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LA NOCHE había caído sobre Nueva York, trayendo consigo una bruma espesa que se deslizaba entre los altos edificios y las callejuelas mal iluminadas

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LA NOCHE había caído sobre Nueva York, trayendo consigo una bruma espesa que se deslizaba entre los altos edificios y las callejuelas mal iluminadas. Los ecos de la ciudad nunca dormida resonaban a lo lejos, pero en el corazón del barrio de Greenwich, la quietud parecía haber tomando un extraño protagonismo.

Sam Carpenter caminaba por las calles con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, intentando no pensar en lo que había dejado atrás. Los eventos de Woodsboro, de aquel sangriento regreso de Ghostface, había cambiado su vida para siempre. Intentaba ocultarlo enterrarlo junto a su trauma y a las pesadillas que cada noche le recordaban lo que era capaz de hacer para sobrevivir ahora, en Nueva York ella y Tara habían empezado una nueva vida, o al menos eso intentaban creer.

Pero las sombras son largas en esta ciudad, y los secretos no desaparecen tan fácilmente. Mientras los recuerdos de Ghostface comenzaban a desvanecerse, algo perturbador estaba a punto de surgir.

En un pequeño departamento de Brooklyn, una chica revisaba ansiosa un foro en línea. El tema del día era uno que despertaba temores y morbo a partes iguales: la historia del asesino enmascarado que abría dejado su huella en Woodsboro, Ghostface. Con una mezcla de emoción y nervios, leyó los mensajes de otros usuarios, muchos de ellos obsesionados con el mito que giraba alrededor de asesinatos.

"¿Y si alguien retomará el legado?" Se leía en uno de los comentarios, publicado por un usuario anónimo con el nombre "TheTrueGhost".

La chica sonrió de manera inquietante. Lo que los demás veían como una broma macabra, ella lo veía como una oportunidad. Se levantó, cerró la Laptop y caminó hacia al armario. Dentro, colgaba una vieja pero impecable túnica negra, y en el estante más alto la icónica máscara blanca de Ghostface.

"Nadie está a salvo... ni siquiera en Nueva York", susurró para sí misma mientras se ajustaba la máscara. Afuera, en la ciudad que nunca duerme, una pesadilla estaba por comenzar.

El teléfono de Sam vibró en su bolsillo. Al leer el mensaje, su corazón dio un vuelco. Era un número desconocido, solo tenía una palabra.

"¿Recuerdas?"

Los fantasmas del pasado habían vuelto. Y esta vez, Nueva York sería su nuevo escenario del terror.









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Los personajes no son de mi propiedad, todos pertenecen a Kevin Williamson.

𝐄𝐂𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 - 𝐒𝐂𝐑𝐄𝐀𝐌 𝟔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora