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Estaba sentado en la sala común de Gryffindor con Ron, hablando de tonterías y riéndonos de alguna broma pasada. Me sentía relativamente tranquilo, aunque algo nervioso por las recientes interacciones con Draco. No podía dejar de pensar en ellas, incluso cuando trataba de concentrarme en la conversación con Ron.

De repente, la puerta de la sala se abrió y entró Hermione, con una sonrisa radiante en su rostro. Sin embargo, al vernos, la sonrisa se le desvaneció de golpe. Ron la miró con curiosidad y levantó una ceja.

_ ¿Por qué tan feliz, Hermione? preguntó Ron.

Hermione se encogió de hombros, tratando de disimular.

_ Nada, solo me gustó el libro que estaba leyendo, respondió.

Ron bufó y se reclinó en el sofa.

_ ¿Por qué no me sorprende que lo que más te haga sonreír sean los libros? dijo, con una ceja levantada y una sonrisa burlona.

Hermione le volteó los ojos y se sentó con nosotros.

_ Y, ¿qué estuvieron haciendo? preguntó, cambiando de tema.

_ Yo, comiendo, respondió Ron, orgullosamente.

Hermione le lanzó una mirada que decía "claro, qué novedad".

_ ¿Por qué no me extraña? dijo, riéndose.

Luego, se volvió hacia mí.

_ ¿Y tú, Harry? preguntó.

Me sentí un poco nervioso y traté de sonar casual.

_ Estuve en el campo de Quidditch, dije.

Ron intervino rápidamente.

_ Es cierto, Harry. Vi a Malfoy contigo. ¿Estaba buscando pelea por haberlo hechizado? preguntó Ron, con un tono de sospecha.

_ No, no, no, respondí, sintiendo que el nerviosismo crecía en mi interior. Quería cambiar el tema rápidamente. Oye, vi que estabas con Blaise.

Ron se encogió de hombros, aparentemente indiferente.

_ Sí, le estaba reclamando por estar en las gradas de Gryffindor, pero poco le importó, respondió.

_ Cuando terminé de jugar, no te vi por ninguna parte, dije, tratando de mantener la conversación alejada de Draco.

Ron se encogió de hombros de nuevo.

_ Sí, Blaise me llevó a comer, dijo, como si fuera la cosa más normal del mundo.

Hermione y yo nos miramos sorprendidos.

_ ¿Fuiste a comer con Blaise? preguntamos al unísono.

_ Sí, con indiferencia, respondió Ron. Dijo que solo sería ahora que estamos solos y que las peleas podían continuar cuando los estudiantes regresen de vacaciones.

Hermione y yo intercambiamos miradas de asombro. No era típico de Ron interactuar con un Slytherin de esa manera, y mucho menos con Blaise.

Hermione se levantó bruscamente del sofá.

_ Bueno, iré a cambiarme. Saldré un rato, anunció, con una determinación inusual en su voz.

Ron, siempre curioso, no pudo evitar preguntar

_ ¿Adónde?

Hermione le lanzó una mirada fría.

_ No te interesa, respondió, dándose la vuelta y marchándose hacia su cuarto.

Ron me miró, sorprendido.

_ ¿No crees que está algo sensible? preguntó.

Asentí, tratando de disimular mi preocupación.

Amortentia a las serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora