Aquel despertar fue más tranquilo que el anterior y mucho más solitario.
Habían salido de la ducha y se habían dirigido cada uno a su cama, agotados emocional y físicamente con todo lo que había ocurrido ese día. Naiara ni siquiera tuvo tiempo de discutir con sus pensamientos antes de que sus ojos se cerrasen y cayese en los brazos de Morfeo.
El ambiente en la academia era raro, todos estaban bien pero a la vez no. El virus que los había estado diezmando uno por uno seguía en el aire pero no era eso lo que enrarecía el aire, era... Algo más.
Desayunaron en calma, con cuatro bromas mal contadas para intentar aligerar el humor pero sin mucho éxito. La pesadez se notaba en cada esquina.
Se vistieron casi en silencio completo y en un intercambio entre Chiara y Álex, a Naiara le resonó en la cabeza una canción que justo en aquel momento no le apetecía escuchar aunque antes de detenerse, ya la estaba cantando en alto. La Gata bajo la Lluvia.
Tenía una sensación extraña dentro del cuerpo, notaba desazón que asumía que se debía a la ausencia de su mejor amiga pero también sentía que algo estaba a punto de suceder, como cuando tienes una premonición. El estómago se le apretaba, como si tuviera un nudo en él.
Llegó a la cocina y allí se dispuso a preparar su botella de agua con un poco de hielo para refrescarla. Seguía con la mente a miles de kilómetros por hora pero no se sentía capaz de discernir ni uno solo de los pensamientos que jugaban en el carrusel que nunca paraba.
—Estuvo digamos que divertida—escuchó a Álex decir y cuando cerró el congelador vio que este hablaba con Lucas. Su estómago se apretó aún más, si es que eso era posible, pero con total normalidad se acercó a la encimera para recuperar su botella y cerrarla.
Estaba por irse cuando pensó que sería raro no decirles nada aunque no le apetecía en ese instante estar ahí con ellos, por lo que continuó la broma de Álex, usando su voz infantil para ello. El chico la miró muy serio y ella dejó la botella en la encimera otra vez para ir a abrazarlo porque, como acababa de recordar, volvía a estar en la cuerda floja.
Quiso achacarle el estado de su estómago a eso. No quería perder a otro amigo ahí dentro y sabía que pasara lo que pasara el lunes siguiente, eso sería justo lo que ocurriría.
Aun envuelta en los brazos de Álex, no podía deshacerse de la tensión palpable que provocaba que Lucas también estuviese allí, viéndolos abrazarse sin decir mucho pero sin alejarse.
Los tres caminaron juntos hasta la sala de ensayo y cogieron cojines para sentarse de forma más cómoda en los escalones desde donde repasaban la gala anterior. Naiara terminó encerrada entre los dos amigos, con Cris ocupando la banca de arriba. El chico se había levantado sucumbiendo al virus y como Naiara le había dicho, parecía que el dolor de cabeza del día anterior ya le estaba avisando de lo que ocurriría. Estaba hecho polvo, tumbado y con los ojos cerrados, ignorando el tumulto de emociones que le corría a ella por dentro.
Sacó el móvil buscando distraerse un poco. Sin embargo, resultó peor el remedio que la enfermedad pues justo entonces Lucas recordó que se habían hecho fotos con ese dispositivo y le pidió verlas.
La chica desbloqueó el teléfono y comenzó a enseñar las fotos. Lucas estaba tan cerca que su pelo se estremecía con cada respiración del uruguayo junto a ella y le hacía cosquillas en la mejilla. Álex estaba al otro lado de ella, quizás a la misma distancia y nada en eso le parecía extraño, incómodo o tenso.
Comenzaron a bromear sobre las fotos, comentando que, con la perspectiva, sus pies parecían mucho más grandes de lo que en realidad eran.
—Es que con el cero cinco se me ve un pie que parece que calzo un ciento cincuenta loco—se rio, echándose hacia atrás y cruzando las piernas—. O sea ¿qué es esto?
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Estrellas en el Aire.
Fanfiction"Raabta". En urdu, este término hace referencia a esa conexión emocional que es única y especial, surgida del modo más inesperado pero más profunda que el océano entre dos almas que estaban destinadas a encontrarse.