1. ¡𝙐𝙣 𝙤𝙗𝙟𝙚𝙩𝙞𝙫𝙤 𝙮 𝙪𝙣𝙖 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙣𝙯𝙖!

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Katakuri estaba organizando sus cosas en la Oficina de su casa, sin dejar de pensar en el anuncio de la tienda de Donas Gol D. No dejaba de pensar en que sabor glorioso podría ser aquel, la última receta del ultimo miembro de la familia Gol D. debía ser algo magnífico, por eso quería ganar. Sus hermanos le ayudarían, la familia Charlotte ganaría aquello demostrando que son los mejores.

Además ellos tenían la fábrica de dulces más famosa del mundo ¿quien mejor que ellos para ganar aquello? Una búsqueda del Tesoro sería fascinante, pero era obvio que muchos querían aquel premio.

No sólo eran las donas (cosa por lo que el estaba interesado) era el premio en efectivo, además de un año gratis de donas ¡Que premio tan magnífico era aquel!

Pero por lo mismo habían tantos concursantes que era absurdo, eso no le importaba, buscaría como ganarles a cada uno de ellos.

Pero había un grupo en específico, un grupo que le molestaba más que todo.

El grupo Mugiwara, lo sabía porque los había escuchado mientras caminaba por la Universidad, era imposible no verlos con aquel chico tan griton.

Sabía que el chico amaba las búsquedas del Tesoro, en Preparatoria se había declaró rey de los piratas, en su momento le había parecido adorable, ahora sentía que era una ridiculez, todo porque ganó una búsqueda del tesoro que cualquier niño podría hacerlo aún así....

Katakuri estaba seguro de que hubiera ganado, pero aquel día no pudo asistir, en su momento Mugiwara había declarado aquella victoria en honor a él, pero ahora Mugiwara alardeba de aquel acontecimiento como si fuera la gran cosa olvidando por quien lo había hecho.

Pero esto si que era la gra cosa, una oportunidad única y no dejaría que Mugiwara ganará, tenía que demostrarle quien era el mejor como siempre lo había hecho.

Pero...

También tenía esperanza, una mínima esperanza de encontrar solucionar lo que había pasado hace años, saber si podría encontrar nuevamente una amistad, amaba a su familia, pero también deseaba contar con alguien más además de ellos. Eso era lo que el quería, el dinero no le importaba, su familia era lo suficientemente rica, el premio de ser el primero y último en probar aquella delicia si que sería magnífico, pero si por alguna razón el logrará...

Tenía que intentarlo, tenía que ganar aquello.

Competencia por las donas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora