Arrebato

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Aquel sombrío y sádico demonio se acercaba lentamente sin hacer ningún sonido.

Kagaya: (Mi cuerpo se debilita a cada paso, estoy cansado siento que mi cuerpo se desmorona) *En la cabeza del joven Ubayashiki pasaban muchas cosas, pero el pensamiento que reinaba en su mente era el de su cuerpo cansado y dando sus últimos esfuerzos*

Asta que en un momento, se escucho una suave risa que detuvo los pasos del joven Ubayashiki, un estruendo se escuchó cuando los ojos arcoiris de un demonio se posaron sobre el menor mirándolo fijamente desde arriba

Douma: Oh~ pero que tenemos aquí?~ un lindo chico de sangre especial~ *Sonríe mostrando sus afilados colmillos mientras levantaba con el dedo índice el rostro del patróncito tomándolo del mentón* me presento pequeño cordero... Mi nombre es Douma~ la segunda luna superior *Expuso más sus colmillos amenazante*

Los ojos del joven Ubayashiki se abrieron como platos al ver a un demonio frente a él, el patróncito estaba demasiado aterrado, débil, ya que si de por si no era capaz de levantar ni una sola katana no sería capaz de pelear mano a mano con un demonio de ese calibre.

Douma: Oh pequeño~ puedo verlo en tus ojos... Tanto miedo~ *Sus ojos brillaron con sadismo al notar la debilidad física y emocional del joven Ubayashiki* pero descuida~ estarás completamente seguro~ en el paraíso... *Con una sonrisa de oreja a oreja tomo el hombro del joven Ubayashiki, después de un fuerte golpe del viento ambos jóvenes desaparecieron en la inmensidad de la noche*

Y bueno...

¿Qué a pasado con Muzan?

Pues bueno...

En el castillo infinito, en el laboratorio del rey de los demonios, una demonio tocaba con delicadeza su instrumento musical, el Biwa, creando una melodia calmante y suave tratando de controlar el temperamento de su amo

Quien estaba hecho una bola de estrés y enojo, había notado el escape de Ubayashiki después de visitar la cabaña, en que momento fue tan descuidado, siempre lo vio como alguien débil y que se escondía tras sus pilares, lo subestimo a niveles espaciales sin darse cuenta.

Muzan: Ese maldito... Obtendrá el peor de los castigos por su insolencia... Nakime, junta a mis lunas... Les tengo una misión *Los ojos carmesí del demonio brillaron con intensidad y enojo, con el ceño más que fruncido y unas cuantas venas en su rostro*

Vínculo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora