Inmundo [Tomioka Giyu x Lectora]

08

Tomioka había estado evitando el tema de convertir a (__) en una de sus pupilos, pero finalmente tomó la decisión de hacerlo. Consideraba importante que la joven aprendiera a defenderse de los demonios, pues nunca se sabía qué podría suceder.

Había planteado diferentes escenarios a la castaña, quien se mantuvo en silencio mientras él hablaba. Incluso se sintió nervioso cuando la vio cruzarse de brazos, temiendo haberla molestado con su sugerencia.

—Está bien, no hay problema para mí. Puedes enseñarme todo lo que sabes —respondió ella con una sonrisa tímida.

(__) suspiró levemente, consciente de que el pilar del agua solo buscaba lo mejor para ella. Además, sentía que de esa manera estaba pagando a la sociedad, de algún modo, por los crímenes de Douma y los suyos propios. Después de todo, ella también era responsable por no haber sido sincera, permitiendo que él se fortaleciera al devorar a más jóvenes.

Deseaba que su hijo creciera sin culpabilidad, sin sentirse mal por las acciones de su verdadero progenitor, aunque él no lo supiera. No pensaba revelarlo fácilmente, pues no se sentía segura de hacerlo. Sabía que estaba cometiendo un error al traer al hijo de Douma al mundo.

—Te enseñaré lo más básico por ahora. Cuando des a luz, haremos un entrenamiento más intenso para que pases la selección final —indicó Giyu, haciendo que (__) tragara con fuerza.

Había escuchado por parte de Tomioka lo difícil que era pasar la selección final y que no todos eran capaces de sobrevivir esos días.

—Entiendo —aceptó sin más remedio, consciente de que no tenía otras opciones y no quería decepcionar a Giyu. Después de todo, él le había dado mucho más de lo que hubiera podido obtener si hubiera permanecido en aquel culto.

Escapar de las garras de Douma había sido lo mejor que pudo haber hecho en mucho tiempo.

—¿Te parece empezar hoy con lo más sencillo? —preguntó él, algo ansioso. Temía ser demasiado duro con (__) y que ella solo estuviera aceptando por sentirse presionada al estar bajo su techo.

—Para mí no hay problema —respondió ella afirmativamente.

—Primero te enseñaré a controlar la respiración de concentración total. Te ayudará a mantenerte calmada y serena ante cualquier situación. Es necesario que te encuentres tranquila cuando te enfrentes a un demonio; si caes en la desesperación, es posible que pierdas ante él —explicó Giyu, mientras (__) asentía.

—¿Cuánto tiempo lleva aprenderla? —preguntó (__), insegura de si sería capaz de hacerlo tan bien como otros cazadores o si tenía el talento necesario.

Temía defraudar al azabache y no ser de utilidad.

—Todos tienen diferentes capacidades. No te agobies demasiado por ello, tómatelo con calma. Una vez des a luz, podremos entrenar de mejor manera —intentó animarla Giyu, procurando no abrumarla.

—Entiendo. Entonces daré lo mejor de mí dentro de mis posibilidades actuales —aseveró con un tono de voz confiado, esperando que todo pudiera salir de la mejor manera. Si el pilar confiaba en ella, estaba segura de que podría lograrlo.