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Toda la manada apoyamos a los Clearwater con el funeral, papá y Charlie estaban destrozados, Seth y yo aún no hablábamos, Leah se desahogaba conmigo siempre me llamaba o iba a buscarla para hablar. Ya había pasado una semana de la muerte de Harry y de qué Bella estaba fuera del país, a lo que me había dicho Jacob fue por su estúpido Edward. Realmente me molestó, ocupo a mi hermano solo para poder olvidar su pena por esa sanguijuela y justo cuando creí que me podría agradar la caga.

Tenía guardia con Jacob y Leah, cómo era de noche iba dormida en el lomo de mi hermano ya que estos días mejoraba mi velocidad y fuerza con Paul y Jared mientras que en las noches estudio de los temas que veía ese día durante las clases además de hacer mi tarea.

La noche se paso rápida, al llegar con los demás para el cambio de guardia Leah me despertó. Por suerte era fin de semana así que podría descansar un poco más después.

-Vaya con que la enana se durmió en toda su guardia-

-Que lindo cómo siempre Paul- bostece levantando me, mi vista fue hacia la entrada de la casa, Seth salía de ella para irse a su guardia con Paul.

Creí que me seguiría ignorando hasta que nos volteó a ver. Primero pasó su vista por Leah y Jacob hasta llegar a mi, no había visto que tan cambiado estaba gracias a su transformación, sus brazos estaban marcados al igual que su abdomen y espalda, su cabello corto le hacía resaltar más sus lindos ojos, carajo se veía muy lindo. Cuando salí de mis pensamientos mire que estaba frente a nosotros de rodillas, mierda, ¿¡Qué le paso!?

Todos estaban muy felices menos mi hermano, Sam salió de la casa mientras reía acompañado de Emily.

-Émar que bueno que descansaste- Baje de Jacob justo en el momento en que había llegado con nosotros

-Si, lo siento no he descansado mucho últimamente- 

-Lo sé, así como se que odiaras ir de nuevo de guardia con Seth y Paul- 

-¿¡Qué!?- Quería golpear a Sam en ese mismo momento -No, tengo aún por estudiar, aparte tengo ahorita entrenamiento con Jared-

-Oh vamos enana lo vamos a pasar bien, ya después entrenaras con Jared- Dijo Paul abrazándome de los hombros pero un gruñido hizo que se separara de mi.

-Es mejor que empieces a tomar distancia de ella Paul sino quieres acabar con una paliza en el piso- 

-Cállate Leah- Paul se alejo de mi mientras veía a Seth, como si temiera que le fuera hacer algo.

Esperé a que los chicos se transformaran y salieran del bosque para irme con ellos, me acerqué a Paul pero Seth volvió a gruñir.

-Émar ve con Seth, así evitaremos que le haga algo al pobre de Paul, su único delito es ser un tonto- Paul solo refunfuño ante lo que dijo Emily.

-¿Por qué dices eso Emily?- Pregunté mientras subía en el lomo de Seth.

-Cuando regresen de su guardia hablaremos con calma, ahora ya váyanse-

Pov Seth...

No supe que había sucedido en cuanto vi a Émar pero me sentí libre y feliz de repente, solo podía pensar en su bien, en ser lo que ella quisiera su mejor amigo, un hermano o hasta su pareja, mi mundo se completo con verla una vez más. Aún me dolía la perdida de mi padre pero eso ya no importaba, ahora estaba ella aquí conmigo.

-Awww el cachorro esta enamorado-

-Cállate Paul-

-Amigo no te molestes, ella es un hueso duro de roer-

-¿De qué hablas?-

-Ella nunca hizo caso a Embry o a mi cuando tratábamos de invitarla a salir o algo parecido, para ella solo había una persona en su corazón y mente, jamás dijo quien era a ninguno de nosotros ni siquiera a Jake, parece que Emily y tu hermana si saben de eso pero jamás nos lo dirán-

-Eso nunca lo supe, siempre creí que le gustaba Embry ya que siempre que iba a su casa el la buscaba-

-No bro, ella solo lo ve como un hermano, simplemente Embry es tan idiota cómo para ver que Émar no siente lo mismo que el- Algo en mi sintió paz al saber que ella no correspondía a ninguno de los dos -No pues gracias eh-

-Perdón-

-¿A caso ella te gusta?-

-Es complicado, yo...- Iba a hablar pero al sentir como Émar bajo de mi lomo hizo que mi atención se fuera a ella, se acerco a un venado, el pequeño venado olfateaba su cabello mientras ella reía por el toque de su nariz en ella, al escuchar su risa después de mucho tiempo fue una sensación tan única que hizo que un cosquilleo pasara de mi cabeza a todo mi cuerpo.

Hablaba con el animalito frente a ella pidiendo le que buscara a alguien, fue algo raro pero muy lindo, se despidió del venado y regresó con nosotros, caminaba al frente nuestro mientras seguía un par de mariposas blancas, se veía tan tierna.

Se paso volando el tiempo, no hubo nada fuera de lugar, solo una Émar jugando con la vida que habitaba en el bosque y disfrutando de el,  al llegar a la casa de Sam vimos a mamá, Billy, Sam y Emily esperando nos fuera. Sam le pidió a Paul irse del lugar mientras que nosotros nos quedamos ahí. 

-¿Qué pasa?- Pregunté algo preocupado.

-Nada hijo solo queríamos hablar de ustedes-

-¿Nosotros?- Preguntó nerviosa.

-Si, de ustedes- Habló Billy serio -Vayamos adentro- 

-Papá, ¿Qué está pasando?- Preguntó Émar mientras nosotros nos sentábamos en el sofá frente a los demás.

-Tranquilos, no es nada malo de echo creo que les va agradar la noticia- Dijo Emily muy sonriente. 

-Nosotros al transformarnos llegamos a tener a alguien que se le llama impronta- Habló Sam relajado para que nosotros nos sintiéramos cómodos -Nuestra impronta es el centro de nuestro mundo, los lazos que teníamos con nuestra familia, amigos y de más desaparecen ya que ella se convierte en lo único y más importante-

-Hay una ley que habla de proteger a las improntas, no se pueden lastimar sino habrá graves consecuencias para el lobo imprimado así como para el que la dañe- Mamá comentó sentándose a lado de Sam -El lobo no puede vivir sin su impronta, el dolor es tan grande que puede incluso hasta morir-

Recordé cuando vi a Émar después de tanto tiempo, creí que era emoción y miedo pero ahora vi que era todo lo contrario.

-Ella es mi impronta, ¿Verdad?- Los mayores de la sala asintieron la cabeza.

Nos volteamos a ver Émar y yo, no pude ocultar mi emoción, una sonrisa inconscientemente salió de mi a la cual ella no tardó en corresponder mientras la abrazaba.

RAMÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora