POV KARA
Cinco años después...
Le sonrío perezosamente a mi esposa desde la hamaca.
Desde donde está arrodillada en la arena construyendo un castillo con nuestra hija, me enseña los dientes, haciéndome saber que está hambrienta... y no de comida.
Hace cinco años dejamos la cabaña en el bosque. Después de que el policía llegó a nuestra puerta y Lena fue testigo de mi miedo, sólo pasamos dos noches más en la casa. La primera noche se fue y regresó varias horas más tarde, sin tener que explicar adónde había ido. La primera plana en el periódico la mañana siguiente era explicación suficiente.
Desaparecidos: Doctor y enfermera del hospital psiquiátrico.
Después de eso, empacamos y manejamos hasta llegar a una parte remota del estado de Washington y nos refugiamos allí mientras terminaba su libro.
Lo llamó "Mía".
El New York Times lo llamó: "Un vistazo aterrador dentro de la mente de una lunática trastornada con una obsesión enfermiza por su esposa".
Permaneció en su lista de best-sellers de tapa dura durante cuarenta y nueve semanas consecutivas.
En la sección de ficción, pero nosotras sabemos la verdad.
No hay nada ficticio en la duradera fijación de Lena por mí.
Ni la mía por ella.
Con la locura que rodea a Mía, a Lena le ofrecieron un importante contrato cinematográfico y lo aceptó, pero nos mudamos a una isla privada antes de que saliera en los cines y ninguna de las dos la ha visto. Me dijo que no podía soportar ver a alguien tocar a una actriz que me representa. Estuve de acuerdo. "Me gustaría matarla" le susurré al oído mientras la montaba una mañana, con el vientre hinchado por nuestra hija.
Ahora vivimos en la isla, sólo nuestra pequeña familia. Nuestra hija tiene cuatro años y nuestro hijo, que actualmente duerme a mi lado en la hamaca, tiene dos. Pasamos los días nadando en el océano, cuidando nuestro jardín, leyendo en la playa.
Es la paz que Lena y yo siempre hemos necesitado, pero ni en un millón de años podría haber imaginado la perfección que hemos encontrado.
Una sombra bloquea el sol y miro hacia arriba para encontrar a mi esposa sosteniendo a mi hija dormida en sus brazos, su cuerpo perfilado por el cielo azul sin nubes —Voy a llevarla dentro y ponerla en la cama— Dice Lena, sus ojos se posan en mis pechos desnudos —Reúnete conmigo en cinco minutos—
Mi pulso ya está martillando —Bien—
Avanzo con las piernas inestables por el camino de piedra hacia nuestra enorme casa. Normalmente me detendría a admirar las torres que se extienden hasta el cielo, la hiedra que trepa por las paredes de ladrillo o el balcón donde Lena y yo tomamos nuestro café cada mañana. Pero ahora me doy prisa, concentrada en estar a solas con mi esposa. Sólo podemos mantener el hambre a raya durante un tiempo cada día antes de chocar. Y una colisión es inminente ahora.
Dejo a mi hijo durmiendo en su habitación, bajo el móvil que Lena le hizo a mano, y corro hacia nuestra habitación por el largo pasillo. Me espera en la puerta, impaciente, sin camisa. Una leona lamiéndose las fauces.
Me agarra por la nuca en cuanto la alcanzo, me arrastra a la habitación como una adolescente recalcitrante colocándome frente a un espejo de cuerpo entero —Mírate— Me dice en voz alta, respirando con dificultad contra la curva de mi cuello —¿Crees que es fácil para mí esperar tanto tiempo? Me duele la cabeza, me duele el pecho, me duele la polla hasta que te tengo. No soy humana hasta que haya estado entre tus piernas. ¿Te he dado alguna razón para dudar de mi constante hambre por ti, nena? —
Mis pliegues se vuelven resbaladizos y listos, mis rodillas se hunden bajo el ataque de excitación. El hambre por ella nunca disminuye. Nunca. Sólo crece —No—
—Y, aun así, desfilas por ahí burlándote de mí con estas tetas, jugando en el agua con nada más que la mitad inferior de tu bikini. Tu hermosa risa resonando en mi cabeza— Me quita la prenda en cuestión hasta las rodillas, me palmea el trasero derecho con fuerza. Golpeándolo fuerte —¿Estás tratando de volverme más loca de lo que ya estoy? —
Me lamo los labios secos —No. Sólo quería estar cómoda—
—Cómoda— Sus dientes rastrillan mi cuello, su grueso eje presiona contra mi trasero —¿Qué es la comodidad? ¿Qué es el alivio? Muéstrame—
Giro y me arrodillo con impaciencia, sollozando, chupándola por la parte delantera de sus pantalones hasta que mis temblorosos dedos finalmente logran bajar su cremallera. Gimo alrededor del grosor que penetra mi boca, como un tren atravesando un túnel, dejando el sabor del océano en mi lengua. Sé que no me dejará disfrutarla por mucho tiempo, así que aprovecho el poco tiempo que tengo, corriendo palmas reverentes por su plano abdomen, moviendo mi cabeza con entusiasmo.
No puede manejar mi boca.
Nunca puede por más de un minuto.
Es por eso que la amo tanto.
Mueve sus caderas hacia adelante y hace un sonido de asfixia, la sal bañando la parte posterior de mi garganta, su sexo hinchándose, alargándose, bajando por la parte posterior de mi garganta mientras canta mi nombre, sus dedos retorciéndose en mi cabello. La miro con adulación en mis ojos y aflojo mi garganta, permitiéndole empujar profundamente hasta que un escalofrío pasa por su increíble cuerpo —Suficiente. Oh, Dios. Suficiente. Me romperás—
Lena se libera de mi boca con un gruñido y me pone de pie. Me arrojó a sus brazos.
Me lleva al balcón con vista al océano, recostándome en un amplia tumbona bañada por el sol. Mira mi cuerpo desnudo y desenfrenada acaricia con su mano de arriba abajo su erección, su respiración entrecortada, su pecho agitado —Date la vuelta—
Salvaje, hambrienta de su peso encima de mí, giro boca abajo y presento mi trasero, subiendo sobre mis rodillas y tentándola a tomarme. Tomarme como lo hizo la primera vez.
Agarra mis caderas y me lleva de vuelta hacia ella. Sin aliento, espero a ver lo que hará y un gemido agudo sale de mi garganta cuando presiona su dedo medio en mi sexo... y su pulgar provoca mi entrada trasera, empujando lentamente hacia adentro. Mete y saca dos dedos a un ritmo sensual, mi excitación crea una banda sonora húmeda para sus ministraciones —¿Quieres hacerme esperar, princesa? Tendré este trasero—
Mis piernas casi se licuan debajo de mí —Sí, Lena— Deslizo mis rodillas más, inclino mis caderas y las hago rodar hacia atrás, hacia atrás, hacia atrás para encontrarme con sus dedos —Conquístame—
—Es justo, Kara— Dice con la voz áspera —Me conquistaste desde el primer día—
Y cuando se hunde en mí, es decadente.
La presión caliente y resbaladiza.
Sus roncos gemidos de mi nombre.
La forma en que empezamos lento, pero entramos en un estado frenético singular para nosotras.
Una mujer obsesionado con su esposa.
Una esposa obsesionada con su mujer.
Y una vida entera de ver cuán alta será la pira ardiente.
FIN...
/////////
Esto es todo por ahora.
¿Qué les pareció la historia?
Espero que la hayan disfrutado y que nadie la reporte para que no la bajen.
Recuerden errores por favor háganmelo saber.
Gracias por leer, comentar y votar.
Tengo varias adaptaciones en mente que no se cuales hacer y mis historias originales están en sus etapas finales también. Espero verlos por ahí.
Besos y se me cuidan mucho.
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Her Summer Intern (Su Becaria de Verano)
FanficKara ha estado encerrada durante los últimos dos años, pero finalmente ha logrado escapar y ahora está huyendo. Mientras corre a través del bosque, se encuentra con una cabaña. La dueña, Lena, es una joven exmilitar con torturados ojos verdes y cre...