Un lindo gatito

CAPITULO:X

Acaso todo mi esfuerzo por querer encontrar a Sakura acabara aquí, no me niego a aceptarlo, así que por favor dios o quien quiera que oiga mis suplicas, ¡por favor ayúdenme¡ suplicaba Kotoha, las lágrimas que contenía fueron cayendo por sus ojos que perdían las esperanzas poco a poco, grito con toda la fuerza que aún le quedaba.

De repente ya no sentía las manos de ese bastardo en su cintura, ni tampoco su hombro en su estómago, sintió como caía de las garras de ese idiota. Pero antes que siquiera tocara el suelo alguien cuyas manos desprendían calidez la sostenía al tal estilo princesa o nupcial. antes que siquiera procesara lo ocurrido ya se encontraba parada sin nadie a su lado, su mirada que antes se encontraba fija en el suelo, fue levantada para que instantes después se encontrara con los ojos de su salvador.

Esa persona que era un chico que le superaba en tamaño se fue acercando poco a poco pero con sus pasos solo le tomo unos segundos estar frente a ella. ---Te encuentras bien?, te hizo algo malo?---el chico soltaba pregunta tras pregunta, ---Gracias por ayudarme y salvarme, pensé que nunca volvería a casa, en serio muchas gracias---respondió Kotoha mientras que algunas lágrimas pretendían desbordarse si no las contenía, pero esto no paso ya que se limpió los ojos lo más sutilmente y rápido, mientras hacia una reverencia. 

Al terminar su reverencia alzo la vista y se quedó analizando un poco más al chico, pudo darse cuenta que no tenía rasgos tan japonés, pero para ser extranjero el japonés le salía muy bien, también parecía algo serio o bueno solo su cara, pero fue interrumpida en plena divagación al escuchar como el chico se aclaraba la garganta para proceder a decir---Es un alivio que no te pasara nada, sé que puede sonar algo metiche pero quiero preguntarte que hacías en la calle a tales horas de la noche?--pregunto con la cara y voz seria.

Al terminar de escuchar la oración dicha por este chico desconocido, los recuerdos del propósito de que se encontrara aquí vinieron a su mente---Sakura...---susurro con voz tuene Kotoha. El chico que escuchaba atentamente lo que diría Kotoha, logro escuchar su respuesta apenas audible---Sakura?...no sé quién es, pero para que lo andes buscando tan de noche debe de ser alguien muy importante para ti verdad?---respondió lo que ocasionó que Kotoha fuera sacada de sus pensamientos, esta no creía que le habría llegado a escuchar.

---Él es mi gato---respondió, ---Oh vaya eso no me lo esperaba, disculpa por confundirlo con una persona, aunque sabes soy una persona que es más de perros que de gatos---contesto apenado el chico.

---Sé que es tarde para preguntar, pero podría saber tu nombre---me pregunto mientras se frotaba el cuello de la vergüenza, me hizo acordar cuando Sakura también se avergonzaba por todo, enserio quería encontrarlo lo antes posible para tenerlo en mis brazos.

--- Kotoha Tachibana, y yo podría saber el nombre de mi salvador---respondí con una sonrisa en los labios, ---Zayttseva Zlesskaia, todo un placer conocerla señorita Kotoha, aunque me hubiera gustado conocerla en otras circunstancias, que te parece si dejamos este horrible lugar?---me respondió mientras se empezaba darse la vuelta esperando que tomara lugar a su lado para salir de este horrible y asqueroso lugar.---Igualmente un placer conocerlo Zayttseva y le tomó la palabra---respondí mientras caminaba para colocarme a su lado.

~Debo salir rápido de aquí, tal vez Sakura regreso al café y me esté esperando, Sakura espero que estés bien mi lindo gatito~ pensaba Kotoha, mientras era encaminada a la salida del territorio de la Shishitoren.

En el camino de retorno Kotoha fue averiguando algunos datos un tanto curiosos de Zayttseva, era ruso pero se había mudado a Japón a una edad muy temprana pero seguía en contacto con su país natal pues iba de visita de vez en cuando, sabe hablar tres idiomas el ruso, el japonés y el inglés,  se considera una persona que es mas de perros, sabe manejar armas, este último me sorprendióbastante, había escuchado que portar armas por allá era normal pero yo no creíaeso hasta que me dijo que todos allá tenían más de una arma en casa y otrascosas.

Pensé que sería de esas personas que no hablan tanto de si mismas, pues como no pensar eso con la cara que se cargaba, con tan solo verlo podías leer ''si me hablas de mato'' (así o más claro que el agua papito, yo solo digo). Vaya sorpresa que me lleve cuando me empezó a contar sobre él, parecía que si nos vieras por la calle dirías que nos conocieras de toda la vida o que tendríamos una relación muy cercana.

En cuanto a mi le conté que tengo un café, le dice que si quisiera se pasara por ahí cualquier día que siempre estaría abierto y que de paso aprovecharía para pagar mi deuda por su ayuda. Estuvo sorprendido de que tuviera un café, me pregunto si no estudiaba, claro que le respondí que estudiaba, aproveche para pregúntale si también estudiaba y me respondió que no, al igual que el quede sorprendida, cuando le pregunte el motivo no me respondió así que supuse que no quería contármelo y yo no le obligaría a decírmelo.

Al llegar a la entrada o bueno a la salida de la Shishitoren Kotoha pretendía regresar rápidamente al café, pero fue detenida por Zayttseva quien le sostenía de la mano impidiendo que continuara su camino---Podría acompañarte hasta el café para que no te pase nada malo de nuevo y aprovecharía para ayudarte a buscar a tu gato---hablaba con los ojos mirando al suelo.

<<Sé que nos es una mala persona pero no sé cómo es en realidad, maldición que debería de hacer>>Kotoha tenía una lucha interna de qué hacer con lo que dijo el chico.---Está bien, y al parecer mi deuda contigo seguirá creciendo, entonces cuento contigo para que me ayudes a encontrar a mi compañero---respondió Kotoha después de un rato en silencio.---Gracias por permitirme estar a tu lado un rato más y no te defraudare te prometo que encontraremos a tu compañero--- respondió con una cálida sonrisa plasmada en su rostro.

Me soltó la mano y se puso a mi lado, dando así inicio a retomar mi anterior búsqueda por Sakura, esperando que nada malo le hubiera pasado al estar solo por las calles.