final

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El señor Jeon estacionó el auto fuera de la casa de su hijo, y se bajó rápidamente del auto para adentrarse a la mansión.

Caminó un buen tiempo, su ansiedad y su desesperación lo estaban colmando.

Llegó a la puerta y había unos guardias vigilando.

—Oh, buenas tardes, señor Jeon. — hizo referencia hacia su jefe.

— Abran la puerta, quiero entrar. —Ordenó serio.

Los dos hombres se miraron desconfiados y nerviosos. —No creo que sea buena idea, señor Jeon si-

— No me interesa, Abran la puerta, quiero entrar.

Los guardias tragaron duro. —Pero señor-

— Háganlo o están despedidos. —Amenazó.

Los dos guardias se miraron. Asintieron y abrieron la puerta.

El señor Jeon entró rápidamente mirando a todos lados. La casa estaba limpia y ordenada. Empezó a recorrer la planta baja, abriendo cada puerta que estaba en su alcance y revisando su interior.

No encontró nada sospechoso y se dirigió a la planta de arriba, subió corriendo las escaleras para luego irse a la izquierda y revisar las habitaciones que estaban ahí. Abriendo cada puerta y revisando su interior. No encontró nada sospechoso ahí, así que solo se dirigió casi corriendo a la derecha y abrió cada puerta y revisó.

Cuando quiso ir más adelante, se encontró con un guardia vigilando.

Se le hizo raro, pero avanzó hasta él.

Felix notó los pasos y miró al proveniente y casi se le baja la presión al ver a su jefe superior. Los nervios llegaron a él. Se quedó callado y inmóvil.

El señor Jeon lo ignoro y cuando tomó la perilla de la puerta, el guardia lo impidió.

—¿Que es lo que te pasa, Felix?

— No... No sería buena idea entrar, señor. — Dijo nervioso.

—Suéltame. —lo manoteó. — y si yo quiero puedo entrar cuando quiero, ésto es mío todavía.

Felix tragó duro. —Señor... No puedo dejar que entre.

— Y ¿quién lo dice?

—Su hijo, señor. — Tragó grueso.

—¡No me interesa!, solo quiero saber qué es lo que guarda aquí y me iré. —Trató de abrir.

Felix volvió a detenerlo. —Señor..

—¡Suéltame! — Se soltó del agarre y empujó la puerta para entrar.

Felix sintió desfallecer, cuando su jefe entró.

El castaño que estaba de espaldas, volteó con una sonrisa. —Jungkook... Pensé- —Se detuvo cuando vio a un señor frente a él.

El señor Jeon se quedó callado y quieto al verlo.

Taehyung no sabía reaccionar, no sabía quién era ese señor.

El señor Jeon se acercó a este y dió vuelta alrededor de la cama. Ahí fue cuando lo vio.

La cama estaba con cadena y la cadena iba directo arriba de la cama. Sin avisar retiró la sábana. Casi se le baja la presión cuando vio al pobre joven encadenado del tobillo a la cama.

—Señor Jeon, será mejor que se retire. — Intervino el peli azul entrando a la habitación.

El señor Jeon veía desconcertado y en shock a aquél joven encadenado.

Tus errores tienen consecuencias // kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora