Creo que todo el mundo conoce esta historia. Chica va al baile... Chica conoce chico... Se le cae el zapato... Se enamoran...
Vale, ¿Qué me dirías si te digo que Alba se parece un poco a Cenicienta? Así pues...
Cuatro años hacía desde la muerte del padre de Alba, Miguel Ángel. La rubia perdió a su madre cuando era pequeña, tan pequeña que ni la recuerda. Y, desgraciadamente, su padre encontró el amor en una señora con dos hijos que le haría la vida imposible.
Miguel siempre había cuidado a Alba como si fuera lo único que tuviese y es que, prácticamente, era lo único que tenía después de la muerte de su mujer. Padre e hija estaban muy unidos pero una terrible enfermedad acabó con la vida de él.
Alba lo pasó fatal. Sobre todo porque apenas tenía 16 años y su padre había sido su gran apoyo.
Estos últimos cuatro años los pasó en un completo infierno. Noemí, su madrastra, se encargó de hacerle la vida imposible junto a sus dos hermanastros, Joan y Carlos.
Su vida no era para nada como lo era antes. Cada día se levantaba con menos ganas que el día anterior. Iba a clases, limpiaba la casa y por la noche estudiaba. Así continuamente hasta que llegó el verano.
No sabía realmente qué era peor porque ahora parecía que se levantaba con la escoba en la mano y, hasta que no terminaba, no podía salir con sus amigas.
- ¿Terminaste de limpiar mi habitación? - le dijo uno de sus hermanastros, Carlos
- Sí, ya puedes entrar - le dijo apartando el cubo de la fregona de la puerta para que el chico entrara
Más que de la familia, parecía la criada. Todo el día estaba recibiendo órdenes por parte de aquellas tres personas despreciables, de ahí sus ganas de largarse de allí. Pero no podía hacerlo, no tenía a dónde ir, y aunque no era feliz en aquella casa, al menos tenía para comer y dormir.
Por suerte, tenía a su mejor amiga María para despejarse y llorar del agobio cuando lo necesitaba. La conoció hace dos años al entrar en la universidad.
Si, Universidad, lo único que esa señora se atreve a pagarle, aún bajo la amenaza de que si suspende algún examen dejará de hacerlo.
También tiene la suerte de poder decir que estudia lo que quiere. El día que decidió contarle a su madrastra lo que quería estudiar podría catalogarse como uno de esos que te gustaría borrar de la cabeza. Fue tal la pelea que Alba se pasó días encerrada en su habitación sin poder salir por orden de la señora. Su madrastra no comprendía por qué quería estudiar una carrera que no le iba a dar de comer. Una carrera sin sentido ni seriedad. Una carrera para gente que no sabía que hacer con su vida. O eso pensaba ella, porque para Alba el arte lo era todo. Creció dibujando junto a su padre. El fallecimiento de este fue lo que hizo que quisiera estudiar esa carrera en honor a él. Con tal de que Alba dejara de insistir, acabó aceptando con la condición de que no podía suspender ni un examen, si no, dejaría de pagarle los estudios.
Por suerte, Alba conseguía sacar notas altas tanto en los exámenes como en lo trabajos a pesar del poco tiempo que tenía debido a la limpieza del hogar. De hecho, sacaba mejores notas que sus hermanastros, quienes se pasaban el día vagueando. Ambos estudiaban derecho, más por petición de su madre que de ellos.
Pero dejando todo esto a un lado. Lo que no sabía Alba es que su vida estaba a punto de cambiar. Tanto que resulta difícil de creer.
ESTÁS LEYENDO
Baile de Máscaras
RomanceUn baile... Una máscara... Alba vive junto a su madrastra y sus dos hermanastros. Una noche asiste al baile real que organiza los reyes para encontrarle matrimonio a su hija, la princesa Natalia. ¿Qué pasará cuando se conozcan esa noche? (Inspirado...