Capitulo 24

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Faye fue la primera en levantarse y tras vestirse se marchó a la cocina para empezar a preparar algo de desayuno. Una vez que hubo hecho el café y había dejado unos pasteles sobre la encimera cogió a Sunny y salió de la casa para darle su paseo matutino.
Yoko se levantó cuando su móvil sonó avisándole de que tenía que ir a trabajar en un rato, al llegar en la cocina vio la nota de Faye pegada en el frigorífico y el café caliente en la cafetera. Tras tomar su desayuno se comenzó a vestir, estaba nerviosa esperando la llamada de la asistente social pero necesitaba volver a la rutina cuanto antes.
-¿Cómo estás?- Preguntó Faye entrando en la casa.
-Mejor... supongo que hasta más tarde no sabré nada de la asistente social así que vamos a trabajar y si me llama vamos a verla.- Contestó Yoko de la manera más tranquila que pudo.
-Yo tengo que pasarme por la empresa, la tengo muy abandonada últimamente pero en cuanto me avises me escapo y vamos a por Sommy.- Aseguró poniéndole agua al perro para después darle un dulce beso de buenos días a su novia.
-Perfecto.- Dijo Yoko.
-Como no estaremos aquí le dejaré la llave a la vecina para que le abra la puerta al personal de los muebles.- Dijo Faye tomando otra taza de café.- Es de confianza.- Volvió a hablar al ver la cara de poca convicción que ponía Yoko.
-Siempre pensando en todo.- Soltó Yoko con una gran sonrisa en su cara.
-Por supuesto.- Afirmó la morena.
Ambas se despidieron en el garaje y cada una se encaminó hacia sus trabajos, Faye deseaba poder estar con Yoko todo el día pero llevaba unos días sin ir a trabajar y sabía que no podía seguir a ese ritmo.
Aun así solo hizo lo imprescindible y delegó todo lo que era más importante en sus empleados, estos vieron lo cambiada que esta Faye en las últimas semanas. Ya no era la mujer obsesionada con el trabajo que casi ni comía ni vivía, ahora estaba contenta, trabajaba sus horas reglamentarias y hacía todo lo posible por llegar temprano a casa.
Faye se encontraba terminando de firmar unos documentos que requerían su supervisión cuando su móvil comenzó a sonar. Como esperaba con ansias la llamada de la castaña lo tenía encima de la mesa.
-¿Voy ya?- Preguntó nada más descolgar.
-Hola, cariño. ¿Cómo estás?- Preguntó en tono de broma la mujer.
-Lo siento...- Murmuró Faye avergonzada por su impaciencia.
-No lo sientas. En una hora podremos recoger a Sommy.- Aseguró la castaña.
-Salgo para allá en diez minutos.- Afirmó entonces la morena.- Te quiero.- Dijo a modo de despedida para poder terminar de firmar lo más importante y salir hacía el hospital.
Faye terminó de firmarlo todo y dejo a Jefferson y a Bella a cargo de todo lo que pudiese pasar en su ausencia. Sabía que podía confiar en ellos por lo que se iba mucho más tranquila. La morena entró en el hospital media hora después preguntando en recepción por la castaña que apareció unos segundos después con una gran sonrisa en su cara.
-Hola, cariño.- Dijo Yoko acercándose a ella para darle un beso.
-Hola.- Contestó Faye cogiendo la mano de Yoko.- ¿Llego tarde?- Preguntó impaciente.
-Llegas pronto.- Contestó Yoko.- Ya he firmado todos los papeles provisionales y estoy a la espera de que me avisen de que esta todo en orden.- Aseguró entonces la castaña .- Vamos a la sala de descanso y así esperamos con un café en la mano.
-Está bien.- Contestó Faye siguiéndola de cerca.- ¿Cómo esta Sommy?- Preguntó la morena.
-Esta precioso.- Dijo Yoko sin poder evitar que se le cayese la baba un poco.- Te quería preguntar algo...- Yoko dudo mucho.
-¿Qué sucede?- Preguntó Faye sentándose en el sillón que había en la salita de descanso.
-He pensado en pedirme un par de meses de baja para poder quedarme con él hasta que sea un poco más grande.- Soltó sin pensarlo mucho para no dudarlo.
-Es una buena idea...- Aseguró Faye.- Es decir, me parece genial. Tú puedes quedarte primero y cuando te tengas que reincorporar yo podré dejar la empresa también un tiempo. Así Sommy se queda con nosotras.
-¿De verdad?- Preguntó Yoko.
-Claro que sí, amor, estoy tan ilusionada como tú. Sommy será nuestro hijo, no quiero que lo dudes ni por un segundo.- Sentenció Faye cogiendo las manos de su novia para que la mirase.
-Nuestro hijo....- Murmuró varias veces.- Suene muy bien.- Aseguró entonces Yoko.
-¿Has hablado ya con tu jefe?- Preguntó Faye con una sonrisa en sus labios.
-Sí, no tiene problema. Sabes que es importante para mí, además al ser una adopción legal tengo derecho a la baja por maternidad.- Aseguró Yoko pero se arrepintió unos segundos después.- Yo... yo... lo siento... tuve que ponerme como madre para poder llevárnoslo hoy. Quería que nos pusiese a las dos pero no era posible...- Yoko se sentía muy mal en esos momentos.
-No pasa nada.- Faye tenía que reconocer que se le hinchaba el corazón al ver lo apurada que estaba Yoko por la situación.- No casaremos y lo adoptaremos juntas, lo haremos poco a poco.
-Tenía miedo de que lo tomases mal. Que pensases que era egoísta.- Dijo entonces Yoko acercándose un poco más a Faye para mirarla a los ojos.
-No es egoísta. Lily era tu amiga y ella estaría feliz de saber que tú cuidaras de su hijo.- Aseguró la morena dejando un beso sobre los labios de la castaña .- Además tú ya no te me escapas, nos casaremos y seré su madre también.- Dijo en tono de broma para liberar la tensión. faye la beso y mordió su labio inferior tirando del él.
-No te equivoques, Faye Malisorn , eres tú quién no se va a escapar. Estoy dando el golpe de mi vida.- Soltó provocando una carcajada en la morena.- Millonaria, sexy, preciosa, una máquina en la cama... he ganado mucho.- Aseguró viendo que Faye volvía a reír con esas palabras.
-¿Así que millonaria?- Preguntó haciéndose la ofendida.
-Así es...- Bromeó de nuevo.- Por cierto... quiero un Ferrari para navidad.
-¿Ayer sólo estabas haciéndote la digna?- Preguntó dirigiéndose a rellenar su taza de café haciéndose la ofendida.
-Totalmente.- Bromeó levantándose y abrazándola por detrás.- Me casaría contigo aunque supiese que con ello tendríamos que irnos a vivir debajo de un puente... ¿Sabes por qué? –Preguntó la castaña. Faye simplemente negó con la cabeza dejándose abrazar.
-Porque serías lo primero que vería al despertarme y lo último al acostarme.- Soltó haciendo que Faye soltase una lagrima.
La morena cogió las mejillas de Yoko entre sus manos y acercó sus deseosos labios a los de Yoko olvidándose de donde se encontraban. Yoko coló sus manos por debajo de la camisa de Faye y las mantuvo allí mientras sus labios y sus lenguas jugaban a un ritmo bastante peligroso para ambas.
-Perdón.- Escucharon a sus espaldas haciendo que se separaran y sus mejillas se enrojecieran.
-¡Palk!- Le regañó Yoko al ver a su amigo parado en la puerta mirándolas fijamente.
-Siento interrumpir pero necesito un café.- Dijo él saliendo del embobamiento en el que se encontraba.
-No interrumpes.- Soltó Faye alejándose un poco de Yoko.
-Por mí pueden continuar, es un espectáculo digno de contemplar.- Bromeó él para liberar un poco de tensión.
-Ya te gustaría...- Soltó Yoko dándole un fuerte golpe en el abdomen haciendo que este se doblase y se quejase más en broma que en serio.
-Claro que me gustaría.- Siguió jugando él.- Lo siento, Faye pero es que tienes una novia un tanto bocazas.- Dijo el hombre mirando a la que desde hacía un tiempo consideraba su amiga.
-Lo sé, no te preocupes.- Contestó ella guiñándole un ojo a su novia.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó ya con su café en la mano.
-¿No se lo has contado?- Preguntó Faye en tono desaprobatorio a su novia.
-No he tenido tiempo....- Se justificó Yoko sentándose en el sillón al lado de Faye.
-¿Contarme qué?- Preguntó impaciente.
Ambas mujeres lo pusieron al día de todo lo acontecido en los últimos días, el hombre estaba entre alucinado, sorprendido, feliz... tenía una gran mezcla de sentimientos pues a pesar de estar algo molesto con Yoko por ocultarle algo así estaba feliz de ver a esa dos mujeres que tanto se amaban tomar esa decisión tan importante. Las dos irradiaban felicidad al contar todo lo acontecido por lo que él sólo pudo alegrarse por ellas.
-Debo ser el padrino de ese niño.- Soltó él con confianza.
-Tendré que pensarlo.- Aseguró Yoko.
-Lo serás... mi hermana, cuando lo sepa, será la madrina.- Dijo Faye contenta.
-¿Es guapa?- Preguntó viendo como la mirada de Faye se posaba en él nada contenta.- Digo con una hermana como tú tiene que ser preciosa.- Agregó intentando quedar bien.
-Es muy guapa, pelirroja como a ti te gustan.- Soltó Yoko ganándose un codazo de su novia.- ¿Por qué no lo habré pensado antes?- Se preguntó más para sí misma que para los demás.
-¿Qué cosa? –Preguntaron los dos a la vez.
-Esta noche cenamos en cada de Faye, vente y ponte guapo.- Añadió ella contenta con la idea de juntar a su amigo y su cuñada.
-Tengo que irme.- Dijo al escuchar su busca en el bolsillo.- Aún son sé cuando terminaré pero intentaré estar allí.- Aseguró entonces el hombre.
-¿Qué estas planeando Yoko Apasra?-Preguntó Faye que empezaba a tener miedo de las ideas de su novia.
-Juntarlos. Harían una pareja genial.- Soltó con una gran alegría.
-Deja de hacer de celestina...- Dijo Faye negando con la cabeza aunque no le había parecido tan mala idea.
-Se me da de lujo... Palk es un buen hombre, es guapo, trabajador, educado, sensible... lo tiene todo para acabar conquistando el corazón de tu hermana.- Aseguró Yoko con seguridad.
-Eres de un cursi...- Bromeó Faye.- Me parece bien pero no presiones la situación, debe darse por sí sola...
Antes de poder contestar a eso el móvil de Yoko sonó y les avisó de que la asistente social deseaba verlas. Las dos caminaron por el hospital dadas de la mano sin poder evitar el nerviosismo que les producía la situación.
-Hola.- Dijo la mujer acercándose a ellas.
-Buenos días.- Contestaron las dos a la vez sonriendo levemente por ello.
-Está todo listo, podrán llevarse a Somchai .- Dijo ella sin querer alargar demasiado la charla.- Yoko será la madre adoptiva hasta que ambas se casan, en cuanto lo hagan se ponen  en contacto conmigo para poner a tramitar el resto de los papeles. De todas formas saben que es algo provisional y que hasta dentro de unos meses no obtendrán la custodia total del niño.- Les explico todo con calma.
Ambas asintieron y aceptaron todo lo que ella iba diciendo, aunque sólo podían pensar en llevarse a Somchai de una vez a casa. Yoko era la que estaba más nerviosa y se crujía los dedos sin parar mientras que Faye se peinaba casi compulsivamente. La asistente social les dio todo los papeles y las dejo solas para que pudiese ir a por el niño de una vez.
-Estoy nerviosa.- Aseguró entonces Faye.
-Yo también.- La apoyó Yoko.
Las dos siguieron su camino en silencio hasta llegar a la zona donde se encontraba el bebe junto a los demás recién nacidos. Yoko toco al cristal y recibió la aprobación de la enfermera para que pasase junto a Faye.
La castaña le mostró los papeles que le había dado la asistente social para poder llevarse al niño mientras que Faye se había acercado a la cuna y había empezado a jugar con el niño que estaba despierto y se movía nerviosamente.
-Me alegra de que se vaya contigo.- Dijo la enfermera amablemente.- ¿Tienen ropita para cambiarlo?- Preguntó ella acercándose a donde estaba Faye.
Yoko se quedó estática pues ni siquiera había pensado en ello pero Faye sonrió y saco un body blanco además de unos pantalones y una camisetita de las que habían comprado el día anterior en la tienda.
-¿Has pensado en todo?- Preguntó Yoko muy sorprendida.
-¿Quién lo va a hacer sino?- Preguntó Faye en tono de broma para aligerar la tensión.
-Touché.- Reconoció Yoko mirando como la enfermera le quitaba el pijama del hospital y le ponía la ropa que le había dado Faye.
Fue la morena la que cargó al niño primero, Yoko estaba tan nerviosa que sentía sus manos temblar. Las dos salieron del hospital con el niño en sus brazos, él parecía encantado y no dejaba de manotear y hacer ruiditos en los brazos de la morena.
Como aún no tenían la sillita para poder llevarlo decidieron cogerlo en brazos en el corto camino que había hacía su casa. En este caso fue Yoko la que cargó a Sommy para que la morena pudiese conducir de vuelta.
Las dos iban en silencio, un silencio roto por los balbuceos y ruidos que soltaba el niño. Fue la morena la que rompió primero ese silencio cómodo que había.
-¿Cómo lo tomará Mary ?- Preguntó pensando ella en su madre.
-Estará encantada, adora los niños. Siempre me ha dicho que quería muchos nietos para compensar no haber tenido hijos. – Le contó la castaña .
-Eso me lo dijo a mí el día que nos conocimos.- Le contó Faye a su novia que no sabía eso.
-¿En serio? La voy a matar...- Dijo Yoko riendo.- ¿Y tus padres?- Preguntó  Yoko temiendo la reacción de Malee.
-Mi padre alucinará y en cuanto se entere que lleva su nombre lo adorara, mi hermana alucinará y se reirá de mí por dejarme cazar tan rápido y tan fácilmente...- Eso último lo dijo en broma aunque sabía que Sam lo pensaría.- En cuanto a mi madre... no lo sé, espero que este pequeño consiga cautivarla.
-Eso espero yo también. Me da pánico pensar que te enfades con ella.- Confesó Yoko.
-No te preocupes, acabará aceptándolo. También adora a los niños y siempre ha dicho que hubiese deseado tener un hijo varón, ahora tiene la oportunidad de cuidar de uno.- Aseguró Yoko que ya entraba en el parking de su edificio.
Ambas subieron por el ascensor, Yoko llevaba a Sommy en sus brazos liado en una preciosa manta verde mientras que Faye estaba justo enfrente alternando sus miradas y sus caricias entre su novia y Sommy.
-Espero que todo esté montado.- Dijo Faye abriendo la puerta.
-Estoy segura que sí.- Dijo viendo que había algunos rastros de plásticos y cosas que habían dejado los montadores de la tienda.
Nada más cerrar la puerta Sunny ladró fuerte y se acercó a ellas. Faye se tensó un poco pues no había pensado como reaccionaria su perro a la presencia de un bebe en la casa. Era cierto que era un perro cariñoso que jugaba con niños constantemente pero aún así le preocupaba.
Yoko estaba mucho más tranquila y simplemente se sentó en el sillón y lo invitó a subirse con ella. El bebe estaba en el regazó de la castaña y Sunny dejó que su cabeza descansase sobre las piernas del pequeño, oliéndolo y analizándolo con cuidado.
Faye se relajo y tuvo que reconocer que se enterneció por la imagen que se presentaba ante ella.
-¿Vamos a ver como ha quedado todo?- Preguntó más tranquila.
-Claro.- Contestó Yoko levantándose y viendo como Sunny las seguía por todos sitios.
Al abrir la puerta donde iba a ir el dormitorio del bebe vieron que todo había quedado precioso. El dormitorio en tonos blancos y la decoración en naranja le daba mucha vida. Todas las cosas estaban perfectamente montadas y listas para ser usadas. La ropa estaba en las bolsas y sólo había que colocarlas en el armario.
-¿Te gusta?- Preguntó en tono infantil Yoko dejando al niño suavemente en la cuna.
Sommy comenzó a llorar al dejar de sentir el calor corporal de la castaña. Faye sólo sonrió por la reacción del niño y se acercó para cogerlo.
-Creo que le gusta más estar en brazos.- Dijo viendo como las lágrimas de cocodrilo del niño se cortaban al instante.
-Es muy listo.- Aseguró Yoko.
-Saca las sábanas de la cuna. Hay que hacerla antes de ponerlo en ella.- le explicó Faye señalando la bolsa que era.
- A tus órdenes.- Dijo Yoko dejando un beso en los labios de la morena para después hacer lo que le pedía.
Yoko terminó de hacer la cama y comenzó a colocar la ropa en su sitio mientras que Faye se sentaba en el sofá individual que ya tenía la habitación. Sunny se sentó a sus piernas, la morena mecía al niño hasta que este se quedó completamente dormido en sus brazos.
-Terminado.- Espetó Yoko.
-Shh... Se ha quedado dormido.- Dijo Faye levantándose y metiéndolo en la cuna para después taparlo.
-Es precioso.- Aseguró la castaña abrazando a la morena por detrás quedándose embelesadas mirándolo.
-Sí que lo es...
Las dos se quedaron por largos minutos embelesadas mirándolo. Sintiendo el calor de la otra, era la mejor sensación del mundo. Se sentía bien la situación, se veían cuidado a ese niño, viéndolo dar los primeros pasos, marchando al colegio o teniendo su primera cita. Todo había sido precipitado pero sabían que eso no sería un problema.
-Tenemos una cena que preparar.- Dijo Faye saliendo de su ensimismamiento.
-Límpiate las babas, mama.- Bromeó Yoko besando los labios de la morena y tirando de su labio inferior suavemente.
-Podría decir lo mismo de ti, cariño.- Aseguró Faye limpiando de broma la camiseta de la castaña . - ¿Has dicho mama?- Preguntó después al darse cuenta de la palabra que había usado Yoko.
-Claro, somos sus madres.- Afirmó la medico con una gran sonrisa en sus mejillas.
-Sí que lo somos.- Dijo ella también. – Venga, vamos a hacer la cena. No tardaran demasiado en llegar.
Tras encender el walkie para poder escuchar si Sommy se despertaba se marcharon a la cocina. Faye se dedicó a hacer la lasaña, pues además de ser su especialidad era el plato para dar buenas noticias, Yoko por su parte comenzó a preparar unas galletas y un bizcocho para después de cenar. La dos se movía en sincronía total. Antes de poder terminar de hacer la cena Sommy apareció en la cocina y mordió suavemente el zapato de Faye que lo siguió dándose cuenta de que se dirigía al cuarto del pequeño.
-¿Qué pasa?- Preguntó Yoko desde la cocina.
-Creó que Sunny es un gran niñero.- Dijo Faye cargando a Sommy que se había despertado aunque no había llorado.
-¿Por qué?- Preguntó Yoko viendo entrar a la morena con Sommy en brazos.
-Ha venido a avisarnos de que se había despertado.- Explicó la morena colocando el carro en la sala para después dejarlo.- Tendrá hambre, todo lo que necesitamos para hacer el biberón está ahí.- Dijo la morena señalando uno de los estantes.
-Vale...- Yoko se movía por la cocina mientras que Faye le indicaba lo que tenía que hacer.- ¿Quieres dárselo tú?- Preguntó la morena una vez que había comprobado que la leche no estaba demasiado caliente.
-Hazlo tú, me encanta verte con él.- Aseguró Yoko sentándose a su lado en el sillón para verlas.
Las dos disfrutaban de ver como Sommy comía, ambas se reían al ver la ansiedad que tenía el bebe por chupar del biberón.
-Adoro ese biberón.- Dijo Yoko señalando el dibujo de Marvel en el.
-No sé que voy a hacer contigo.- Soltó Faye sonriendo por la inocencia que demostraba su novia.- Ahora no sólo tendré que cuidar de ti...- Dijo mirando a Sommy que seguía comiendo en sus brazos.- Sino también de ti.- Dijo ahora mirando a Yoko fijamente que sonreía de manera inocente.
-¿Tan malo sería?- Preguntó la castaña en tono pícaro.
-Eres una mal pensada, Apasra.- Contestó entonces Faye.
-Soy adicta a ti que es diferente, Malisorn.- Concluyó Yoko cogiendo una de las manos del niño que apretó su dedo mientras seguía bebiendo con ganas.
-Ahora te va a tocar relajar esas hormonas tuyas.- Aseguró mirando a Sommy.
-Claro que no, Sommy será un buen niño y dormirá mucho para dejar que sus mamas puedan jugar y divertirse. ¿A qué si?- Le dijo en tono infantil. – Eso es un sí clarísimo.- Aseguró Yoko al ver que movía la otra mano.
-Estás loca.- Dijo Faye sonriendo.
El tiempo pasó muy rápido y el timbre sonó justo cuando el pequeño escupía el biberón porque ya no quería más.
-Yo habrá.- DijoYoko saltando del sillón.
-Vale.- Contestó la morena.- ¿Quién es?- Preguntó ella.

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