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Las cosas hasta este momento habían estado bien con el nuevo matrimonio Ryddle, ambos se habían instalado temporalmente en la mansión Malfoy mientras el ministro lograba recuperar la mansión y las tierras de la familia Ryddle en el pueblo del pequeño Hangleton con ayuda del ministro muggle. Por suerte para Severa, Tom había pospuesto su noche de luna de miel hasta que el asunto de la mansión de su familia se hubiera resuelto lo que le resulto de maravilla ya que podía pensar y enfocarse en otras cosas como el hecho que Narcissa Malfoy y Bellatrix Lestrange la hubieran secuestrado para "enseñarle" cómo ser parte de la alta sociedad mágica.

Muy bien, como ahora eres la nueva señora Ryddle tienes que aprender muchas cosas para poner en alto el nombre de tu nueva familia— mencionó Narcissa entregando un enorme libro de reglas, un protocolo simple que toda mujer de la alta sociedad tiene que saber —Este libro te ayudará a tener mayor claridad del asunto.

Bellatrix que simplemente había decidido quedarse callada se le formó una sonrisa burlesca —Solo esperemos que todo esto no te abrume Snape, o bueno... si es así qué importa, no es como si ahora tu simple matrimonio cambiará algo en la historia del mundo, ¡o espera!, ¡si lo hace!— la bruja soltó una carcajada después de su comentario cínico. Severa no era tonta, ella sabía que de este ahora matrimonio dependía el destino de todos y eso a veces la asustaba.

Agradezco su preocupación señora Lestrange pero, descuide sabre manejarlas después de todo siempre lo he hecho— le devolvió la misma sonrisa burlona, la Lestrange solo volteo los ojos y se levantó de su lugar para ir a servirse un Whisky de fuego.

Muy bien, empecemos por los modales en la mesa— la menor la miró perpleja, ella estaba segura que sus modales eran los mejores incluso se acuerda una vez en su primer año que los mismos Lucius y Narcissa se los habían halagado —No me mires así eso es algo que es necesario volver a repasar.

Las horas fueron pasando para las tres mujeres que entre repasos y enseñanzas se habían saltado la hora de la cena sino fuera por un elfo doméstico que llegó avisarles que la cena estaba lista. En la cena se encontraban el dueño de la mansión Abraxas Malfoy, el heredero y próximo dueño Lucius Malfoy, Tom Ryddle que al parecer algo bueno había sucedido porque estaba con una sonrisa de oreja a oreja y claramente también se encontraban las tres brujas Narcissa Malfoy, Bellatrix Lestrange y Severa Ryddle. Una vez acabada la cena cada persona se fue por su camino, la Lestrange agradeció la espléndida velada y se fue usando la red flu, Narcissa también agradeció y se retiró a sus aposentos, Lucius y su padre tenían algunos negocios pendientes que resolver por lo que se encerraron en el despacho. Severa se removió un poco incómoda por el silencio formado en el comedor, su ahora esposo la vio divertido.

¿Sucede algo querida?— la cara de Severa se tiñó de rojo al verse descubierta —Dime, ¿hay algo que pueda hacer por mi adorada esposa?— odiaba que él siempre quisiera tener el control de todo pero, ahora ella sería quien lo tuviera.

Solo me preguntaba el porqué de tu sonrisa amado esposo, ¿no tendrá alguna noticia que compartir conmigo?— la sonrisa de Tom cayó al verse descubierto.

La verdad querida, si son buenas noticias— el bichito de la curiosidad, o como le decía su madre Eileen, pico a Severa —Me informo el señor ministro que ya le fueron entregados los documentos de propiedad de la mansión de mi familia paterna por lo que mañana nos hará una visita para entregarlos personalmente.

Severa esperaba cualquier otra noticia además de esa —Que... que buena noticia— se levantó para retirarse a su aposento asignado —Buenas noches— se alejó dejando a su esposo solo en ese enorme comedor.

Al llegar cerró la puerta con seguridad, no quería ver a nadie, quería paz y tranquilidad para pensar en las cosas que vendrían. Estaba más que enterada en los próximos sucesos una vez que el señor ministro entregue las llaves de su nuevo hogar; mudarse lejos a un lugar desconocido sería el menor de los cambios en su vida, si no el hecho que su nuevo esposo querría buscar un descendiente y que mejor oportunidad que eso que la luna de miel pospuesta y que mejor lugar que en una mansión familia recién adquirida.

La mañana llegó muy pronto, Severa no pudo conciliar el sueño ya que siempre que cerraba los ojos soñaba siempre con lo mismo.

"—Esta bien pero recuerda... No bromeaba cuando hable de nuestro heredero."

Decidió alistarse rápido, no sabía cuando llegaría el ministro y debía verse presentable, al terminar su baño y de vestirse con un hermoso vestido que Narcissa le regaló, se acercó al enorme tocador y peino su negra cabellera lo mejor que pudo.

La pelinegra escucho un ¡Plop! detrás suyo y vio a un pequeño elfo tembloroso.

Pe... perdón sé... señora Ryddle, el amo A... Abraxas Malfoy... soli... solicita su presencia en... en el salón principal— si había algo que sabía sobre la localización de las mansiones es que ese salón se utilizaba para recibir a los invitados importantes.

Entiendo, puedes retirarte— el pequeño elfo no esperó y así como apareció este desapareció.

Al llegar al salón principal Severa vio a su esposo con el señor Malfoy y el señor ministro.

Señora Ryddle, buenos días— saludo el ministro Minchum a la única mujer del salón.

Buen día señor ministro— realizó una reverencia de saludo hacia el ministro lo cual le hizo recibir un asentamiento de aceptación por parte del señor Malfoy y que su esposo se le acercara para guiarla hacia el sillón donde él anteriormente estaba sentado.

No quiero hacer más larga esta conversación— de su maletín sacó dos rollos de pergaminos y unas llaves —Este rollo de pergamino es el documento inscrito en el ministerio, donde menciona que ustedes son los propietarios de la mansión Ryddle— lo entregó a Tom —Este otro es el mismo pero inscrito en el ministerio muggle— entregó el segundo pergamino —Y por último las llaves de la mansión.

Severa se sorprendió al ver la enorme mansión frente a ellos pero, para desgracia de Tom sólo pudieron aparecer en una esquina del terminal de transporte del pueblo del pequeño Hangleton, para el resto del trayecto tuvieron que llegar usando transporte muggle. Un señor de edad llegando a la vejez les ofreció su viejo taxi inglés por la modesta suma de diez libras esterlinas, lo que en el mundo mágico serían dos galeones. 

Al entrar Tom se apresuró a sacar su varita para lanzar un hechizo que movería las cortinas y abriría las ventanas. Todo estaba lleno de polvo por el estado abandonado.

Al parecer nada ha cambiado desde la última vez que estuve aquí— ese comentario hubiera sido tierno para Severa si no hubiera visto la sonrisa maligna de su esposo.

¿Qué fue lo que hiciste?— pregunto un tanto temerosa por lo que él respondería.

Solo digamos que fue una pequeña venganza de un Tom Ryddle mucho más joven hacia sus familiares muggles— la tétrica risa resonó en toda la habitación, se acercó y la tomó de la mano —Ven, aún hay mucho que organizar.

La organización de la mansión fue demorada, para alivio de Severa, lo primero que hicieron fue contratar el servicio para conectar una red flu en la gran chimenea, luego Tom contrató un servicio de decoración en el callejón Diagon, no cabe decir que muchas familias mágicas sangre puras donaron grandes cantidades de galeones para esta causa y para finales de octubre la mansión volvió a retomar su antigua gloria pero ahora con un aire mágico.   

TODO POR UN BIEN MAYOR || female Severus ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora