Second
La habitación estaba sumida en una relajante sensación, las cortinas permitía que se filtraran la luz del sol resplandeciente, abrazaba el cuerpo de Red, que correspondió al inconsciente.
Relajación era justo lo que sentía, la respiración del otro chocaba con mi pecho, mientras que yo ponía mi cabeza en el revuelto cabellera de Red.
—Mmnh—murmuró Red, aferrándose aún más a Second. Pero cuando abrió los ojos poco a poco, se sobresaltó al darse cuenta de que lo tenía abrazado-. ¡Ah... Second!
—Shhh...—susurre, abrazándolo con más fuerza—Aún es temprano, duerme
Me encontraba tranquilo durmiendo, era tan suave aquella piel, que suelo golpear y lastimar. Pero me sentí incómodo al sentir como Red ponía us dos manos en mi abdomen tratando de apartarme.
¿¡Encerio incluso cuando despierta es asi de fastidioso!?
—¡Second!—exclamó, tratando de liberarse con todas sus fuerzas, pero sin éxito.
—Ah, Red porfavor mantente quieto...—comente con fastidio.
Justo cuando Red casi lograba escapar de mis brazos, lo volví a abrazar. Él soltó un quejido, y yo sonreí ante su reacción.
Pero entonces sentí un cosquilleo en mi torso. Empujé a Red, quien cayó al suelo y se levantó rápidamente con una expresión molesta.
—¡¿Por qué no me soltabas?!—se quejó, limpiando el polvo de su pijama.
—Porque no me dio la gana!—solte con una sonrisa.
—Uh...—Dice un poco molesto.
La suave cama me acogió una vez más, y la atmósfera se lleno de frescura y satisfacción. Planeaba sumergirme en el sueño nuevamente, hasta que mis ojos se posaron disimuladamente en Red.
Este sujetaba su piedra con un puño, venas le salían en su mano demostrando su estado de ánimo.
Y valla que no esta feliz
—Red...?—comente con un poco de miedo.
Pero luego de decir esto, Red con su pelo revuelto y sus ojos brillantes por la furia se abalanzó hacia mi. Su peso me me aplastó contra el colchó. subiéndose encima de mi, y antes que pudiera reaccionar ya tenía en mi cara la almohada con la cual Red empezó a estrangularme.
Estaba completamente inmóvil, Red llevava más ventaja estaba encima mío sentado evitando que me levantase.
—¡Mmh!—gimoteé, luchando por liberarme. Mis dedos se aferraron a la tela de la almohada.
-¡Tu lo lanzaste idiota!-exclamó furioso apoyándose más ami con la almohada—Se le cayo un ojo!!
Solo por un ojo!
Second pateaba y forcejeaba, pero Red se mantenía firme. La situación era absurda: dos jóvenes discutiendo por una almohada. Pero Red no cedía. ¿Por qué le tenía tanto cariño a esa piedra con ojos móviles?
—¡¿No ves que es un ser vivo?!—Reclamo Red furioso estrangulado a Second.
Yo patealaba y con mis manos trataba de sacarlo de mi encima una y otra vez, pero era realmente inútil Red se aferraba mejor en mi pelvis así poder evitar que yo me llegara a librar.
Como es posible, aquella almohada que yo amaba, que relajaba mi cabeza al acostarme a dormir, podría llegar ser usado para estrangularme.
Yo que ya le había agarrado cariño
