𝚃𝚑𝚎 𝚏𝚒𝚛𝚜𝚝 𝚖𝚎𝚎𝚝𝚒𝚗𝚐.

243 20 2
                                    

Todo se da inicio en la vieja y bastante deteriorada eskuela, lográndose admirar a quienes hace unos cuantos años atrás se encontraban entrando a la pubertad, siendo ya unos completos adolescentes de entre 16 a 17 años de edad. Pero, a pesar de esto, en una gran mayoría, por no decir "todos", continuaban comportándose como unos idiotas menores. Una de las pocas excepciones, no era nada más ni menos que Dib Membrana, un alumno viejo de aspecto algo descuidado, lentes rotos y remendados con pegamento, grandes ojeras colgantes, poco notables gracias al maquillaje, gabardina negra con leves rupturas al final de esta, camisa roja con, lo que se podría llegar a notar que era una cara de disgusto, con ambos ojos en forma de 'X'; y para culminar, unas botas negras, estas llegando casi hasta su rodilla.

Tenía su típica cara de "pocos amigos", como se le suele llamar a dicha expresión, esta resultando ser cierta, pues Dib no tenía ningún amigo; todos, aparte de creerlo un raro, muy en el fondo temían de él, y claro, lo tenía merecido
Después de todo, alguien que asesina a los animales del vecindario para su diversión y más al rato experimentar con ellos, no merece respeto, ¿cierto?
Todo el vecindario lo conocía por ese mismo asunto que involucra a las pequeñas mascotas. Al "pobre" chico de gabardina lo tenían tachado como "el demente de la botella", pues aparte de ser un alcohólico, no desperdiciaba dichas botellas en desecharlas, de hecho, las veía como una muy buena arma para utilizar contra sus "sujetos de prueba"

 Al "pobre" chico de gabardina lo tenían tachado como "el demente de la botella", pues aparte de ser un alcohólico, no desperdiciaba dichas botellas en desecharlas, de hecho, las veía como una muy buena arma para utilizar contra sus "sujetos de pr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


...

Pasadas unas horas, sonó el timbre, dando bienvenida a la hora de salida, por lo que el azabache guardó sus manos en los bolsillos de su gabardina, bajó la cabeza y caminó lentamente con dirección a la salida, sin apartar la vista del suelo y de sus pies en movimientos repetitivos de adelante hacia atrás.

Ya habían pasado unos minutos de haber pisado la acera, luego de un mugroso piso descuidado, perteneciente de la institución decadente. Dib, continuando con su mirada con dirección al suelo, no pudo evitar frenarse al escuchar unos ruidos provenientes de lo que era un callejón oscuro y maloliente. Este sonrió levemente con malicia, sacando de su bolsillo una pequeña navaja, pues estaba convencido de que el ruido era provocado por algún animal; ¿qué importaba si se trataba de un mapache o un gato escarbando en la basura? De todas maneras, lo asesinaría para poder obtener algo de "diversión" después del largo rato de aburrimiento y estrés.
El azabache se metió al callejón en silencio, intentando no ahuyentar a lo que sea que allí estuviese, agarrarlo desprevenido y clavar el metal afilado en alguna parte del pequeño cuerpo. Para su sorpresa, no se trataba de ningún animal pequeño e inofensivo, cosa que provocó retrocedimiento de su parte, más una expresión confundida, mientras que en la poca luz que llegaba iluminar al suelo, se podría ver una sombra extraña, esta desapareciendo rápidamente, lograndose contemplar nuevamente oscuridad.

 Para su sorpresa, no se trataba de ningún animal pequeño e inofensivo, cosa que provocó retrocedimiento de su parte, más una expresión confundida, mientras que en la poca luz que llegaba iluminar al suelo, se podría ver una sombra extraña, esta d...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cualquiera que hubiese visto aquello, probablemente y estaría aterrado, pero el joven de pinta descuidada, se sentía más atraído por acercarse a echar un vistazo de lo que se trataba, jurando que si de un niño bromeando se tratase, no se retiraría del lugar, sin al menos haberle dado una golpiza. ¿Por qué? Porque está loco, le daba la jodida gana y nadie podría detenerlo.

...

Observó que algo, o mejor dicho, alguien, se estaba acercando a él. Se trataba de un humano, humano al cuál estaba dispuesto a tomar de rehén y probablemente torturar para su satisfacción; se acercó a dicho humano, amenazante y con una sonrisa perturbadora.

...

-Que buen disfraz...¿A quién mierda quiero engañar? Es lo peor que he visto en mi maldita vida.- Dijo el azabache, obteniendo un profundo silencio como respuesta.

-¿No te han dicho que no estamos ni cerca de halloween? O tal vez..¿qué ya estás algo grandecito para disfrazarte de alien, como los malditos mocosos?

Nuevamente recibió silencio como respuesta, por parte de su contrario, quien intentaba analizar cada cosa que le decía, con el ceño fruncido.

-¿Debería matarte y experimentar de todas las maneras posibles, que tu estúpido cuerpo pueda soportar? ¿O simplemente golpearte un poco?

Genial, la gota que derramó el vaso. El alien acorraló brusca y rápidamente al humano, dándole otra de sus sonrisas perturbadoras, más un ceño fruncido.

-Veamos quién experimenta con quién, maldito terricola idiota.

El azabache solo le dió una leve y extraña sonrisa, que el irken no debía mentir, por un pequeño segundo sintió un... escalofrío(?

-¡Hahaha!...Oye, ¿es parte de tu numerito al estar disfrazado de un alien? Porque déjame serte sincero, es más lo que me caliento, que lo que siento "miedo".- exclamó, volteando su cabeza para escupir a un lado, cayendo dicha saliva sobre el irken, provocando que de aquel lugar, salga humo e hiciera un sonido como si de estarse friendo algo se tratase. Esto rápidamente fue notado por el azabache, provocando más risa de su parte. En cuanto al irken, aún se encontraba intentando analizar lo que estaba sucediendo.

-¡Hahaha! ¿Por qué sale humo de ti? Parece que subestimé un poco tu disfraz y hasta tiene efectos especiales.- Una vez más volvió a escupir, esta vez siendo en la cara del alien, provocando nuevamente que humo saliera y el mismo sonido se repitiera. El azabache era realmente capaz de repetir esa acción una y otra vez, hasta que se aburriera.
El irken sin decir ni una sola palabra o hacer alguna otra acción, más que soltar al humano, se retiró del lugar rápidamente, desapareciendo en la oscuridad.

...

-¿Qué diablos fue eso? ¿Ese desgraciado quién es? ¡Gir, te ordeno que estés aquí en 5 malditos segundos, sí no quieres que tu próximo brazo, sea reemplazado por una tubería!- dicho esto, un pequeño robot apareció frente a él, con una mano sobre su frente y una mirada aterrada.

-Muy bien, ahora, quiero que investigues de quién se trata la persona que te voy a describir. Más te vale que la encuentres o te va a costar..

...

°ZaDrs° [Zim And Dib Romance Sadic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora