Capitulo 08

399 35 91
                                    

Juliana no había dimensionado la hora que era, si bien le había dicho a su novio que no la espere a cenar no podía creer que eran las dos de la mañana, el tiempo con Bautista había pasado demasiado rápido para su gusto, esperaba que ese chico acepte. Aunque la actitud altanera que había tenido hacía Lisandro le parecía rara, por ahí eran celos del momento, era más chico y podía entenderlo por ese lado.

Cuando entro a su habitación Lisandro estaba durmiendo profundamente, sin remera, no podía creer que tenía semejante hombre acostado en su cama, era tan hermoso.

Se dirigió al baño para darse un aseo rápido quería sacarse el perfume de Bautista de su piel antes de acostarse al lado de su pareja.

Salió a los minutos y Lisandro estaba sentado en la cama mirándola fijo.

— ¿Te desperté?

— No — mintió — ¿cómo te fue? Pensé que ibas a venir un poco más temprano, te espere hasta hace un rato.

— Dije que no me esperes, mañana hablamos, estoy muy cansada licha.

A Lisandro se le hervía la piel de celos de simplemente pensar en que algo había pasado entre ellos, Juliana había llegado directo a bañarse ¿Por qué?

La miro a los ojos y ella seguía parada en la punta de la cama sin sacarle los ojos de encima, Lisandro saco las sábanas de su cuerpo y se paró para caminar hasta donde estaba Juliana. Le llevaba tantos centímetros de altura que no podía calentarle más esa situación, Juliana entre abrió la boca para decir algo pero su voz no salió y Lisandro aprovechó el momento para alzarla y besarla sin ningún tipo de cuidado.

Juliana permitió el beso enredando las piernas y sus brazos en su hombre, amaba a Lisandro celoso y cuando este último la tiro en el colchón mientras le desabrochaba la bata de baño se dio cuenta que iba a ser una noche repleta de placer.




— ¿me estás jodiendo que aceptaste? — Martín no paraba de reírse mientras Nicolás negaba con la cabeza, sabía que no había que joder a Lisandro — tanto rompiste las pelotas para que te terminen ganando la partida.

Lisandro se levantó de la mesa y agarro de las solapas del saco a Martín pegándolo a la pared. Nicolás se paró de inmediato al lado de ellos.

— Lo que yo haga o deje de hacer con mi mujer, es nuestro problema, y no me cabe absolutamente nada que estés detrás de la puerta escuchando conversaciones ajenas — Martín simplemente lo miraba sobrando — no me faltan ganas de borrar esa sonrisita.

— ¡tranquilos, tranquilos! — Nicolás se metió intentando sacarle las manos de Lisandro a Martín — podemos hablar como personas civilizadas, escuchame hermano, bájalo y hablamos, ya sabemos que es un tarado.

Lisandro lo soltó y rió por lo bajo, no podía creer que Martín casi se mea encima.

— Que sea la última vez — Salió de la oficina de reuniones y dio un portazo, le importaba poco hablar de su vida privada con esos tarados.

Nicolás le pegó un revés en la cabeza a Martín que se quedó tocándose la zona gracias al dolor que sentía.

— Sos un imbécil — se fue detrás de Lisandro.




Lisandro no podía creer lo bien que le quedaba el rojo a Juliana, ese vestido entallado al cuerpo lo estaba volviendo loco hace minutos, verla acomodar la mesa con tanta felicidad le llenaba el corazón de amor, tal vez no había sido tan mala decisión después de todo.

𝙄𝙉𝘾𝙊𝙍𝙍𝙀𝘾𝙏 - 𝙁𝙐𝙍𝙄𝘾𝙃𝘼/𝙁𝙐𝙍𝙄𝙎𝙏𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora