Capítulo 8 Hermanos

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40 minutos antes...

—¿Cómo piensas pasar a ese policía?—Zenitsu al enterarse de las intenciones de Gyutaro.

—Tú lo harás—lo amenazó con su navaja.

—¡Aaah! ¡No quiero morir, lo haré, si, lo haré!—respondió muy rápido el rubio, Tanjiro se le quedó mirando con cierto desdén—.No me mires así, Tanjiro, no quiero morir.

—Yo lo haré, pero por favor, no lastimes a Zenitsu o el policía.

—¿Crees que estás en posición de hacer alguna demanda?—Gyutaro tocando su mentón.

—Obvio que no, te lo pido, por favor.

Gyutaro se le quedó mirando, era difícil descifrar lo que pensaba, pero nadie había sido amable con él antes.

—Bien, pero no intentes nada o los mato—sujeto a Zenitsu, colocando la navaja en su cuello.

—Tanjiroooo...—el rubio temblando.

Tanjiro tomó una charola de instrumentos y se dirigió hacia la habitación, el policía de inmediato se interpuso.

—No te había visto antes.

—Ah, es que, soy de emergencias, pero mi compañera de piso me pidió cambiar solo por un par de horas, le cambiare las vendas a la paciente—le sonrió Tanjiro, siendo observado por Gyutaro y Zenitsu.

—Está bien—asintió el policía dejándolo pasar, pero en cuanto cruzó el umbral se dio la vuelta para golpearlo con la charola en la cabeza, noqueándolo.

—Lo siento, mucho—se disculpó Tanjiro.

Gyutaro arrastró a Zenitsu adentro, luego desarmo al policía, ahora tenía un arma de fuego, apuntándoles.

—Ahora, saquemos a mi hermana de aquí.

—Te dije que está delicada, no podemos sacarla caminando—le advirtió Tanjiro.

Zenitsu vio el estado de la chica, además tomó las notas.

—Él tiene razón, podrían abrirse sus puntadas.

—Tengo un auto afuera en el callejón, la subiremos ahí, la llevare a un lugar seguro, pero ustedes vendrán conmigo, deberán mantenerla viva o morirán—este se acercó a Tanjiro colocando el cañón en su frente, lo que puso nervioso a este, haciéndole recordar lo que había pasado antes, Zenitsu pudo ver como sus manos temblaron, armándose de valor sujeto a Tanjiro para acercarlo a él.

—Te ayudaremos, solo basta—le dijo muy serio, el Omega se sorprendió de la forma en que el Beta lo ayudó.

Tomaron la silla de ruedas de un almacén cercano, Tanjiro desconecto los instrumentos evitando que diera la alerta, mientras que Zenitsu la cargo lentamente para evitar que se lastimara más y la colocó en la silla, justo cuando estaban saliendo al pasillo, el policía despertó e intentó detenerlos.

—¡Alto ahí!—el sujeto trató de tomar su arma, pero ya no estaba.

Gyutaro se movió rápido y lo atacó, forcejeando hasta llevarlo a las puertas del elevador, estas se abrieron porque presionaron el botón por error, cuando el policía perdió el equilibrio, el otro tomó la ventaja y lo apuñaló, dejando el puñal enterrado y cerrándose las puertas.

—Vámonos, ya.

—Pero...—Tanjiro podía ver sus manos llenas de sangre, odio que le hiciera eso, pero Zenitsu tocó su codo, indicándole que continuara, porque seguía amenazándolos con el arma.

Al estar el elevador bloqueado, bajaron por las escaleras, entre Tanjiro y Zenitsu cargaron la silla para hacerlo lentamente, aunque el Omega y el Beta se vieron, el primero hizo un movimiento con su móvil, luego lo tiró al suelo, Gyutaro se dio cuenta, le impidió tomarlo de nuevo, así que fue con Zenitsu.

Caudales del corazón (KnY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora