpe pero lograba hacerlos bien al final.

— Ni las moscas lo voltean a ver, seguro se mueren antes de tocarlo por el aroma que desprende su fina colonia que aparte marea —Bobby hizo una mueca de asco, yo reí y bebí de mi agua.

— Basta, chicos… no está tan mal, si prestan atención tiene su encanto, supongo —me miraron como si fuera un bicho extraño—. ¿Qué?

— Viejo, ¿te acabas de oír?, ¡estamos hablando de Bradley Cremanata III!, ¡el bocón que casi nos mata!

— Ajá…

— ¿Te parece atractivo? —preguntó Bobby, yo suspiré.

— No… —sonó más a pregunta, quise golpearme a mi mismo— solo sé reconocer cuando alguien tiene lindos rasgos, yo qué sé, he hablado así de las chicas también —traté de defenderme con eso último, creo que lo empeore. 

The Way I Hate U - MaxleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora