Secret || YM •OS•

Extra: Descubiertos

Jimin no se lo podía creer, su madre había mencionado a YoonGi hace unos minutos junto a su puerta.

— ¿Realmente fuimos muy bulliciosos? —le preguntó a YoonGi mientras salía de la cama.

— Puede ser —respondió dudoso—, pero la habitación de mis suegros está en la planta baja

Jimin asintió comprendiendo.

— Y últimamente sus sueños son algo pesados porque vienen cansados

YoonGi salió de la cama, se acercó a Jimin posando sus manos en las mejillas de él haciendo que lo vea. Dejó un beso en la frente de Jimin, luego en una mejilla para pasar a la otra y por último dejando un beso en la punta de la nariz.

— Tranquilo, nene. Bajemos y aceptemos cualquier regaño. ¿Está bien?

— Si, amor

YoonGi esbozó una sonrisa y acercó el rostro de Jimin para juntar sus labios con los de él en un beso tranquilo.

Al separarse, buscaron ropa limpia y se alistaron para bajar, llegaron al final de las escaleras topándose con la señora Park.

— Buenos días chicos

Los saludó de manera efusiva con un abrazo cálido que dejó sorprendidos a ambos chicos. Ellos no entendían que pasaba, pero si no los iban a regañar, mucho mejor.

Al soltarlos, Jimin carraspeó y preguntó:

— Mamá, ¿cómo supiste que YoonGi estaba aquí?

— Hace poco me llamó SunGul preguntando por YoonGi y si le podía decir que llegó un regalo especial. Por un momento me extrañé, incluso SunGul se retractó y quería colgar pero soy muy persuasiva —sonrió con orgullo—, así que me dijo que YoonGi había venido a pasar el rato con Jimin por su aniversario. Y como anoche no le abrimos la puerta a nadie, pensamos qué medidas tomarías para entrar, además la idea de que eres infiel no estaba en discusión.

Jimin y YoonGi estaban sorprendidos, habían sido descubiertos por culpa de un descuido de la madre de YoonGi y no por sus sonidos. YoonGi se disponía a hablar pero unas pisadas provenientes de la escalera lo interrumpieron.

Todos los presentes dirigieron su mirada hacia el responsable del sonido, encontrando a un JiGum cansado y malhumorado.

Paso por el lado de la pareja sin dirigirle una mirada a ninguno de los presentes pero su madre lo obligó a detenerse.

— Se dice buenos días, JiGum. No estás pequeño

JiGum alzó la mirada cruzando con las miradas de su hermano y cuñado quienes le dedicaron una mirada de sorpresa al ver las ojeras. Volvió a ver a su madre y suspiró derrotado.

— ¿Qué sucede, JiGum? ¿Estás enfermo?

La señora Park estuvo a poco de moverse pero JiGum negó al instante, miró hacia el par que lo miraban sorprendidos, torció sus labios en una mueca y volvió a ver a su madre.

— No lo estoy mamá, solo es el karma —miró de soslayo a Jimin y YoonGi— un karma muy ruidoso que actuó rápido

La señora Park entrecerró los ojos mirando a JiGum marcharse sin entender su respuesta, al contrario de YoonGi y Jimin que lo miraban sorprendidos. En ese momento recordaron que la habitación de JiGum estaba al lado de la de Jimin y si JiGum había dicho algo sobre que el karma es ruidoso, lo único que significaba esa insinuación es que JiGum escuchó el golpeteo del respaldar de la cama con la pared.

Jimin también lo pensó, y se sonrojó demasiado pero a la vez le divirtió que su hermano no hubiera podido dormir, al fin de cuentas la culpa era de él y lo de anoche hubiera sucedido en otro lado y no en la casa de sus padres.

— Bueno —Helena miró a su hijo y a YoonGi—, será mejor que vayan a la mesa antes que los lleve de las orejas

Ambos sonrieron asintiendo, YoonGi tomó de la mano a Jimin para caminar juntos hacia el comedor. En ese momento Jimin recordó el mensaje de la madre de YoonGi.

— ¿A qué se refería mi suegra con: regalo especial?

— Tu y yo adoptamos un samoyedo, es parte de mi sorpresa de aniversario. Aunque por JiGum, supongo que vivirá conmigo hasta que vivamos juntos.

YoonGi percibió el brillo emocionado en los ojos oscuros de Jimin, que le encantaban como siempre y más el abrazo eufórico que le siguió incluido muchos besos y varios te amo.