RAMÉ

10｡

Al llegar con la manada Jacob me abrazó fuertemente cuando me separé de mi hermano Seth corrió a mi y me cargó dándome vueltas en el aire. El consejo había dicho que cuando me transformara los lobos de los chicos harían que estuvieran consientes de quién era.

-Que bueno que estás bien, me tenías preocupado-

-Seth ya baja la, estas mareando la- Regañó Leah a Seth.

-Perdón- Me bajó rápidamente.

Al alzar la vista me encontré con los hermosos y cautivadores ojos de Seth, sentí de repente la sensación de no quererme separar de el, abrazarlo, demostrarle todos los días lo importante que es para mí. Me había imprimado de Seth así como el de mi, talvez si tenía razón Taha Aki, nuestros lobos se escogieron unos a otros, sería capaz de hacer y ser todo para que el sea feliz y esté a salvo.
Perdí el equilibrio más nunca me caí gracias a Seth.

-Te tengo- Los demás festejaron por nosotros y mi transformación -Me alegra saber que es mutuo esto- Me dio un casto beso en lo labios.

-Ya bueno Clearwater separa tu boca de la de mi hermana-

-Oh vamos Jacob, alégrate después de todo somos familia- Leah empezó a molestar a mi hermano, definitivamente ese día fue el mejor que tuve después de tantos años.

Ese día jugamos, reímos y disfrutamos del momento, nos olvidamos de los problemas del pasado o de los del futuro. Dejaba que el agua tocara suavemente mis pies, me relajaba el escuchar las olas golpear entre ellas y como acariciaba la arena suavemente.

-Que bello atardecer- Seth llegó a mi lado.

-Si es muy hermoso, me recuerda a cuando veníamos aquí antes de que todo cambiara-

-Quizá no todo sea tan malo como crees, la vista sigue siendo tan bella como siembre- Voltee a verlo, me miraba con un brillo en sus ojos -Ven hay que volver con los demás-

-De acuerdo- Dije tomando lo de la mano para comenzar a caminar.

-¿Esa es mi playera?-

-Emmm si- Me acerco a el para abrazarme por los hombros.

Ya se estaba haciendo de noche, hoy me quedaría con Seth a dormir así que Jake ya se había ido a descansar y a decirle a papá. Nos transformamos, Leah y yo hacíamos carreras para ver quién era más veloz de las dos mientras que a Seth lo dejamos un poco atrás.

-Eres genial Émar- Reconoció Leah al salir del bosque.

Seth me besó la mejilla, todo el día se sentía como pavorreal cuando hacían un cumplido sobre mi loba.

-Basta Seth, deja a Émar que respire un poco de ti-

-¿Quieres que me aleje de ti hermosa?-

-Claro que no, por qué por fin después de años ambos ven que se aman uno a otro- Leah fingió estar asqueada por nosotros.

-Estás celosa por qué ahora ella me presta más atención que a ti- Entramos a la casa entre risas y bromas.

-Pero que milagro Émar, que gusto verte aquí pequeña- Mencionó Sue saliendo de la cocina.

-Gracias Sue- Seth llegó y me abrazó por la cintura sonriendo me.

-Oh por dios, ¿Por fin está pasando?-

-Si mamá, Émar es mi impronta así como yo soy el de ella- Besó cuidadosamente la coronilla de mi cabeza. Sue nos abrazo a ambos y nos felicito.

-Ya se habían tardado-

-Es lo que yo les digo- Apoyo Leah a lo que había dicho su madre.

Cenamos todos juntos, Sue y Leah al terminar nos dejaron solos en la sala.