Nochevieja.

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El poco cava que les habían dado, hacía un par de canciones que se había terminado y sin embargo, el ánimo seguía siendo festivo. Las carcajadas compartidas a través de los reflejos del espejo, eran casi tan altas como la música que sonaba, envolviéndolos aún más en ese halo de irrealidad que suponía la academia.

Allí dentro parecía que el tiempo no corría, que sus vidas estaban en pausa esperando por su salida para ser reanudadas y que mientras tanto, ellos podrían jugar a ser quién quisieran, con quién quisieran.

Dime había sido el pistoletazo de salida esa noche. Todos habían hecho la misma coreografía que les había marcado Vicky en su momento pero ellos no, ellos habían entonado sus líneas frente con frente, con las manos acariciando el cuerpo ajeno como si hubieran estado destinadas siempre a ello.

Fingieron normalidad, porque no era la primera vez que habían acercado posturas más de la cuenta al cantar la melodía y estaban acostumbrados a que, una vez terminado el verso, se acababa la excusa.

Unholy siguió y entre el ambiente, la canción y la desinhibición de todos a su alrededor, él no pensó dos veces antes de ir a por ella, de rodillas en el suelo bailando tan sensual como los demás.

La agarró del pelo, moviendo su cuerpo ante la mirada atónita de ella, que tan solo fue capaz de reírse y soltar un expresivo "LOL" mientras que él se apartaba enseguida, sorprendido por su arrebato.

Walk Like An Egipcian sirvió de desahogo. Todos se reían y sacudían como si se hubiesen vuelto locos y, aunque la tensión entre ellos había aumentado con la canción anterior, cuando ella saltó sobre él, la sujetó sin problemas, jugando a dejarla caer hasta que finalmente ocurrió.

Se reían, como los amigos que eran.

Se reían, como si no se estuvieran buscando por la sala de manera incluso involuntaria.

Little Green Bag y el trozo de collar que aún mantenía en su cuello, fueron el detonante. Ella llegó, cogió el plástico rojo y de un tirón se lo quitó, antes de darse cuenta de que su actitud distaba mucho de ser amigable.

Añadió a Álex al juego, forzándolos con el retazo de collar a unir las cabezas y cuando se apartó, el mismo Álex fue quien la devolvió al sitio, pretendiendo que la mataba con la infame tira roja.

Él se alejó un poco pero al final, ella terminó a su lado, bailando con el collar en las manos y sin poder resistirlo más, se inclinó hasta su oído.

—¿Sabés que estás jugando un juego peligroso?

Naiara giró a mirarlo sorprendida, retirándose el pelo de los hombros para tratar de ganar tiempo y formular una respuesta a la altura.

Antes de tener tiempo para hacerlo, Lucas se apartó sin dejar de mirarla, alzando las cejas y sonriendo mientras que agitaba las manos. Ella decidió contestar sin palabras, bailando al son de la canción, girando sobre sí misma y viendo en el reflejo como él volvía hacia ella, pegando su cuerpo mientras bailaba y haciéndola sentir en llamas.

Álex los observaba a través del espejo y cuando su amigo conectó su mirada oscura con la suya, se apartó de la chica, intercambiando un nuevo juego con Álex antes de dejarlo ir con ella.

Naiara esperaba algún tipo de advertencia o incluso un sermón —algo que, a estas alturas, le parecía absurdo viendo lo visto con ella y Salma—, pero Álex la sorprendió echándosela sobre el hombro y recorriendo la sala de ensayos con ella encima.

Se sentía tan bien que cuando Álex la depositó de nuevo en el suelo junto a Lucas y este se marchó, no pensó más de un segundo antes de pellizcar a su amigo y hacerle un gesto con la cabeza en la dirección por la que acababa de salir el otro chico.

Estrellas en el Aire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora