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CAPÍTULO 3:know me

Me desperté en mi propia casa, la luz de la mañana filtrándose suavemente por las cortinas

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Me desperté en mi propia casa, la luz de la mañana filtrándose suavemente por las cortinas.

Anoche había sido una experiencia inolvidable en el escenario, pero ahora el día traía consigo nuevas responsabilidades.

Debía ir a buscar a mi hermanita Emma, quien había pasado la noche en casa de nuestra abuela.

Me levanté rápido para ir al baño y cambiarme.

Opté por unos vaqueros de color azul oscuro que me quedaban muy bien, eran perfectos para no pasar frío. Encima, elegí un suéter grueso de punto en tonos neutros, que me iba a mantener abrigada. El suéter tenía un diseño sencillo pero canchero, perfecto para el clima.

Apenas terminé de cambiarme, agarré mi guitarra, mi fiel compañera, y la coloqué con cuidado en su funda.

Salí de mi casa y, al salir, me crucé con el vecino que estaba en la cafetería al lado de los departamentos, sentado con sus hermanos tomando un café y parece que tenían una conversación seria, pero no le presté importancia.

Apenas me vio, no disimuló y me saludó con la mano alegremente. Yo lo ignoré ya que anoche dormí bastante mal y mi cara de mal humor habitual era más notable, entonces me giré para esperar el Uber que había pedido.

Apenas el auto llegó, abrí la puerta y me subí sin mirar atrás, bajando la ventana para mirar al vecino y sacarle el dedo del medio mientras sacaba la lengua al aire.

Apenas emprendimos viaje, me coloqué mis auriculares con cuidado, sintiendo cómo el mundo exterior se desvanecía lentamente mientras los ajustaba sobre mis orejas, mientras de fondo sonaba "Hey Hey My My" de La Renga.

Hey hey, my my

El rock 'n' roll no morirá jamás

Hay más en el cuadro de lo que puedes ver

Hey hey, my my

Fuera del azul y dentro de lo negro

Pagaste por esto, pero te dan aquello

Y una vez que te fuiste, no podrás regresar

Fuera del azul y dentro de lo negro.

Cuando me desperté, había llegado. Le pagué al Uber y cerré la puerta detrás de mí para dirigirme a buscar a mi hermana.

Caminé por la vereda fría y noté la presencia de la casa de mi abuela.

Toqué la puerta dos veces y la madera hizo ruido. De fondo escuché unos pasos antes de que la puerta se abriera. Era mi abuela, con la cual tenía una bonita relación.

Me saludó con un beso y me invitó a pasar, pero me negué por la prisa que tenía. Entonces, detrás de ella apareció una niña de piel clara y ojos oscuros con dos trenzas que colgaban al lado de sus orejas, era mi hermana.

FUGITIVA ETERNA// Patricio SardelliWhere stories live. Discover now