Blood Moon MewGulf

Ascensión

Finalmente, transformado en un hombre lobo, corrí por el bosque, sintiéndome poderoso y salvaje. Las ramitas y las hojas crujían bajo mi poderoso cuerpo mientras saltaba entre los árboles.

-Esto es increíble... ¡Nunca me he sentido tan vivo!¬

De repente, percibí un olor: algo delicioso estaba cerca.

Se me erizó el pelo de la nuca. Seguí mi nariz hacia un claro, arrastrándome lo más silenciosamente posible sobre mis enormes patas. Escuché el repentino crujido de las hojas detrás de mí y giré bruscamente para encontrar...

- ¡Behh!- un ciervito

Mis pensamientos humanos estaban confusos por una ráfaga de instinto crudo. Quería hincarle el diente a esa cosita tierna y devorarla. Lloriquee y sacudí la cabeza, apretando la mandíbula para no mostrar los dientes...

-Esto no está bien. No puedo simplemente matar a este pequeño inocente...-

- ¿Tienes problemas?-

La voz de Mew resonó en las cámaras de mi mente. Miré a un lado y lo vi observándome desde los árboles.

- ¡Behh!-

Al darse cuenta del peligro en el que se encontraba, el pequeño ciervo saltó fuera del claro. Lancé un suspiro de alivio.

- Por un segundo, quise destrozar esa pobrecita criatura.-

- Nuestro instinto de presa es el primer instinto que aprendemos a controlar. Se desvanecerá con el tiempo. Personalmente, estoy impresionado de que hayas sido capaz de contenerte por tu cuenta.-

Me sacudí a mi mismo, de repente me sentí avergonzado. Debí haber esperado esto, probablemente, pero seguía siendo un shock.

- Supongo que no pensé que me sentiría así... como un animal.-

- Vivimos en el espacio entre el animal y el ser humano. Lleva un tiempo acostumbrarse. Aunque si quieres salir de esa agresión... estoy interesado en ver lo que puedes hacer.-

- ¿De verdad crees poder... lidiar conmigo?-

- Bueno, yo soy tu alfa... pero los que cambian por primera vez son fuertes.¬

Enseñé los colmillos y me agaché en posición de lucha.

- Entonces vamos a ver.-

Con un sonido que era a la vez risa y gruñido, saltó hacia mí, estrellándome contra el suelo en un revoltijo de piernas y patas.

- ¡Rrraugh!-

Me hizo rodar por debajo de él, inmovilizándome contra el suelo con el peso de su enorme cuerpo mientras luchaba por liberarme.

- ¿Te rindes?-

-Déjame...-

-¿Acaso te estás rindiendo?.-

-Claro que no.-

Con una risa lobuna, lamí su nariz con mi lengua áspera. Él se echó hacia atrás y yo planté mis patas en su pecho, empujándolo mientras gruñía de sorpresa.

- ¡Rrrf!-

Dejé escapar un aullido triunfal, moviendo la cola. Y con eso, me di la vuelta y me adentré en la noche...

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Volví a casa, jadeando por el esfuerzo de correr. De repente, mis músculos se tensaron...

-¿Qué demonios...?-

Se me puso la piel de gallina y me encorvé, cerrando los ojos mientras mi transformación se revertía.