Capitulo 15

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Claro- Soltó Sam para evitar la tensión que se había instaurado entre todos.
Los cinco pasaron a la mesa, Somchai presidía la mesa a su derecha estaba Malee y a su izquierda Sam, al lado de esta estaban Yoko y Faye. La tensión era más que evidente, sobre todo por parte de Malee que a pesar de adorar a sus hijas tenía ciertas reticencias con lo que respecta a las parejas de estas.
-¿Cómo van las empresas, Faye?- Preguntó Somchai intentando alejar un poco la presión.
-Muy bien, papa, te paso las cuentas todos los meses.- Contestó ella en tono de broma.
-Es cierto.- Dijo él con una gran sonrisa en su cara.- Dejemos la tensión para otro momento, por favor, no queremos asustar a Yoko tan pronto.- Bromeó él mirando a la castaña que sonrió sin poder evitarlo.
-Tranquilo, señor Malisorn, no soy fácil de asustar.- Contestó ella.
-Somchai por favor, señor Malisorn me hace parecer más viejo de lo que soy.- Bromeó de nuevo.
-Está bien, Somchai.- Dijo ella mirando a Faye.
Nadie dijo nada más pues por suerte aparecieron varios empleados dejando los platos delante de cada uno de ellos. Yoko se quedó boquiabierta, el plato era espectacular, se trataba de una lubina a la naranja que parecía apetitosa. Faye estaba acostumbrada a ese plato pues era el preferido de su madre y no pudo evitar sonreír al ver que lo preparaba para una ocasión tan importante. Sabía que Malee no sería fácil de camelar pero ese pequeño gesto hizo que se sintiese más ligera, no sabía cómo acabaría la comida pero tenía todas las esperanzas puestas.
-Tiene una pinta exquisita.- Dijo Yoko mirando a Malee que tan sólo asintió ligeramente.
-¿Pescado? ¿En serio?- Preguntó Sam mirando su plato con un poco de asco.
-Eres insufrible.- Dijo entonces Malee.- Traedle otra cosa.- Les dijo a sus empleados que retiraron en ese momento el plato.
-¿No te gusta?- Preguntó Yoko que estaba a su lado.
-No.- Contestó sin más pero mostrando una sonrisa inocente.
-Cuando era pequeña engañaba a Faye para que se comiese su parte.- Contó entonces Somchai haciendo que Faye soltase una carcajada.
-No me engañaba.- Contestó Faye haciéndose la ofendida.
-Claro que lo hacía.- Aseguró entonces la pelirroja.- Era muy inocente a pesar de ser la mayor de las dos.
-El problema es que tú has sido demasiado espabilada siempre.- Habló Malee mirando a su hija dedicándole esa gran indirecta.
-Son tan distintas.- Dijo Yoko mirando a Sam y después a Faye.
-Eso es cierto.- Dijo Somchai- A veces parecía que no eran hermanas pero luego te dabas cuenta de que se compenetraban perfectamente. Faye aportaba el lado racional y la sensatez mientras que Sam era... bueno es la alocada y pasional.
-Supongo que me hubiese gustado tener algún hermano.- Habló más por instinto que otra cosa.
-¿Eres hija única?- Preguntó entonces Malee.
-Soy huérfana, realmente no sé si tengo hermanos pues ni siquiera conozco a mis padres.- Contestó Yoko con toda sinceridad.
-No debe haber tenido una vida fácil.- Dijo entonces Somchai mirando a la doctora.
-Todo lo que he vivido me ha hecho llegar hasta aquí así que ha merecido la pena.- Dijo cogiendo la mano de Faye sobre la mesa.
-¿No tiene familia?- Preguntó de nuevo Malee que parecía bastante contrariada por las palabras de la castaña.
-Biológica no.- Contestó sin más.
-¿Existe de otro tipo?- Preguntó sin entender las palabras de la doctora.
-Claro que existe y suele ser mejor que la otra.- Contestó algo ofendida por sus palabras.
-Ahora tienes a mi hermanita.- Dijo Sam con una sonrisa pícara en su cara.
-Sam te tengo cierta estima así que podrías subir a esa categoría en breve.- Bromeó Yoko dándole un golpe a Sam en el brazo.
-Siempre tan graciosa.- Dijo mirando a su hermana haciendo una señal afirmativa a la morena.- Esta me cae genial.- Soltó entonces de nuevo.
Faye sonrió y apretó la mano de Yoko antes de ponerse a disfrutar de la comida. A Sam ya le había llevado otro plato por lo que todos empezaron a comer juntos.
-Esta delicioso.- Dijo Yoko de nuevo con una gran sonrisa en su cara.
-¿Cómo te gusta tanto comer?- Preguntó entonces Sam que después de haberla conocido sabía algo de la castaña.
-No lo sé.- Contestó ella sintiéndose algo mal por ello.- Aunque creo que a ti tampoco es algo que te disguste.- Volvió a bromear la doctora señalando el plato de la pelirroja.
-Entonces supongo que disfrutará mucho de las comidas que prepara Faye.- Dijo Somchai más alegre.
-Muchísimo, esta mujer es un sueño hecho realidad.- Soltó ella sin poder evitarlo, hablar de Faye provocaba que sus ojos brillasen y que una gran sonrisa naciese en su cara. – Aunque tengo que reconocer que yo también me manejo bien en la cocina.
-Es cierto, tengo que decir que me sorprendió mucho su talento culinario.- Dijo Sam que había almorzado un fin de semana con ellas.
-Gracias aunque sabes que tú hermana tiene aún más talento que yo.- Aseguró Yoko.
-No es necesario tanto halago.- Dijo entonces Malee algo molesta por la situación.- los halagos no son obligatorios.
-No son halagos, no es para nada mi estilo.- Soltó entonces Yoko que se había ofendido un poco. – No intento agradar a nadie, es cierto que me gustaría poder tener una buena relación con ustedes...- Dijo entonces la castaña que miró a la morena a modo de disculpa.- sólo quiero dejar claro que no voy a dejar mi relación porque esta cena no salga como debe.- Soltó levantándose y disculpándose para ir al baño.
-¿Era necesario? Sólo estaba intentando entablar conversación. Cada vez que lo ha intentado tú has contestado con una grosería... ¡Gracias, madre!- Soltó Faye en modo irónico antes de salir detrás de ella.
Faye salió entonces hacía el baño, segundos después estaba en la puerta tocando pero sin que Yoko abriese la puerta. Dentro del baño la castaña intentaba relajarse, cuando escuchó la voz de Faye no pudo evitar que una lágrima cayese por su mejilla. Sentía una gran impotencia al darse cuenta de que había fastidiado toda la cena.
-Yoko, ábreme.- Decía Faye al otro lado de la puerta.- Por favor.- Volvió a pedir.
-Dame unos minutos, sólo necesito relajarme.- Pidió Yoko con la voz rota provocando más preocupación en la morena.
-Sólo necesito verte, por favor.- Rogo Faye tocando a la puerta sutilmente.
Faye escuchó entonces como el pestillo se abría aunque la puerta seguía cerrada, después de coger una gran bocanada de aire la morena abrió la puerta entrando lentamente para encontrarse a Yoko apoyada sobre el lavabo bastante alterada.
-Lo siento.- Dijo Yoko antes de que Faye pudiese abrir la boca.
-No tienes que sentir nada.- Aseguró entonces la morena acercándose a ella poniendo su mano sobre su hombro.
-Claro que sí, he fastidiado la cena y le he dado una imagen pésima a tus padres.- Susurró entonces en tono dolido.
-No lo has hecho, mi madre no es la mujer más amable de mundo y mucho menos cuando se trata de las parejas de sus hijas.- Aseguró entonces Faye abrazando por detrás a la castaña en señal de apoyo.
-Yo debería haber tenido más paciencia, pero he visto como me miraba cuando le he dicho que era huérfana, era una mirada de desaprobación...- Su voz se rompió en ese momento, no entendía porque pues ese tema nunca le había supuesto ningún problema.
-Mi madre es algo compleja pero no tienes que sentirte mal, nos vamos en seguida.- Dijo Faye dejando un beso en el cuello de Yoko.
-No quiero eso, yo me marchó. Tú habla con ellos, discúlpate de mi parte.- Aseguró entonces Yoko girándose para dejar un beso en los labios de Faye.- Nos veremos en mi casa, o donde tú me digas.- Aseguró entonces ella.
-Si tú te marchas es conmigo sino vamos a salir ahí y vamos a terminar de comer.- Dijo Faye abrazando a Yoko con fuerza.
-No puedo hacerlo.- Soltó con la voz apagada.
-Claro que sí, tú no eres una mujer que se deje menospreciar por nadie. Además con tú actitud sólo has conseguido ganar el respeto de mi madre, pues sabe que tienes carácter y eso es importante para ella.- Aseguró Faye dándole un suave beso en los labios.
-Dame unos minutos.- Pidió entonces Yoko que quería relajarse antes de salir.
-Está bien.- Contestó Faye dejando un beso sobre la mejilla de la castaña.
Faye salió entonces del baño y se dirigió al comedor donde se encontraba su familia aún sentada alrededor de la mesa. La morena se quedó mirándolos unos segundos para después hablar.
-Nos marchamos.- Dijo Faye en tono seco mirando especialmente a su madre.
-¿Por qué?- Preguntó Sam sorprendida.
-No voy a permitir que Yoko se sienta incómoda.- Habló como si fuese lo más obvio del mundo.
-Déjame hablar con ella.- Pidió entonces Somchai levantándose de la silla.
-No es necesario.- Soltó Faye más brusca de lo que le hubiese gustado.
-Por favor.- Dijo él mirando a su hija.
Faye tan solo asintió antes de ver a su padre salir de allí, Malee seguía sin decir ni una sola palabra. No quería reconocer que le dolía ver ese enfado en los ojos de su hija pero Yoko no había sido la mujer que ella deseaba para Faye. La morena se sentó en la mesa y se quedó mirando a Sam en completo silencio.
-Yoko- Dijo Somchai desde la puerta del baño.
-Señor Malisorn.- Contestó ella saliendo rápidamente para hablar con él.- Siento mucho la escena, no era para nada mi intención.- Dijo entonces ella bajando la cabeza.
-No te preocupes, puedes seguir llamándome Somchai, entiendo que te hayas sentido ofendida por las palabras y la actitud de mi mujer, no se lo digas, pero es una mujer muy difícil.- Dijo provocando una sonrisa en Yoko.
-No debería haber respondido así.- Volvió a decir Yoko.- Seguramente la tensión que me provocaba el almuerzo a desembocado en eso.- Dijo la castaña.
-Yoko, te voy a contar algo que no se si sabrás pero que quizás haga que entiendas la situación.- Explicó Somchai dirigiendo a Yoko hacía el despacho para poder hablar con ella a solas.- Faye ha sufrido mucho, Malee nunca aceptó a Elena, digamos que ahora tengo que darle la razón pues sus sospechas eran ciertas. Mi mujer siente pánico de que sus hijas sufran y mucho más que lo hagan por amor pues no nos engañemos es el dolor más duro que existe. Malee a espantando a casi todos los pretendientes de Sam al igual que de Faye, tan sólo las personas que de verdad las quieren han aguantado su interrogatorio o como tú has hecho te has defendido.- Somchai le tendió una copa de vino a la mujer que la escuchaba atentamente.- Elena simplemente huyó y consiguió alejar a Gaye de nosotros, por eso Malee es así, tiene miedo de que su hija vuelva a sufrir y sobre todo de que la alejen de nosotros otra vez. Faye es una mujer de carácter pero cuando se enamora lo da todo.
-Lo entiendo pero no me podía quedar callada.- Dijo Yoko ahora algo más calmada.
-No he dicho eso, realmente me caes bien. Aunque tengo que decirte que si Faye sufre a tu lado yo mismo cavaré el hoyo donde te enterrare.- Soltó en tono de broma el hombre provocando que Yoko riese.
-Si se da ese caso yo le ayudaría a cavarlo.- Aseguró entonces la castaña.
-Pues entonces vamos a terminar de comer.- Dijo él levantándose de su silla y abriéndole la puerta para que saliese primero.
Yoko y Somchai aparecieron entonces en el salón, el silencio que había entre las tres era totalmente tenso e incómodo. Yoko se colocó de nuevo al lado de Sam y posó su mano sobre el muslo de Faye para tranquilizarla un poco. Somchai se sentó también y le dedicó una sonrisa tranquila a su hija.
-Quiero disculparme, he reaccionado de manera desproporcionada. Ojalá esto no haya dado una impresión equivocada.- Dijo Yoko para después volver a comer con calma.
-Soy yo la que tiene que disculparse.- Habló entonces Malee sorprendiendo a todos los allí presentes, la mujer no acostumbraba a disculparse.- No debí juzgarla antes de conocerla.- Dijo Malee de nuevo.
-¿Empezamos de cero?- Preguntó entonces Sam que no soportaba la tensión que había en la mesa.
-Por mi bien.- Dijo Yoko al igual que Faye que simplemente asintió.
-Está bien.- Soltó Somchai apoyado por Malee.
-Tienes la opción de presentarte de nuevo.- Espetó Sam provocando una carcajada en los demás.
-Yoko Apasra, 29 años. Medico como profesión, voluntaria en los orfanatos Malisorn.- Dijo Yoko obligada por la mirada de Sam.
-Muy bien.- Dijo Sam entonces.-Sam Malisorn, 25 años. Estudiante de derecho y juerguista por naturaleza.- Soltó ella.
-Deja la broma Sam.- Pidió entonces Malee.
-Vale, vale.- Dijo ella.
El resto de la comida pasó algo mas en calma, Faye y Somchai parecían llevar la conversación centrándola sobre todo en las empresas y el trabajo lo que hizo que las demás estuviesen más tranquilas y con mucha menos tensión a pesar de todo lo que había pasado antes.
-¿Pasamos al postre?- Preguntó entonces Malee.
-Claro.- Dijeron Sam y Faye a la vez.
-¿Por qué no lo tomamos en el salón?- Preguntó Somchai.
-Vale.- Malee, Sam y Somchai se adelantaron dejando a solas a Faye y a Yoko.
-¿Estás bien?- Preguntó entonces la morena.
-Sí, ahora sí. Tú padre es muy agradable.- Dijo entonces la castaña besando dulcemente los labios de la morena.
-Si no quieres que nos quedemos...- Estaba diciendo Faye antes de ser interrumpida por la doctora.
-Está bien, quiero estar aquí. Quiero que podamos venir los fines de semanas, que tus padres formen parte de tu... nuestra vida.- Se corrigió entonces Yoko.
-Gracias.- Dijo Faye sin poder evitar que una lágrima cayese por su mejilla.
-No tienes que darlas, quiero que seas feliz y sé que para eso ellos tienen que formar parte de nuestra vida. Conseguiré ganármelos, seré la nuera ideal.- Bromeó para que Faye dejase de llorar.
-¿Puedes dejarnos solas?- Las interrumpió Malee provocando que las otras dos mujeres levantaran la cabeza.

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