Un Protector del pasado presente en el futuro

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Punto de vista del Narrador: Calle central de Vacuo

Podemos ver a los soldados celebrando con sus amigos y familiar mientras grandes filas de caballos arrastraban un gran fragmento de hueso del Gusano como trofeo por la victoria y al final de todo el desfile de celebración estaba muy a su propio pesar, Sorem.

Siendo adorado por la gente al haber sido el quien le dio el golpe decisivo a Jörmundgandr, todos los soldados casi que le prohibieron negarse a formar parte del desfile, incluso algunos se coordinaron para en conjunto levantar a Sorem y llevarlo a la fuerza entre 10 hombres mientras lo levantaban y lo pasaban por encima de sus cabezas como un ola humana.

"[Has atraído a toda una multitud]" dijo Alexa al ver como varias personas tiraban pétalos de flores y confeti sobre el Spartan, he incluso algunas mujeres y hombres jóvenes le decían piropos.

"[¿Te atreves a usar mis frases contra mi doctora?]" dijo Sorem con una expresión muerta en su rostro, no le gustaba que lo trataran como un héroe, pero si trataba de irse podría lastimar a alguien con su peso.

"¡Ha Vuelto el caballero Esmeralda!" gritaron muchos de los ciudadanos pensando de inmediato que Sorem era el caballero Esmeralda, con algunas personas sacando colgantes de hueso Grimm adornados con oro y joyas de color rojo formando la marca del Slayer.

"[¿Que carajos hiciste en Remnant Slayer?]" dijo Sorem por el casco mientras se sentía como alguna especie de mesías siendo cargado por sus fieles a pesar de su peso.

Luego de unos minutos en el desfile, Sorem llego hasta el palacio de la Sultana el cual le recordaba a una pirámide azteca, en el patio frontal de este lo esperaba un decente numero de guardias reales del lugar.

Tenían turbantes y demás indumentaria que los protegía de la arena, el sol y el viento, esto sumado a su armamento tanto moderno con rifles de Asalto que usaban Dust y una alabarda de diseño inusual en sus espaldas.

Y justo en medio de la entrada se encontraba Quetzalcoatl, la cual tenia esa sonrisa tierna que contrastaba por completo con su gran tamaño y estilo de combate.

"Hola~" saludo cariñosamente, casi sonando como si estuviera saludando a un viejo amigo "La sultana me pidió que te llevara hasta la sala del trono, quiere discutir algunas cosas contigo" dijo Quetzalcoatl extendiéndole la mano al Spartan como si planeara llevarlo de la mano.

"¿No soy un niño sabes?" dijo Sorem dandole una mirada aburrida, que a pesar de tener su casco puesto, la Berserker pudo sentir la clara decepción en su mirada.

"¿Te da pena darle la mano a tu Hermana Mayor~?" pregunto burlescamente la Servant.

"Estoy bastante seguro de que sabes el porque no te daré la mano de nuevo" dijo Sorem esperando a que la mujer rubia bajara su mano y en su lugar comenzara a caminar para poder seguirla.

Pero Quetzalcoatl se veía bastante persistente al respecto, asi que Sorem simplemente activo un Holodrone de si mismo y lo hizo darle la mano.

"Eso es lo mejor que obtendrás de mi parte" dijo Sorem y la mujer rubia se rió un poco, pareciendole gracioso que Sorem aceptara a su petición.

"Eres alguien bastante curioso" dijo  la Servant antes de llevar de la mano al Holodrone mientras el propio Sorem caminaba detrás de ella.

Caminando por los pasillos Sorem vio únicamente vio que únicamente la servidumbre del castillo estaba meramente compuesta por mujeres, en contraste a la guardia real que era únicamente hombres, haciendo que el Spartan suspirara internamente.

"[¿Estas viendo esto Doc? el viejo y olvidado sexismo, existía hace tanto tiempo en la sociedad humana que a veces olvido que en verdad fue una cosa en nuestra historia, bueno, hasta la Guerra de Unificación eso es.]" dijo Sorem transmitiendo en vivo para la doctora que aun permanecía en el Guardián la cual se encontraba fascinada de mala manera por esto.

Un Spartan En Un Mundo RemanenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora