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ADVERTENCIA: sangre, heridas, violencia.

Todo parecía un mal augurio

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Todo parecía un mal augurio. Amelia no durmió bien durante las últimas noches de campamento, retorciéndose entre las sábanas por culpa de las pesadillas. Extrañaba a Lydia y a Lorna, quienes siempre se preocupaban por su bienestar, y la habrían ayudado a lidiar con los malos sueños. Porque al fin y al cabo eran eso, sólo sueños.

Pero se sentían tan reales...

Su hermano Kevin aún no pronunciaba los votos a la Guardia Real, todos habían acordado en que sería mejor idea hacerlo dentro de la Fortaleza Roja, con mayores comodidades y sin tantas trifulcas. A Kevin no le había agradado nada esto, hacía demasiado tiempo que deseaba hacerse Hermano de la Guardia, pero algo siempre lo atrasaba. Amelia, por el contrario, estaba muy contenta de que su hermano tuviera más tiempo para ella y no estuviera rodeado de tareas y deberes.

Llegaron a King's Landing después de casi un mes de viaje. Amelia esperaba con ansias un buen baño, llenar su estómago con tierna carne de cordero y dormir. Aunque una copa de vino no le haría daño alguno.

Llegaron para recibirla Lydia y Lorna, emocionadas. La más regordeta no pudo evitar lagrimear al verla; la estrujó entre sus brazos dejándola casi sin respiración. Amelia no hizo más que reír y abrazarla de vuelta. Lydia aprovechó aquel momento para estrechar la mano de la jovencita y darle una caricia con gesto maternal.

—La hemos extrañado, nuestra niña—no hubo formalidades, sólo cariño.

—Y yo a uste- —

—¡Te has comprometido! —chilló Lorna sin poder contener la emoción. Los ojitos que antes lagrimeaban ahora parecían soltar destellos. Amelia asintió, más que feliz.

—Debe contárnoslo todo, mi Lady —dijo Lorna mientras la tomaba del brazo y la llevaba a caminar. Lorna la tomó por el brazo contrario y las siguió, quedando Amelia en el medio. La joven tenía las piernas demasiado cansadas y estaba segura de que necesitaba un baño debido a que los últimos días no habían frenado en ningún lugar a descansar. Pero notó el entusiasmo en las mujeres y accedió a caminar por los jardines de la fortaleza.

—Se llama Robb, y es el muchacho más adorable que he conocido...

Los votos de Kevin tendrían lugar aquella misma noche en la Sala del Trono, frente al Rey y al resto de los Hermanos de la Guardia Real. Sólo muy pocas personas asistirían; los Reyes, la Guardia, la Mano del Rey, y familia muy cercana. Amelia, intentando disimular las ojeras por el viaje decidió pintar un poco sus mejillas y le pidió a Lydia un complicado peinado de trenzas que fuese llamativo. Optó por un vestido con los colores de su casa, de seda roja con terminaciones y puntillas doradas. Una cadena de oro al cuello, y un anillo con forma de leona en los dedos. Los zapatos no eran tan llamativos, dejando que el vestido y la joven resaltaran.

BORN TO RULE ━ juego de tronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora