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Proverbios 19:3.
La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón.





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El sol era reluciente como Jimin le había dicho, el jardín era un lugar precioso para practicar alguna alabanza, el jardín era el lugar perfecto para entrelazar su cercanía con la de Jimin. En un jardín lleno de flores donde solo estaban los dos sentados uno al lado del otro, tarareaban junto a los colibríes y se mecían con las violetas.

"Que lugar más bonito." Dijo Jungkook interrumpiendo su sesión de tarareos. "Nunca había venido hasta aquí." ¿Y cómo lo haría? Si siempre reducía su estadía en la iglesia a minutos, le agobiaba pasar tiempo en un templo que se había derrumbado sobre su espalda.

"¿En serio?" A Jimin le sorprendió, a lo que sabía, la familia de Jungkook eran fieles seguidores de la iglesia y habían pasado bastantes domingos y sábados en el templo. Se le hizo extraño.

"Sí, ni sabía que había un jardín."

"Oh." Susurró. "Pues que bueno que haya sido yo quién te enseñe el jardín."

"Espero ser quien te enseñe otras cosas también." Dijo Jungkook.

"¿Cómo qué?" Pregunto con genuina curiosidad.

"¿Quieres saber?" Sonrío de lado y se acercó ligeramente al cuerpo de Jimin, podía sentir el calor de sus piernas con las suyas.

"Claro." Le sonrío.

"Mejor sigamos ensayando, quiero aprenderme lo que no sé."

Y continuaron tarareando, Jungkook le pidió a Jimin que cantará para él, que así sería más fácil aprender el coro que no le salía. Su ángel le concedió el deseo, con timidez cerró los ojos y comenzó a cantar.

Una vez más, quedó hipnotizado por la belleza que miraba y escuchaba, se sentía tan atraído por su voz y por su rostro lleno de paz. Se veía hermoso alabando a su Dios.

Fue inevitable no intentar acariciarlo, coloco su mano al lado de la de Jimin y sutilmente acarició su pulgar, el gesto hizo que su acompañante abriera los ojos en sorpresa.

"Que bella voz tienes." Dijo con toda la seriedad posible, realmente sentía aquello.

"Gracias." Jimin sonrío avergonzado, Jungkook pudo verlo en sus mejillas sonrosadas.

"Y te ves muy pacifico cantando, pareces un ángel con los ojos cerrados mientras tarareas." Dijo acercándose ligeramente a Jimin, manteniendo el contacto visual. "Pero te ves aún más angelical cuando no cierras los ojos, expresas mucho con tus pupilas. Con tus lindos ojos."

Jimin no supo que hacer. Sus mejillas se calentaron y su corazón latió como si se fuera a detener. Su cuerpo quemaba y sentía que el aire le faltaba en los pulmones. Susurró un 'gracias' y con la excusa de llamar a su mamá fue hacia el baño.

Aún sentía el palpitar de su corazón en sus manos y sus mejillas calentar su rostro. Tomo un poco de agua para dejar de sentirse tan extraño, el agua apaciguó lo mucho que sus mejillas se habían encendido y calmo la incomodidad en su estómago.

Cuando Jungkook le dijo todo aquello con la mirada honesta y los ojos puestos en los suyos, sintió como algo en su estómago se revolvió y como algo aleteo. Fue muy extraño. Se sintió muy raro 

Padre consuelame en tus brazos ; km auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora