Capítulo 12

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Aún cuando Shisui se esforzaba en dejar de recordar aquella sensación tan intensa de la húmeda lengua de Itachi irrumpiendo tan provocativamente en su boca, y el roce de sus suaves labios contra los suyos, apenas pasaban un par de minutos antes de que las imágenes volvieran a su mente, y todo su cuerpo reaccionará al solo imaginarlo de nuevo.

Le invadía una creciente incomodidad. Era sin duda la mejor de todas las experiencias en su vida, pero a diferencia de asesinar, esta provenía y dependía totalmente de Itachi. No podía obtener esa sensación si el menor no se comportara de esa manera.

Nadie le había hecho sentir nada parecido. Usualmente el placer más grande lo encontraba en provocar dolor a los demás, pero ni siquiera ese dominio le llevaba al límite como lo hacía Itachi.

Era totalmente diferente a aquella sensación de abusar de alguien o ser abusado.

Era indescriptible el placer de tener unos ojos tan hermosos mirándole con sumo deseo mientras gime su nombre y se aferra a su espalda con fuerza. Le encanta ese dominio, pero aunque le cuesta aceptarlo, es consiente que él que tiene el control de la situación en todo momento, no es otro si no Itachi.

Él es quien tomó la decisión de iniciar aquel contacto íntimo, y encima le ha demostrado cuanto disfruta de él. Y aunque no se lo dice... es mutuo.

Siente que delira cada que su miembro es aplastado entre las estrechas paredes del más joven mientras muerde su hombro para contenerse, o desvergonzadamente dice su nombre mientras enreda sus dedos en las mechas onduladas.

Su corazón se desenfrena con aquella reflexión y se reprende a si mismo por permitirse llegar hasta ese punto. Ni siquiera puede determinar el momento en que pasó de ser simple sexo rudo a volverse algo tan apasionante.

Y sobre todo se reprende a sí mismo por no querer parar.

...

Itachi ha pasado la tarde en el despacho con su padre, Deidara y Obito. Ya han recogido aquellas pistas en Brooklyn que le señalo Shisui y mientras Fugaku mira la foto, Itachi puede notar que empuña la mano que sostiene su barbilla y su pierna se mueve con nerviosismo mientras parece tragar para sí mismo todo lo que le tiene tan exaltado.

— ¿Padre? — dijo Itachi al comenzar a sentirse ansioso por no recibir ni una palabra del mayor.

— ¿Acaso lo conocemos?— preguntó Obito, que al igual que el resto deseaba cortar esa tensión a como dé lugar.

Fugaku suspiró y con la expresión apagada, casi ausente miró a los presentes y dejó la foto en la mesa.

—Este hombre, es Tobirama Senju. Sargento de la primera división militar del país. — dijo con mucho esfuerzo, su tono de voz era apenas audible.

— ¿Y por qué él le haría algo así a Shisui?

—Hay una historia detrás pero... Esto explica cómo pudo borrar cualquier rastro de mi sobrino por años. Solo alguien con su poder adquisitivo y poca moral podría ser el autor de esta desgracia. ... fue hace tanto tiempo... Si mal no recuerdo el caso Nara se llevó a la corte 8 años antes del nacimiento de Shisui.

— ¿Qué paso padre?— insistió Itachi desesperado en las largas pausas que hacía el mayor tratando de sacar conjeturas.

—Shikaku Nara, en ese momento era un policía del FBI, él vino al despacho desesperado en busca de defensa legal. Quería emitir una demanda por múltiples crímenes de abuso de poder, y lavado de dinero en contra de los Senju. Una familia respetada que desde hacía varias generaciones había formado parte de los cargos más importantes del gobierno.

CONDENADO (ShiIta) (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora