Capítulo 3 [Una vulgar demostración de Poder]

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Saliendo de la oficina del director, la joven parasaurio color melocotón tomó la iniciativa en la charla. Dándose vuelta y tratando de tomar una actitud gentil ante el inexpresivo humano. "Bueno, quiero dejarte en claro, en primer lugar, que puedes contar conmigo para cualquier problema que se te presente, soy la presidenta del consejo estudiantil, y espero que te guste tu comité de bienvenida..." – La parasaurio da una pausa para que el humano hable, dejándolo presentarse – "Soy Anon..." – Responde de manera cortante.

Naomi no parecía inmutarse por la actitud visiblemente distante del humano, y trata de mantener una apariencia optimista ante la situación – "Genial Anon, es un gusto conocerte. deja que te muestre bien el instituto" – La chica tomó de la mano al joven. El tacto de las palmas del hombre era muy distinto a las de cualquiera, sus manos eran ásperas y con unos nudillos con callosidades reforzadas por años de entrenamiento, la reacción del calvo fue dar un leve apretón, no por disgusto, sino por sorpresa.

Mientras que la chica guiaba al humano, la mente de Anon era un desastre, era alguien que no acostumbraba al contacto físico con nadie, mucho menos con mujeres. Su rostro se había congelado en un perpetuo gesto de póker, mientras que los pensamientos en su cabeza eran un cumulo de emociones extremas a nada de estallar. Logró mantener la calma toda la presentación y responder con "Aha" a las interminables explicaciones de la chica pastel. Anon ni sabía por dónde mirar, ella vestía de camisa y pantalones de mezclilla ajustados, no acostumbraba a estar con mujeres por mucho tiempo, y menos que lo llevaran de la mano cual cliché de romance de manga de los 80.

A lo lejos, Naomi ve a un hombre ptero ayudando a entrar unos altavoces al instituto, se encontraba junto con la chica que Anon cruzó miradas. Por un instante, el ánimo de la parasaurio decayó, tiempo suficiente para que él se percatase.

"¿Sucede algo?" – La parasaurio reacciona ante la pregunta de Anon, regresando a su actitud animada, pero era notoria la falsedad de su alegría – "No, nada realmente."
"Entonces... Dime Anon, ¿Por qué fuiste transferido?"
La parasaurio queda sorprendida ante un tajante "Asuntos personales" cargado de una notoria molestia ante la pregunta. Anon dejó en claro que no quería que volviera a preguntar sobre el asunto.
Un silencio incómodo se asentó durante un instante que parecía eterno, el rostro de Anon denotaba un fuerte enojo, que fue rápidamente calmado al ser testigo del miedo de la chica hacia él.
"Disculpa, no quisiera responder así, y discúlpame por reaccionar mal" – Dijo el humano, más relajado, incluso llegando a ser dócil, haciendo una leve reverencia.
La chica, claramente nerviosa responde – "N-no te... preocupes, está bien..." – Ella trata de retomar su actitud, tratando de desviar el tema – "Oye, casi olvido entregarte esto" – Ella le entrega un folleto, con información para los recién ingresados al instituto, incluida la lista de comidas que sirven en la cafetería del lugar. Desde las ensaladas más finas a los cortes de carne más sabrosos. El humano solo vio con sorpresa los precios tan desorbitados para servirte un trozo de carne.

"Oye... Dime... ¿De verdad estos son los precios?" – Dijo Anon con completa incredulidad.

La dinosaurio tuvo un choque con la realidad al escucharlo y ver al humano más a detalle, pues este, con su piel llena de cicatrices, ropa vieja, actitud pendenciera y ese andar con aires de bribón; CLARAMENTE era alguien pobre.

"Oh Anon..." – dijo Naomi – "No sé si hablaste esto con el director, pero el instituto presenta planes para ayudar con tus problemas económicos" – La mente de Anon parecía caer hacia el abismo al escuchar esas palabras. Él contestó, visiblemente incómodo – "Mira, no es que necesite mucha ayuda, pero creo que podría hablar eso con Spears más tarde".

"Espera, no sé cuánto tiempo pasó, pero creo que debería ver que clase me toca..." – Anon saca sus horarios escritos de su chaqueta. La parasaurio se coloca junto a Anon para ver la clase que tomará el humano, invadiendo su espacio personal. El Grito de felicidad de la chica fue tan fuerte que aturdió a Anon más que cualquier golpe que haya recibido.

Desencuentro del Espíritu combativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora