Astronomy
TIANA
Sótano de Uspeyma.
9 años y 5 meses atrás.
3:00 pm
—La vida te va a traicionar cuando menos lo esperes —habló repentinamente 38, rompiendo el silencio. Había notado que era algo que solía hacer a menudo: quedar en silencio y luego romperlo con sus ocurrencias.
—Pero igual estarás ahí para mí, ¿cierto?
—Siempre estaré ahí para ti, Tiana.
Supuse que había sonreído, pero con la venda en mis ojos no podía confirmarlo.
—Y nunca lo olvides, Tiana.
—¿Qué no debo olvidar? —Ahí sí pude confirmarlo al escuchar sus carcajadas. Y entre risas lo confesó:
—Que te quiero.
Marzo, 21.
Me desperté de golpe y de inmediato supe dónde estaba por la incomodidad de mis manos al estar sujetas con una cadena. ¿Qué demonios hice para llegar aquí? Lo último que recuerdo fue estar siendo abrazada por Steven.
«—La mente humana es compleja y manipulable.» Esa frase de 38 llegó a mi mente y no sé por qué. Supuse que fue por causa del déjà vu al tener la venda en mis ojos y estar colgada de unas cadenas en el techo.
Recuerdo perfectamente esa vez cuando nos castigaron. Eric nos había descubierto robando dulces del comedor y les había exigido a los superiores darnos un castigo inimaginable para que entendiéramos que eso no se permitía en esta unidad. Lo que me pareció extraño fue que los superiores se negaran y solo nos permitieran un castigo simple. Pero lo que realmente no entendía era: ¿Qué hacía aquí? Que yo recuerde, no había roto ninguna norma ni había golpeado a un agente. Mierda, ya ni recuerdo lo que hago.
—Mierda.
—Vaya, vaya, vaya. ¿A quién tenemos aquí? Pensé que sería yo nuevamente con las voces en mi mente —adquirió Andrey con su tono arrogante.
—Pues sí, estoy aquí y no sé por qué.
—Pues yo tampoco lo sé.
—Tampoco te lo estaba preguntando
—Pero qué violenta.
—¿Tú por qué estás aquí?
—Encubrimiento de un asesinato.
Eso hizo que recordara que Andrey había matado a alguien.
—¿Tú lo mataste? —pregunté.
—Te dije encubrimiento, no asesinato.
—¿Entonces a quién encubriste?
—¿No lo sabes? ¿Tú lo dijiste? —él parecía confuso.
—¿Yo lo dije?
—¿No recuerdas nada, Tiana?
—Solo recuerdo estar abrazándome con Steven.
—Ese imbécil.
—¿Por qué? ¿Qué pasa?
—Nada, ya olvídalo. Cariño.
Me quedé pensando por un momento, tratando de forzarme a recordar lo que, por lo que podía ver, había olvidado por completo. Pero en vez de recordar lo que quería, recordé un recuerdo de 38.
—¡Estoy harta! ¡Quiero irme de esta unidad! —había llegado 38 pegando golpes por todos lados, ya de sus nudillos brotaba sangre por los repetidos golpes hacia la pared de mi habitación.

ESTÁS LEYENDO
UN CIELO SIN ESTRELLAS
Ficção HistóricaDesde aquel invierno nada había vuelto a ser lo mismo en la vida de Tiana. La grandiosa idea de escapar de aquel lugar donde llevaba retenida toda su vida paso por su mente, ¿Por qué seguir en un lugar donde constantemente se luchaba para no sufrir...