(capitulo 2) No todo es lo que parece.

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Abrí los ojos detayando el lugar a mi alrededor, me encontraba acostada boca arriba sobre pasto largo. —¿No estaba muerta? — dije aturdida, me reincorporé con algo de pesadez, coloqué ambas manos en mi rostro frotando un poco para quitar mi estado somnoliento, al parecer sigo en la pradera de casa, solo que un poco más alejada de donde me encontraba, el sol estaba en su máximo esplendor.

De pronto sentí jalones por todo mi cuerpo, levanté mis brazos y examine el resto de mis extremidades, tenía algunos rasguños por todo mi antebrazo y por las pantorrillas como si hubieran arrastrado mi cuerpo hasta aquí.

—Es cierto ¡me dispararon!—recordé de golpe, toqué mi pecho para comprobar si conservaba alguna herida de bala, pero no tenía ninguna al contemplarme sin heridas, me percate de mis manos, mis uñas eran largas y negras.

—No recuerdo haberme pintado las uñas de negro, ni tampoco que estuvieran tan largas— dije en voz alta mientras observaba con curiosidad mis manos.

Decidí averiguar qué estaba pasando, cuando caminé unos pasos hacia adelante percibí un peso en mi espalda mire por encima de mis hombros y casi se me salían los ojos, —¡¡¿pero qué?!— grité cayéndome al suelo.

Tenía una especie de alas enormes, su plumaje era de un color café. Coloqué las yemas de mis dedos en la entrada de mi cabeza, acaricie mi cabello y percibí dos objetos duros en ambos lados, segun su complexión podrian ser ¿Cuernos?.

"¿Estaré soñando?".

Me incorporé de nuevo y obtuve equilibrio con mis nuevas extremidades, si estoy viva es por algo ¿no? Observé la casa a lo lejos, pero no poseía el valor de volver a ese sitio, así que me di la vuelta y seguí avanzando por la pradera. Después de unos 10min caminando en la nada encontré otro camino de tierra que dirigía al pueblo.

Pero se encontraba una especie de cabaña improvisada justo al lado del pequeño camino, más bien un refugio, no lo sé, sólo veo un montón de madera, una puerta y un techo.

Realmente quería darme un baño, por lo tanto, mis ganas de no tener el cuerpo sucio me hicieron acercarme a la cabaña, toque la puerta pero se abrió al primer golpe, no había nadie, por esa razón pase.

solo se hallaba una silla de plástico, una cama de paja en el piso y un espejo justo al lado de la silla, quien viva aquí seguro se pasa horas mirándose en el espejo.

"vaya ego que tiene"

Me acerque al espejo para observar mi silueta, la ropa que había escogido anoche, está bastante sucia, mi camiseta lisa de color negro está llena de tierra al igual que mis shorts negros de cuero, mi cara esta sucia, mi cabello ondulado oscuro esta revuelto y lleno de hierba. Observé también mis nuevas alas y cuernos, se sentía irreal, todo lo que veía en el espejo parecía falso.

Trate de limpiar un poco de tierra en mi mejilla, pero estaba demasiado seca y me dolió un poco cuando intente frotar la suciedad, lanze un suspiro de frustración dejando caer mi mano con mucha fuerza al costado de mi muslo, ocasionando que este sonara contra mi piel.

Me aleje del espejo y examine todo mi alrededor y no vi ningún baño para quitarme la tierra seca de la piel , Salí fuera de la cabaña y la rodee, afuera encontré un cubículo de madera, los tablones eran las paredes y la puerta era de una cortina transparente de baño, al parecer era una ducha, pues disponía una regadera, no era un hotel de 5 estrellas, pero es aceptable. Me metí en la ducha improvisada, me quité toda la suciedad con el agua, y hasta lave un poco mi ropa, con el pequeño jabón que estaba justo en una esquina en el suelo.

Salí un momento y deje toda mi ropa al sol, me sentía extraña, como si alguien me observará, pero no se encontraba nadie a mi alrededor, decidí meterme de nuevo en la ducha, lave mi rostro, y luego me quedé un rato esperando que mi ropa se secara, como el sol estaba en su punto más fuerte, no pase más de dos horas al descubierto o mas bien desnuda , por suerte no había ni un alma cerca, me vestí de nuevo y decidí dormir un poco en esa cama de paja que vi antes, es mejor que el suelo, ya que desperté adolorida esta mañana.

Los WintersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora