( capitulo 3) Mi único padre, Jackson

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Connor

(Semana antes del asesinato)

Salgo de mi casa algo apurado para partir al trabajo, acomodo las llaves en mis manos y escojo la llave correcta, cierro la puerta y rápidamente me dirijo a mi auto tesla model 3 de color negro, no soy bueno con las marcas, a penas y memorice mi marca por si necesitaba alguna reparacion futura, pero me gusto este auto, ahorre bastante para conseguirlo.

le doy click a las llaves y el auto emite el sonido de que está abierto, me adentro en el y lo enciendo.

Conduzco hasta el trabajo, me detengo en un local que a simple vista parece un laboratorio común o algún tipo de farmacia. Salgo del auto y camino hasta la entrada, entro al local y mis compañeros de recepción me saludan.

—Buenos tardes jefecito—Dice Víctor otorgando un saludo militar.

—Que chistoso—dije sarcásticamente -déjame pasar si no quieres perder tu empleo.

Víctor se aleja de la caja de recepción y se dirige a abrirme la puerta. Por motivos de seguridad colocamos un panel por toda la recepción. Veo cómo se sitúa frente a la puerta y le quita el pestillo.

-Bienvenido maltratador de empleados- hace una reverencia para que pase.

Frunzo el ceño eh ignoro sus estupideces, paso por la puerta y él la cierra detrás de mí, al fondo veo a Joel, acomodando cajas con productos que se van a entregar.

—buenas tardes Joel— grito a su dirección- sigue así.

Él me levanta el pulgar y sigue en sus asuntos. Entrecierro los ojos en dirección a Víctor e inmediatamente se dirige con Joel para ayudarlo.

me retiro y voy en dirección a una puerta apartada, que dirige a los laboratorios subterráneos, todos me saludan al caminar y entro por fin en mi oficina.

—¿Hace cuánto estás aquí?

—Desde esta mañana—Resaltó Jackson entre papeles.

Jackson para mi es como el padre que nunca tuve, hace algunos años entré a la empresa por obligación de mis padres, si se podrían llamar así, aunque yo no quería trabajar en este horrible lugar, tuve que hacerlo por obligación de las personas que procrearon mi vida.

Solo vengo aquí a darles su sucio dinero, no les importaba mi vida. Aunque estudié criminología y trabajé por un tiempo como detective, lamentablemente dejé el trabajo.

Jackson y yo teníamos un sueño frustrado en común, ambos no alcanzamos a terminar nuestros sueños, él quería trabajar como científico, pero terminó siendo un simple empleado de laboratorio clínico. Aun así, no sé cómo llegó aquí, aunque en este lugar trabajan creando sustancias, no es como Jackson lo hubiera manejado, además odia hacer las cosas ilegalmente, o esa fue mi conclusión, el contrato que nos dieron no fue muy fiable, sin embargo, informaba que la empresa se le otorgó el permiso.

Veo a Jackson entre su papeleo habitual, todas las veces que le he preguntado sobre su trabajo me responde que es para sus hijos. Realmente no lo cuestiono, pero me causa mucha curiosidad.

—¿Tienes hambre?—artículo él.

—Está bien, la comida que me preparaste ayer aún sobra en casa.

—Bueno aliméntate bien—levanta la cabeza a mi dirección-Oye el experimento 505 ya está casi listo, es lo único que me emociona de tener oficina propia ¿sabes?, crear mis cosas.

—sí, ¿para qué es? si se puede saber—me acerco a su escritorio desordenado y me siento en una de las sillas frente a él.

—Estaba pensando en crearlo para aquellos animales que no nacen con alguna extremidad o a aquellos que se les caen los cuernos. —propuso, dando media sonrisa.

Los WintersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora