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La noche fue tranquila, pero el aire estaba cargado de tensión. Cada sonido, cada sombra parecía una amenaza potencial. Sin embargo, el agotamiento eventualmente venció a los tres tributos, y se quedaron dormidos por turnos para asegurarse de que siempre hubiera alguien vigilando.
Al amanecer, Dannieka despertó a Rue y Ezra. ──Tenemos que movernos temprano. Los otros tributos están cada vez más cerca y no podemos arriesgarnos a quedarnos aquí demasiado tiempo.
Ezra asintió. ──Debemos ir a la cascada y recolectar esas hierbas antes de que alguien más las encuentre.
──De acuerdo──, dijo Dannieka. ──Pero debemos ser rápidos y cuidadosos. No sabemos quién más puede estar cerca.
Con esa advertencia en mente, recogieron sus pertenencias y se pusieron en marcha hacia la cascada. El sol apenas había salido, y el bosque estaba envuelto en una neblina matutina que hacía que todo se viera borroso y misterioso. A medida que avanzaban, Dannieka no dejaba de mirar a su alrededor, buscando cualquier señal de peligro.
Cuando llegaron a la cascada, se aseguraron de que el área estuviera despejada antes de empezar a recolectar las hierbas medicinales. Rue trabajaba rápidamente, recogiendo las plantas y guardándolas en una pequeña bolsa de tela.
──Tenemos que movernos rápido──, susurró Ezra, vigilando los alrededores. ──No podemos quedarnos aquí mucho tiempo.
De repente, un ruido fuerte rompió la calma del bosque. Dannieka levantó la mano, indicando a los otros que se detuvieran. Escucharon con atención, tratando de identificar el origen del sonido.
──Viene de allí──, murmuró Rue, señalando hacia un grupo de árboles a la derecha de la cascada.
Dannieka asintió. ──Podría ser un tributo o una trampa. Debemos estar preparados.
Se movieron sigilosamente hacia la fuente del ruido, manteniendo sus armas listas. A medida que se acercaban, el sonido se hizo más claro: eran voces, dos personas hablando en voz baja. Dannieka hizo una señal a Rue y Ezra para que se ocultaran detrás de unos arbustos mientras ella se acercaba más.
Cuando finalmente pudo ver a las personas que hablaban, reconoció a uno de ellos como el tributo que había visto la noche anterior en el arroyo. El otro era un tributo de un distrito de tecnología, manipulando algo en el suelo.
──Están instalando una trampa──, pensó Dannieka, su corazón acelerándose. Sabía que tenía que actuar rápido.
Con una señal silenciosa, indicó a Rue y Ezra que la siguieran. Se movieron con cautela, rodeando a los tributos y preparándose para atacarlos por sorpresa. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, Dannieka dio la señal y los tres salieron de su escondite, sorprendiendo a los tributos.
La pelea fue rápida y brutal. Con la ventaja de la sorpresa, Dannieka, Rue y Ezra lograron desarmar a los tributos y someterlos. Respirando con dificultad, Dannieka se agachó junto al tributo del distrito de tecnología.
