Capítulo 2.

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Parte 1.
"El sub-realismo de las palabras".

Estaba en la cocina, revolviendo mi té, no tenía ganas de nada, simplemente, quedarme ahí, existiendo, como siempre, hasta que escuché la puerta principal abrirse.

Mierda.

No me dí la vuelta hasta que sentí la presencia de esa persona detrás de mí, como sí se teletrasportara de un lugar a otro. Acarició mi hombro con delicadeza.

Se me puso la piel de gallina.

Me daba un escalofrío tremendo cuando el me tocaba, ese minimo contacto me hacía viajar al pasado. Como si no fuera el peor error que el habría hecho.

Me tensé.

—Ava, hija. —Me saludó mientras seguía acariciando mi hombro.

Yo no podía responder por la incomodidad del contacto hacía mí, ni mis pensamientos de ese momento. Yo no quería llamarlo padre, no se lo merecía, creo...

—Hola, Walter. —Respondí en seco.

El paró de acariciarme el hombro y solamente dejó su maletín en la mesada que estaba atrás mío.

—¿Y tus hermanos?

No quería responderle, pero por alguna razón, sentía la necesidad de hacerlo.

—Rapha está en el living, Liam dijo que se iba a una juntada con unos amigos y Asael... De seguro anda en su pieza, limpiando sus guitarras. —Dije tomando un sorbo de mi té.

El me miró de reojo mientras agarraba unas hojas de su maletín.

—¿Sabes algo de Damián?

—No, ni tampoco me interesa, ¿Por qué? ¿Pasó algo?

Cerró el maletín con toda la paciencia del mundo y dejó sus hojas en la mesada.

—No, solamente no contesta mis mensajes. Tengo que hablar con el. —Lo dijo tan serio que mi corazón latió más rápido de lo normal.

A Damián no le importas.

No dije nada, tomé mi té en sorbos grandes para irme a la mierda de ahí, no quería tenerlo cerca.

—Debe estar ocupado.

—¿Ocupado en qué? ¿En comprarle cosas a la pelotuda de Denisse? Si, claro. Como si no tuviera tiempo de contestarle a su propio padre.

—Es problema de el si decide comprarle cosas a su novia, antes que contestarte. El ya tiene su vida.

Walter alzó una ceja y me miró fijamente.

—Como si fuera que estamos de adorno. Primero va y se busca a una puta interesada, y ahora se olvida que tiene padres y hermanos.

El apoyó sus manos en la mesada con fuerza, haciendo que sus papeles se doblaran. Se enoja facilmente, pero nunca lo ví enojado por Damián «Mi hermano mayor» el nunca se había enojado por esa estupidez, por que según el era su problema.

—Es problema de el si se busca a una chica interesada en su plata y no en el. Aparte si estas pensando en aconsejarle o cagarlo a puteadas, no te va a hacer caso. «Como siempre» Literalmente esta como nosotros, forrados en guita. Tus consejos se los va a meter por el culo. —Se lo dije sin miedo mientras enjuagaba mi taza y mi cuchara para dejarla encima de la mesada.

Walter no dijo nada. Agarró sus hojas, su maletín y se fué con furia y estrés arriba, subiendo las escaleras con grandes pisadas, que parecía que un día de estos iba a partir las tablas de las escaleras.

Yo no soy la hija de Hood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora