Adaptación de "Lunch Box" de https_Poki.
¡¡Temas!! Omegaverse, dominación, diferencia de tamaño, posesivo, controlador, sx oral.
Caesar Alexandrovich era un alfa dominante y esposo de un lindo omega, un hombre rico que nunca doblega sus creencias, él decide las cosas y no puede haber alguna queja o demanda a menas que quieran recibir una paliza.
Tú por otro lado, eras un omega que fue criado con la imagen de ser sumiso a todo momento, una ama de casa que debe atender y obedecer a su alfa así como también a sus cachorros, un omega que haría lo que su alfa le pidiera sin rechistar.
-¿Qué te he dicho sobre salir?- habló una voz ronca a tus espaldas, escuchaste el suave golpeteo de los zapatos en la cerámica, el sonido haciéndose mas fuerte al acercase a tu posición -Sabes que siempre estoy comiendo con hombres de negocio ¿Y te atreves a traerme un almuerzo?- mencionó con un tono que demostraba su enojo.
Tomas un trapo que se encontraba a tu costado para limpiar los restos de espuma en tus manos mientras volteabas lentamente agachando la cabeza, empezaste a hablar en un tono suave -Lo siento, solo creí que debía prepararte el almuerzo al menos una vez, como tu esposo no podría cuidar de ti ya que siempre estas fuera de casa-.
-¿Cuidarme?- apretó sus dientes volviendo sus manos en puños, sus manos se posaron en la cerámica del lavabo aprisionándote entre sus brazos -¿Quieres saber como puedes realmente cuidar de mi?- respira honda deslizando tu mano hacia tu trasero estrujándolo levemente sacándote un suspiro.
-Alfa- gimoteas.
-Cuando termines ve a nuestra habitación de inmediato- ordenó mientras se alejaba.
Es casi un escenario cotidiano recibir golpes de Caesar, al principio no era realmente violento contigo, pero cuando se casaron demostró su verdadera naturaleza. Se enoja por pequeñas cosas, cree que un omega debe quedarse en casa siendo sumiso en todo momento, atender a su a su alfa y cachorros, hacer las labores domesticas quedándose en casa el día completo, es por eso que está en contra de que salgas además de comprar algunos víveres necesarios, realmente cree que ser su sirviente se te da mejor que ser su esposo.
Terminaste de lavar los platos dirigiéndote a la habitación tal y como él te lo había ordenado, Caesar acababa de quitarse el traje de tres piezas y ahora estaba quitándose el costoso reloj -Ven aquí- Hizo una seña desajustándose la corbata.
Caminas hacia el sentándote a su lado -¿Cómo te fue en el trabajo?- preguntas dulcemente a tu esposo.
Se puso de pie desabrochándose el cinturón y colocándose frente a ti -Es agotador, me alegro de tener un omega tan cariñosos como tu esperando en casa-.
Tu sonreíste -Solo dime lo que necesites y lo prepararé para ti tan pronto como pueda ¿Quieres comer algo ahora mismo?-.
-No entiendes lo que está pasando ¿Verdad?, serás tu quien coma- el rubio bajó sus pantalones y ropa interior revelando su miembro semi-erecto -Chupa- ordenó tomando su miembro y refregando la punta en tus labios.
Sostuviste el miembro envolviéndolo en tu palma, no era la primera vez que hacías esto, se podía decir que tenias experiencia, después de bombear varias veces empiezas a lamer el eje haciendo movimientos rotatorios a su alrededor.
-Ese es mi omega- soltó un gruñido echando la cabeza hacia atrás, finalmente empujas el miembro en tu cavidad, mueves tu cabeza lentamente mientras masajeas lo que no logró entrar, tu garganta empieza a arder pero aceleras tus movimientos, satisfaciendo a tu esposo.
Te atragantas sintiendo la mano de tu esposo empujar mas tu cabeza para tomarlo todo mientras derramabas pequeñas lagrimas, tu cabello siendo tomado en un puño obligándote a quedarte ahí.
-Que belleza- alabó el alfa empezando a mover sus caderas de adelante hacia atrás, follándote la boca como el quisiese, con un gruñido de repente te dio un respiro, sintiendo el semen manchar tu rostro y un poco apuntó a tu boca que mantenías abierta -Este es tu uso como mi esposo- empezó a hablar dirigiendo su pulgar a tu lengua removiendo en círculos el semen que se encontraba ahí -Traga- ordenó.
Y lo hiciste, Caesar siendo violento por naturaleza tiró de tu cabello para acostarte en la cama, empezó a rasgar tus prendas ya que no puede esperar para arruinar tu interior -Me enterraré tan dentro de ti que no volverás a mostrarte en la oficina de nuevo-.
-No lo volveré a hacer- te quejaste -No sabía que odiarías la idea de llevarte el almuerzo-.
-Idiota- te tomó de los muslos abriéndote las piernas -Siempre te advierto que no salgas ¡Pero aun así lo hiciste!- la verdadera razón detrás de su enojo es que simplemente no le gusta que otros te vean, trata de alejarte de los hombres y mujeres tanto como este a su alcance, si es posible quiere ser el único que te vea, la única persona en tu vida.
Tus piernas están apoyadas en los hombros de tu amante quien te embiste sin avisar irrumpiendo en tu interior ya dilatado por el lubricante natural, el ritmo era lento y torturoso.
-Caesar- gimes, tu boca abierta gritando el nombre de tu esposo con tanta lascividad, sus dos manos agarrando tu cabello, su enorme miembro y fuerza llevándote a la locura , tus ojos en blanco con saliva deslizándose por tus labios, tu cuerpo rebotando al compas de sus embestidas, estás cerca de tu liberación y el alfa lo sabe por lo fuerte que gimes y está disfrutando de lo jodido que te ves debajo suyo.
-¡Caesar!- gritas desesperado soltando leves lloriqueos, apunto de llegar a tu clímax sientes tu interior vacío hasta que unos dígitos invaden tu abusada entrada, tus espalda temblorosa se arquea, tus manos se aferran a las sabanas y por fin te liberas manchado tu propio abdomen.
Antes de que pudieras recuperar el aliento sientes los dígitos invadiendo tu boca mientras te vuelve a penetrar -Ahh Caes...- sumido en la locura, solo puedes gemir amordazado sin poder hacer nada mientras tu útero es golpeado continuamente por el empuje del rubio, tus piernas temblando del placer.
-Así es como puedes cuidar de mi- habló aumentando el nivel de sus embestidas casi de forma bestial, sacó sus dedos y te sostuvo del cuello con firmeza -¿Lo entiendes?-.
-Si- gimoteas desesperado.
-Mierda- gruñó en voz alta -¿Debería llenarte para que no salgas y cuides de mi hijo? ¿Quieres eso?-.
Asientes con agresividad, tu instinto pidiendo a gritos un cachorro de tu alfa -Por favor...-.
Caesar se inclina dejando mordidas y chupetones en tu cuello -Te verías tan lindo con tu estómago hinchado cargando a mis cachorros- unas pocas embestidas y te volviste a correr manchando nuevamente tu abdomen siendo seguido por tu amante que se liberó en tu interior, sin retirarse aun, empieza a lamer tu cuello y mejillas mojadas por tus lloriqueos.
Tu cuerpo se estremecía cada vez que su miembros se contraía dentro tuyo, alegre de que tu alfa finalmente te haya prestado atención después de pasar días en su oficina, lo extrañabas así que decidiste hacer una lonchera como excusa para verlo aunque sabias perfectamente que se enfadaría.
-Levanta el culo- dijo Caesar cuando finalmente termino de limpiar la parte superior de tu cuerpo, de manera temblorosa te levantaste poniéndote en cuatro dejando tu trasero a la merced del alfa quien estaba orgulloso de lo obediente que era su omega.
-No te atrevas a desmayarte mientras te cojo- dijo mientras azotaba tu trasero -Tenemos un largo camino por recorrer para asegurarnos de que quedes en cinta-.