Los rayos de un sol en el alba son los que entran y se presentan en la habitación de un joven muchacho de 16 años de edad. Sus ojos de color menta iban abriéndose logrando despertar de una manera serena y tranquila. La paz presentada sería perturbada por unos golpes en la puerta de su habitación.
— Muichiro. — Esa voz masculina, era reconocible. La persona abrió la puerta con cuidado, asomando su presencia; el hermano gemelo del joven que estaba aún en cama. — Ya debes despertar, el desayuno está listo.
— .. Enseguida voy, Yuichiro. — Comento con una voz baja mientras se reincorporaba en su cama, sentándose y mirando a su gemelo.
El mayor – por unos minutos. – asintió cerrando tras de si nuevamente la puerta de su hermano, dejándolo así solo en su tranquilidad. Tokito Muichiro, ese es su nombre, a veces no entiende porque lo logra olvidar, supone que es por perderse entre su propia mente y alterar su realidad entre sueños despierto.
El silencio era cómodo, debía levantarse y prepararse para el instituto, y así fue; se levantó de su cama dejándola arreglada de paso. Rápidamente se dió una ducha con agua templada, para así mismo ponerse aquel uniforme de tonalidad azul oscura, dónde en una de las mangas tenía el grupo al que pertenecía, y en el pecho una pequeña placa en dorado con su nombre. Se miró en el espejo, atando su cabello en una coleta para no tener que lidiar con el, a veces pensaba en cortarlo, pero sinceramente le gustaba ver lo largo que era y más al ver esas puntas de tonalidad verde menta.
Saliendo de su habitación con su mochila en mano, baja las escaleras de manera apresurada al notar que en el reloj de su muñeca marcaba una hora algo tarde. Se acercaría a paso rápido a la cocina donde encontraría a su hermano terminando de servir el desayuno.
— ¿Vas a comer acá? — Pregunto el mayor notando la presencia de su gemelo en la cocina.
— Se me hace tarde. — Murmuró mientras comía una de las tostadas con mantequilla del plato.
— Lo supuse. — Mostró una leve sonrisa y cruzándose de brazos miro al menor. — Come rápido para que puedas irte.
Muichiro asintió sin más, terminando de comer dos tostadas más junto a un omelette de huevos y una taza de chocolate. Luego de dar las gracias y despedirse de su hermano, salió de casa en camino al instituto casi corriendo.
•
•
•
Había logrado llegar con éxito, había llegado con un par de minutos para guardar sus cosas en el casillero y dirigirse a su respectiva aula, el aula de la clase superior Hashira. Caminaba pacíficamente por los pasillos bajo las miradas expectantes de aquellos otros alumnos que ya lo conocían, era algo normal en su día diario. Llegó al aula, abrió la puerta encontrándose con sus demás compañeros de clase, dónde la mayoría era prácticamente un año mayor a él.
— ¡Tokito - san! — La voz aguda de una de las únicas chicas de aquella clase sonó con emoción. — ¡Buenos días!
— Buenos días, Kanroji. — Contesto sin más caminando hacia su pupitre ignorando las palabras de la nombrada que le decían que la llamara por su nombre.
— Tokito, ¿Cómo estás? — Otra voz femenina se hizo presente en la charla, solo que está sonaba con más calma y tranquilidad.
— Ah, Kochō, buenos días. — Mirando a la mayor de cabello negros y morados que lo observaba con una leve sonrisa. — Estoy bien.
Una pequeña charla empezó entre aquellos tres mientras los demás del aula hablaban sin prestar mucha atención en ellos. El tiempo pasó más rápido de lo normal, llegando así el maestro y empezando la clase.
•
•
•
Ya se acercaba la hora del almuerzo, los pasillos eran vacíos y los rayos del sol se hacían notar en casa uno por aquellos enormes ventanales. Caminando con algo de seguridad y mirando a cada rincón del lugar, estaba una chica de baja estatura, cabello largo y sedoso; color oscuro y en las puntas un leve tono anaranjado. Sus hermosos y grandes ojos rosas resaltaban en su rostro.
Caminaba de manera alegre por los pasillos, se dirigía al aula de los maestros por los resultados de unos exámenes de su clase, normalmente siempre iba ella ya que sabía el lugar y todo el proceso. Apresar de que ella era sordomuda, se las arreglaba bastante bien en las clases y en el instituto en general; eso sí, tenía muy pocos amigos.
Había llegado al aula de maestros, abrió y tocó dos veces la puerta al tiempo, divisando al fondo al quien era su maestro; quien le hacía señas para que se acercara y tomara la pila de papeles que eran los resultados de los exámenes.
— ¿Segura puedes con todo esto? — Hablaba lentamente y enfatizando cada palabra para que la chica pudiera leer sus labios.
Ella solo sonreía y asentía con suavidad, podía entenderlo perfectamente al facilitarle la comunicación con la lectura de sus labios, dió una pequeña reverencia con su cabeza y emprendió marcha a su aula nuevamente; está vez con más calma y tranquilidad.
Caminaba tratando de evitar que aquellos papeles importantes terminarán todos esparcidos por el suelo, sin embargo, sintió como chocaba levemente contra algo suave, contra otra persona. Asomo con cautela su cabeza por un costado de aquella pila, notando así mismo a una persona, una persona muy atractiva ante sus ojos. Era un chico algo alto, con unos ojos menta y una coleta alta, la armonía de su rostro era perfecta para ella y podría ver el semblante sería que cargaba, aún así, logro notar como aquella fría mirada de suavizaba al verla con atención.
— .. ¿Estás bien? — Logro leer los labios de aquel joven, deseando en su interior poder escuchar su voz algún día, seguramente era igual de atractiva que ese chico.
Asintiendo busca liberarse de la situación por los nervios, tratando de aún así dar una reverencia por el inconveniente presentado.
— ¿Necesitas ayuda? — No alcanzaría a entender que era lo que había dicho el chico, por lo tanto trata de irse con prisa.
Los pasillos empezarían poco a poco a llenarse de estudiantes, esto alerta a la joven de ojos rosa quien sin mirar a atrás acelera el paso perdiéndose entre aquella multitud, dejando a un confundido y ansioso chico que trataba de buscarla desesperadamente con la mirada.
— ¿Quien eres?.. — Entre murmuros diría el de mayor altura mirando fijamente el pasillo por dónde vio desaparecer a aquella muchacha.
•
•
•
- @MyLovelyMind
Creo que para ser el primer capítulo, no está nada mal jsjsjs
Los capítulos se harán más extensos mientras avanzamos en la historia, por ahora es algo corto pero lo compensare ^^
Gracias por leer!
Loving y'all!
ESTÁS LEYENDO
Still With You.. | MuiNezu
FanfictionAquella chica de ojos color cerezo, que tanto llamaba su atención y había logrado ganarse su corazón, se alejaba cada vez más. - Nezuko.. - Murmurando sostendría la mano de aquella hermosa pelinegra, deteniendo sus pasos y logrando que está girara a...