ㅤthe past

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1  DE JULIO







Vi a los chicos acercarse a la entrada mientras reían. Supongo que iban a entrar de nuevo para proseguir el evento. La mayoría me sonaban de internet y cuando vi al alto supe que se trataba de Plex y sus amigos.

Hablando de no confiar en nadie.

Ese chaval no se ni como se recuperó a el mismo y a sus amigos. Sobretodo a él. Pero míralo, triunfando más que en toda su vida lo ha hecho. El de la capibara ya no era el de la capibara, ahora era el de la vuelta al mundo.

Mientras pensaba, no me di cuenta de que me quedé mirándole. Cuando salí de mi mundo el tenía cara extrañada.

—¿Estás bien?—me decía.

—Bueno, podría estar mejor— le respondí.

—Siento lo que sea que te haya pasado— me señaló a mí, ya que tenía el maquillaje horroroso y las mangas de mi chaqueta mojadas.

Vi a sus amigos insistiéndole en ir con ellos.

—Esperad, ahora voy— les decía.

Me miró de nuevo y se sentó al lado mía.

—No sé porque te importo, Plex— le dije.

—No soy tan tonto, yo no me creo cualquier cosa que veo en internet—me respondía con todo sincero.

—¿Nunca has pensado como sería callarle la boca a todos los que no te creen?— le pregunté.

El se quedó callado durante unos segundos.

—Mucho. Supongo que es cosa de etapas, porque ya no lo pienso así —me decía.

—No es cuestión de etapas, Plex, es evidente que a ti te han creído más porque has demostrado que no eres como lo fuiste. Yo al contrario, no puedo hacer eso— le dije mientras le miraba fijamente a los ojos. Más lágrimas caían sobre mis mejillas.

—Cree en ti misma —me dijo mientras miraba al frente—Eso es lo que tienes que hacer. No distraerte de tu meta, ser constante y no permitir que esto ni nada te arruine—giró su cabeza hacia mi.

Al final iba a ser buen chico.

—¿Y si lo hago ya? Y todo lo que pasa está en contra mia. Cada oportunidad que me viene yo misma la chafo y ahora que estaba yendo todo bien, pasó esto— escondo mi cara en mis rodillas, haciendo que estén mojadas por mis mejillas.

—No lo haces. Si no, efectivamente lo que estás diciendo de tus oportunidades de verdad las harías crecer. Y lo que ha pasado, Nicole, no es tu culpa. Internet es así —se iba acercando más a mí mientras terminaba la frase.

Yo solo suspiré mientras escuchaba sus palabras.

—Vales mucho más de lo que crees. Solo te falta creerlo, Nicole—me dijo.

Después de eso, se levantó del bordillo y fue hacia la puerta.

—Te veo luego, supongo—

Y así fue como el YouTuber de 21 años me había dicho algo que habría cambiado totalmente mi vida desde ahora.

Me levanté decidida, me quité la chaqueta, arregle el maquillaje y entré al estadio. Algunas miradas de asco y abucheadas me llevé por parte de algunos en las gradas y de influencers, pero en ese momento mi atención no estaba en ellos ni por asomo.

Vi de lejos a Rivers, con Pablo, mi hermano, hablando de lo que será su victoria por segunda vez. Si lo tomamos como robo, claro.

—¿Dónde estabas?—me decía con cara extrañada el moreno.

Decidí ignorarle y prestar mi atención en Rivers.

—No sabes cuánto te admiro. Aspiro a ser como tú algún día, Samy— porque si, había sido un ejemplo a seguir y lo seguirá siendo por mucho tiempo.

Ella solo me agradecía y me daba abrazos. Fue con sus demás amigos a celebrarlo, saludé a un par más de amigos míos y me quedé más tiempo viendo hacia el ring.

—En serio, ¿dónde estabas?— me volvió a preguntar lo mismo mi hermano.

—Estaba tomando el aire, me maree un poco—digo y este asintió. Realmente me mareaba, había demasiada gente a mí alrededor.

Seguí con la mirada fija al ring, imaginándome como sería explotar de la rabia en ese cuadrado. Cómo sería callarle las bocas a todo el mundo que ahora mismo no me cree.

—Pablo, quiero hacerlo—le dije con mi vista aún en el cuadrado de boxeo.

—Anda, estás motivada por el combate de Rivers, tonta. Si no eres capaz ni de pegar a una mosca—me vaciló.

Le miré para que entendiese que no era una broma, lo cual pareció que entendió a la perfección.

—Vale. Si lo quieres hacer, me vas a tener a tu lado en todo momento—le miré mientras asentía. Eso era todo lo que tenía. Un par de amigos y mi hermano. Siempre mi hermano. Y estaré eternamente agradecida por eso. Me acerqué a el y me cogió de la cara para llevarme hacia su pecho. Nos quedamos abrazados un buen rato y cuando ya me vi preparada, seguimos con el evento.

Pero aunque era evidente, ya el evento estaba en mi cabeza y no en la vida real.


















𝐄𝐌𝐎𝐂𝐈Ó𝐍 | yosoyplexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora