Nada especial
Narrador DESCONOCIDO
Enero, 28.
«—Tonta.»
La hoja afilada pasaba lentamente por la delgada piel de mi espalda, podía sentir como la sangre salía y corría por toda mi espalda causando un ardor insoportable.
—¡Dinos, dinos quien fue!
—No les diré una puta mierda. —dije casi sin aliento.
Intenté no gritar al sentir como enterraban el cuchillo en un costado de mi abdomen la sangre empezó a brotar y yo solo pude ver como todo se volvía negro.
Debes olvidar...
Pasé mi dedo por mi ojo adormecido. Me levanté de la cama estirando mis brazos y piernas. Luego me dirigí al baño, donde lavé mi cara, mis dientes y me di una ducha rápida. Dejé que el agua cayera un rato sobre mi cuerpo para despertarme por completo. El agua salía a una temperatura cálida, ni muy fría ni muy caliente, ya que teníamos un calentador que la hacía refrescante para tomar una buena ducha. Tomé la toalla negra que reposaba sobre el lavamanos y me la enrollé en la cintura para salir.
Al salir, me dirigí de inmediato al armario para sacar mi uniforme.
"No pienso vivir más en las sombras". Tomé mi uniforme negro con la pequeña insignia plateada indicando mi rango y procedí a vestirme.
Al salir de mi habitación, pude ver que todos los agentes estaban como locos, corriendo de un lado para otro. "Tantos años de entrenamiento y todavía no saben cómo organizarse", bufé y empecé a caminar con toda la tranquilidad del mundo para dirigirme a la sección tres, donde los reclutas ya debían estar preparándose para su entrenamiento.
Pasé por un par de pasillos, subí y bajé un par de escaleras hasta llegar a mi destino. Unos cuarenta reclutas de entre diecisiete y dieciocho años estaban formados, esperando a su instructor. Yo pasé por detrás de las gradas para que nadie notara mi presencia y subí a las mismas, quedando en los últimos escalones de arriba.
Me quedé observando desde la altura. Su cabello estaba sujetado en una cola alta perfecta, cayendo por toda su espalda. El uniforme de entrenamiento le quedaba un poco apretado, marcando sus pequeñas curvas y su figura. No parecía agotada y eso me impresionaba.
Alguien si notó mi presencia y se acercó corriendo hacia mí. Su cabello de color violeta se movía a los lados por el movimiento rápido hacia mí. Ella se acercó y se sentó a mi lado sin agitación, ni cansancio, como si no hubiera corrido escaleras arriba hace un momento. Ella me miró asombrada.
—Pero, ¿qué tenemos aquí? El cazador al fin ha salido a cazar a su presa. —Aclaro con cierta incredulidad. —¿A qué se debe?
—A nada, solo quise salir a tomar un poco de aire fresco. —Me limité a responder; tampoco es como que me importara entablar una conversación con ella.
—Sí, claro; tomar aire fresco estando encerrados en el domo de la sección tres. ¿Fue por ella, cierto?
—Si lo sabes, ¿para qué preguntas? —Negué repetidamente con mi cabeza ante esa estúpida pregunta.
—Nunca entendí la razón de por qué la prefieres a ella. Me tienes a mí, ¿qué tiene de especial ella? Nada. —Aclaró, y yo rodé mis ojos.
—Tal vez eso que no tiene de especial hace que me interese. —Respondí, viendo cómo ella cruzaba sus brazos.
Lo cual era una mentira. Porque todo en ella era especial, todo lo que poseía era especial, y eso era lo que realmente hacía que me interesara.
—Sí, pero no entiendo cómo alguien común puede interesarte cuando tienes a alguien completamente extraordinario.
![](https://img.wattpad.com/cover/372229609-288-k920442.jpg)
ESTÁS LEYENDO
UN CIELO SIN ESTRELLAS
Narrativa StoricaDesde aquel invierno nada había vuelto a ser lo mismo en la vida de Tiana. La grandiosa idea de escapar de aquel lugar donde llevaba retenida toda su vida paso por su mente, ¿Por qué seguir en un lugar donde constantemente se luchaba para no sufrir...